viernes, 21 de septiembre de 2018

ENTREVISTA A TRIFÓN ABAD


Buenos días amantes de la literatura y de las letras. Hoy en Murcia sucede una cosa histórica. Hoy en la ciudad de Murcia, después de 10 años, da comienzo la Feria del Libro a la que van los autores para firmar ejemplares y para charlar con sus lectores y con la gente que quiera pasearse entre libros. Y para celebrar este hecho histórico de la Región de Murcia, hoy tenemos una nueva entrevista literaria. Para hoy contamos con uno de los finalistas al Premio Setenil. Hoy tenemos la ocasión de hablar con el escritor Trifón Abad, autor del libro editado por Malbec "Que la ciudad se acabe de pronto". Trifón nació en Murcia allá por el 1979. Es licenciado en Ciencias de la Información y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Es periodista y publicista. Dirige la Agencia de Publicidad TRF Comunicación. De vez en cuando imparte ponencias sobre marketing digital para empresas. También ha trabajado como redactor de prensa diaria, entre otras muchas cosas más.
Como escritor ha sido Premio Clarín de Cuento, también ha sido Finalista en el Premio Cosecha Eñe y de una edición del certamen Creajoven de Murcia. Sus relatos han aparecido en diversas revistas, tales como Eñe. Revista para Leer o El Invisible Anillo. También es autor de uno de los ensayos escritos en el volumen de "La aventura de viajar y sus escrituras", publicado por la Universidad Complutense de Madrid.

Después de esta introducción ha llegado el momento de las respuestas de Trifón ante las cuestiones formuladas por SuperLectorAlfa. Comenzamos en 3,2,1,...

En primer lugar, darte las gracias por aceptar esta entrevista para el blog literario llamado SuperLectorAlfa.
Gracias a ti por interesarte en mi libro e invitarme a participar en tu blog.


- De pequeño, ¿qué tipo de literatura disfrutabas leyendo?

Creo que comencé a leer desde una perspectiva madura a los doce o trece años. Mi padre contaba con una biblioteca no muy abundante pero sí con buenas obras y cuando me aburría de estudiar que a esa edad era con bastante frecuencia caían en mis manos los poemas de Miguel Hernández, Neruda, Aleixandre o Lorca. También recuerdo el impacto que causaron en mí dos novelas: El árbol de la ciencia y Los hijos del Capitán Grant. Mi relación con el género del cuento fue posterior, cuando con unos quince años descubrí a Stephen King y a Lovecraft.


- ¿Te animó alguien a adentrarte en el maravilloso mundo literario?

Fueron esos libros que me llamaban desde las estanterías. Siempre ha existido en mí una inclinación especial hacia la literatura.


- ¿Tenías pensado, desde un principio, publicar un libro?

No lo pensaba de manera obsesiva, pero el fin de ser compartido con los demás es intrínseco en el Arte. Todo acto de comunicación se inicia para conectar con el mundo y la escritura no es sino una manera más de comunicarse con los otros; es un acto de creación que nos ayuda a conectar con el mundo. Es cierto que en los comienzos esa necesidad de ser leído y escudriñado no existe, porque vives una etapa de aprendizaje y si tienes la suficiente capacidad autocrítica eres consciente de que te queda mucho trabajo por hacer. Pero cuando consideras que tu trabajo está listo para ser criticado y expuesto, con todos los riesgos que esto conlleva, es momento de buscar a alguien que esté interesado en dar visibilidad a tu obra.


- ¿Quién o quiénes son tus referentes literarios?

Eloy Tizón
Me centraré, si no te importa, en el género del cuento para no hacer esta respuesta demasiado extensa. En primera fila sentaría a Poe, Lovecraft, Borges, Cortázar, Bradbury y Carver. Pero inmediatamente después estarían las historias de Kafka, Quiroga, Chejov, Maupassant, Bierce, Chesterton... Sin embargo, es justo también mencionar a algunos de los autores de relatos que hoy escriben hoy en nuestro país, cuyas historias me han acompañado en los últimos años: Eloy Tizón, Matías Candeira, Juan Carlos Márquez, Manuel Moyano, Jon Bilbao, Ángel Zapata, Pedro Ugarte…  solo por citar a algunos de ellos. El género del cuento goza de muy buena salud en la actualidad y eso es siempre una gran noticia.


- Tengo entendido que optas al premio Setenil. Desde SuperLectorAlfa darte la enhorabuena. ¿Qué sensación tuviste cuando supiste que eras un candidato para ganar el premio?

Me sorprendió y al mismo tiempo me dio una alegría indescriptible. Estar en la lista final de uno de los premios más prestigiosos del mundo del cuento es algo maravilloso, especialmente siendo el primer libro que publico. Optar a ello junto a Jon Bilbao, Pilar Adón o Javier Moreno es una barbaridad. Al mismo tiempo, es un hecho que me reconforta y que -de manera más íntima- siento como una recompensa al trabajo que llevo haciendo, con silencio y humildad, durante los últimos años. El nivel de esta edición es muy elevado. Solo nos queda esperar y ver lo que sucede.


- ¿Cuánto tiempo pasó desde que mandaste el manuscrito de tu libro de relatos titulado “Que la ciudad se acabe de pronto” a Malbec hasta que el equipo de la editorial vio con buenos ojos publicarte este libro?

Lo cierto es que Javier Salinas, el editor de Malbec, me contestó a los pocos meses indicándome que le parecía una obra muy interesante y que tenía posibilidades de ser publicada. Ambos sabíamos que el sello no iba a forrarse con el libro de cuentos de un autor novel como yo, pero me dijo que le parecía injusto no publicarlo por la calidad que había descubierto de los cuentos. Lo tomé como un verdadero elogio pues hasta la fecha había recibido negativas precisamente por esa razón. Los editores –algunos de primer nivel- que leyeron el libro me respondían que no podían arriesgarse, aunque hubieran disfrutado mucho la lectura y les pareciera un libro de nivel. Ya sabemos que al final la rentabilidad rige muchos aspectos del mundo y que la cultura no escapa a esta realidad.


- ¿Cómo surge el nombre de “Que la ciudad se acabe de pronto”?

Es parte de una frase de Parthenocissus tricuspidata, uno de los cuentos del volumen. Me pareció un título que simboliza muchos aspectos del libro a la vez.


- El lector de “Que la ciudad se acabe de pronto”, ¿con qué se puede encontrar?

Creo sinceramente que es un libro que se diferencia por la originalidad de sus cuentos. Se compone de once historias en las que el lector encontrará desde ambientaciones góticas o distópicas, hasta patios de colegio, cocinas sucias o ritos tribales. Pero en todos ellos hallará el protagonismo de los elementos extraños.  Me fascinan los relatos que trabajan en torno al concepto de la extrañeza, aunque esta se encuentre sepultada bajo el manto de lo cotidiano. Imaginar a esa criatura extraordinaria intentando escapar de la trama, huir de la normalidad a la que estamos acostumbrados golpeando las paredes… La idea me cautiva. Ayudar a lo asombroso a escapar de lo normal, rescatarlo, se convierte para mí en un reto a la hora de crear. En cuanto a los temas, hallará incomunicación, los riesgos a los que nos somete la tecnología, los celos o las fisuras que surgen al afrontar cualquier relación humana, con independencia de las similitudes o las diferencias culturales que existan.


- ¿Por qué escribes relatos? ¿Has escrito anteriormente alguna otra cosa aparte de relatos?

Además de muchos reportajes y artículos periodísticos, por mi profesión, he flirteado con otros géneros desde que me inicié en la escritura (y aún  lo hago, en secreto) pero ningún género me satisface tanto como el cuento. A menudo se le ve como un bicho raro y él se siente cómodo así. Es un género de naturaleza tan escurridiza que es incluso difícil concretar su definición. A mí, personalmente, siempre me ha parecido la más acertada esta suerte de ley que se atribuye a Monterroso: “Que el cuento no sea novela ni poema ni ensayo, y que a la vez sea ensayo y novela y poema siempre que siga siendo esa cosa misteriosa que se llama cuento”.  Un buen cuento no lo narra todo sino que invita al lector a completar parte de lo que ha sucedido, es un género colaborativo en este sentido, pero a la vez es compacto, inmediato, directo.


- ¿Tienes algún otro libro guardado en el fondo de algún cajón esperando al momento idóneo para publicarlo?

Sí, en cajones, en libretas, en pendrives... Por todos sitios hay retales de posibles historias, cuentos muy avanzados, ideas esbozadas por pulir y apuntes que no son más que el embrión de futuribles relatos. Espero no tardar demasiado en publicar un nuevo volumen de cuentos.


- Siguiendo un poco el juego al título de tu libro de relatos, te pregunto, ¿eres más de pueblo o de ciudad?

Pienso que con demasiada frecuencia deseamos aquello que no tenemos. Aplicado a la dicotomía campo-ciudad, a menudo la gente idealiza en exceso el lugar en el que no vive. Es curioso porque mi infancia la pasé entre la huerta y la ciudad de Murcia. Los recuerdos de mis estancias en ese pueblo llamado La Algaida son maravillosos: la naturaleza salvaje, partidos de fútbol a los que solo el ocaso ponía fin, las acequias y el río como balnearios, la calle sin toque de queda y la huerta como un universo mágico e inhóspito por descubrir. Sin embargo, a los veintitantos años me fui a Madrid porque necesitaba más experiencias y más ciudad. Me siento muy cómodo en el mundo urbano. Allí estuve durante once años aprendiendo, formándome y escribiendo. Fueron unos años tan buenos como aquellos de niño, los naranjos transmutaron en edificios, los maratones de fútbol en formación literaria y los baños en el río en experiencias urbanas, diurnas y nocturnas. La gran ciudad nos educa en el arte del anonimato, nos obliga a buscarnos la vida, nos insta a comunicarnos, nos empuja a ubicarnos en un espacio que desconocemos y que a menudo nos es adverso, nos enseña a sobrevivir y a superar todo tipo de obstáculos. También nos enseña a vivir y a ser libres. Pero es una libertad diferente e igual de necesaria que la que nos brinda la naturaleza. En mi opinión.


- ¿Qué te dicen los lectores sobre “Que la ciudad se acabe de pronto”?

Parece que hay cierta unanimidad en calificar las historias del libro como “adictivas”. Lo cierto es que no podría estar más feliz respecto a las críticas que estoy recibiendo, desde personales, hasta en Amazon o en medios de comunicación o en algún blog especializado. Al ser una editorial pequeña, no ha tenido demasiada repercusión a nivel nacional, pero se va a iniciar próximamente la tercera reimpresión del libro y eso es buena señal. Estoy enormemente agradecido por todo lo que me está pasando.


- Desde tu punto de vista, ¿cómo está el sector editorial en la actualidad? ¿Cuál es tu pronóstico?

Yo siempre digo a mi editor que es un gladiador de la literatura. Porque para ser editor hay que tener mucha valentía, amar de verdad la cultura y sacrificar tiempo y dinero sin saber si dentro de unos años seguirás en la brecha. Con más personas así, el futuro de la literatura estará en buenas manos. A nivel nacional hay muchos sellos que están trabajando de manera excelente en el género del cuento: Páginas de Espuma, Candaya, Menoscuarto, Salto de Página… Por nombrar solo algunas. Soy optimista por naturaleza y también en este aspecto.


- Si dependiera de ti hacer una campaña para fomentar la lectura, ¿qué slogan pondrías?

Para adultos: “¿Buscas una aventura para salir de la rutina? Suelta el móvil y lee”.
Para jóvenes: “Sé rebelde. Sal del rebaño. Lee”.


- Según tu opinión, ¿por qué algunas personas no leen casi nada o nada?

Sería injusto juzgar a la gente sin conocer sus circunstancias. Puede suceder por muchas razones: por falta de una educación adecuada en la lectura, por necesidad de más tiempo libre, por la dictadura audiovisual, por pereza… Como indica Rubén Castillo, quizá los jóvenes no se interesan por el Cantar de mío Cid, pero sí se interesan por los libros en general. Quizá deberíamos cuestionarnos qué literatura estudian los menores. En mi caso, tuve que leer mucho por obligación durante mis estudios de Literatura Comparada y me agoté. Pasé un año aproximadamente sin leer, digamos, de manera constante. Y me sirvió para retomar el hábito sobre lecturas que de verdad me apetecía afrontar. Es importante elegir bien las obras y si abandonar una lectura si sentimos que lo que nos cuenta no nos interesa. No pasa nada. ¡Las bibliotecas están llenas de propuestas! Según nos cuenta Borges, Montaigne decía que si en algún momento atravesaba por un pasaje difícil de un libro, abandonaba de inmediato su lectura. Así debe ser. Leer debe causar felicidad y esto debería aplicarse también en el sistema educativo.


- ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a escribir pero que, por diversos motivos, no terminan de dar el paso?

En primer lugar, les recomendaría que lean mucho y lo más variado posible. Y si tienen una inquietud por la escritura que se apunten a un taller literario. Mi experiencia en estos talleres ha sido estupenda: aprendes a ser criticado de manera constructiva, descubres técnicas prácticas y teóricas que puedes aplicar a las historias, conoces a compañeros y compañeras geniales y puedes dar forma a los relatos de manera compacta y más rica. Creo que es una manera excelente para comenzar o profundizar en el proceso de la escritura. Aprovecho para recordar que impartiré en Murcia, a partir de octubre, un taller de iniciación a la escritura creativa para los Talleres Fuentetaja Literaria. Estoy muy ilusionado con esta nueva etapa y convencido de que encontraré grandes historias en él.


- Para terminar la entrevista, la gente que no tenga todavía ningún ejemplar de “Que la ciudad se acabe de pronto” y que quiera tenerlo, ¿de qué modo lo pueden adquirir?

Puede comprarse directamente en la web www.laciudadseacaba.com o en www.casadellibro.com  Como decía, al haberse publicado por una editorial pequeña y en una tirada corta, no es fácil encontrarlo físicamente en las librerías. Hay que encargarlo. Por suerte esto puede hacerse en casi cualquier punto de venta en la Región de Murcia. También en Casa del Libro o en El Corte Inglés a nivel nacional. Si se quiere leer en ebook también puede adquirirse en formato Kindle en Amazon.


Muchas gracias nuevamente y desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor de cara al futuro y espero que sigas escribiendo más libros para enriquecer la cultura. Ha sido un placer tenerte en SuperLectorAlfa.
Muchas gracias a ti de nuevo por invitarme a participar en tu blog y enhorabuena por la labor cultural que realizas.

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