lunes, 6 de agosto de 2018

UNA DESAPARICIÓN EXTRAORDINARIA.

Aquel día era un día muy caluroso. Tanto que no se recordaba una cosa igual en la ciudad portuaria. 
Estaba sin saber como demonios ponerme para estar lo más fresco posible. Así estuve hasta que el jefe me llamó a mi teléfono móvil de última generación, de esos que se utilizan para cualquier cosa menos para hacer una simple llamada. Lo reconozco, soy de los que piensan que los móviles antiguos eran los mejores porque solamente se usaban para eso, para llamar y no marear la perdiz con tanto Instagram, Facebook o Twitter.

- Alfonso, ¿te pillo ocupado? -preguntó mi jefe sin desearme los buenos días como hubiera sido lo más normal del mundo mundial.
- Buenos días Norman. ¿Qué sucede para que mi jefe me llame en mi día libre?
- Lo siento de veras Alfonso, pero si no fuera grave no te hubiera llamado. 
- ¿Qué ha sucedido?
- Hemos recibido una llamada de una tal Eustaquia diciendo que ha desaparecido su marido.
- Pues muy fácil. Se habrá ido con otra estando las cosas como están.
- No porque dice la tal Eustaquia que nunca han tenido problemas de ese tipo. Así que, ven a la comisaría para ponerle en antecedentes para empezar a funcionar.
- De acuerdo. En menos de media hora estoy allí.

Después de la conversación mantenida con el Comisario Norman, me tuve que tragar las maldiciones que estaba dispuesto a soltar por mi querida boca. Antes de vestirme, me giré y vi a mi chica, muy bonica ella allí tumbada con media sonrisa, sonrisa que me enamoró allá por el 2016 en la explanada de una famosa discoteca situada en La Manga, y dos años más tarde, en la mejor época del año, nos dimos el "Si quiero" en la preciosa iglesia de La Caridad, convertida hace unos cuantos años ya en Basílica.

- Alicia, cariño mío, me tengo que ir.
- Gordo, si hoy es tu día libre y me prometiste ir a la Feria del Libro de Murcia, feria que desde más de 10 años no se llevaba a cabo.
- Ya lo se. Pero me ha llamado el Comisario diciendo que me necesita en comisaria porque ha desaparecido el marido de una mujer llamada Eustaquia. Espero no tardar mucho.
- Vale nene. Te quiero.
- Yo también te quiero.

Me despedí de ella sin saber lo que iba a suceder después. Y lo que pasó después es que me sabotearon los frenos de mi Audi A4. Me di un golpe con la carrocería del coche. Después del golpe vino la oscuridad y el silencio. 
Cuando estuve inconsciente tuve una visión que me desconcertó. Vi a mi padre fallecido hace unos cuantos años cuando yo contaba con 7 años y me dijo:

- Alfonso, recuerda quien eres.
- ¿Qué? No entiendo.
- Si que lo entiendes. Llevas un tiempo sin saber quien eres. 

Cuando desperté, después de cuatro meses en coma, vi a una mujer que nunca había visto en mi vida pero que, aparentemente ella si que me conocía.

- Alfonso, cariño mío, ¿por qué me miras así?
- Perdone pero... no se quien eres. No te conozco.
- Alfonso, soy yo Alicia.
- Lo siento pero no se quien eres y nunca te he visto.

En ese momento entró mi médico personal y escuché diciéndole a la tal Alicia:

- Lo siento pero si no es familiar no puede estar.
- Si que soy familiar. Soy su mujer.
- Perdone, pero su mujer es Eustaquia.
- ¿Perdone?- empezó a ponerse desquiciada Alicia.
- Pues que su mujer es Eustaquia y está aquí.
- Y, usted, ¿cómo sabe que su "mujer" es Eustaquia?
- Porque es cierto.- en ese momento entró mi verdadera esposa-. Yo soy Eustaquia.
- Pero,....
- Ni peros ni peras monada. 
- Y, ¿entonces?
- Entonces Alfonso no es Alfonso tampoco. En verdad se llama Juan Luis.

Cuando conseguí recuperarme empecé a hilar cabos. Primero supe que me drogaron y me hicieron ver que era otra persona con una vida que no era la mía. Después supe quien fue el culpable del sabotaje de los frenos de mi coche y digo que el que me drogó y el que hizo el sabotaje en los frenos de mi coche. Pero estas conclusiones verán la luz en un futuro porque tengo pensado escribir mis memorias, unas memorias de un tipo que vive una vida que no le corresponde vivir. Una vida impuesta por alguien que me quería destrozar lo más valioso que tenía: mi verdadera vida con mi querida esposa Eustaquia y mis queridos nietos Saúl, Nando y Oliver.


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