Hoy miércoles tenemos una nueva entrevista. En el día de hoy tenemos el placer de charlar con el autor de la novela "Mil ramos de flores no son suficientes" editada por Unaria Ediciones. O lo que es lo mismo, tenemos el placer de charlar un rato con Luis Aleixandre. La vez anterior, el autor nos contó esto: https://readersoldier.blogspot.com/2018/10/entrevista-luis-aleixandre.html
Sin más preámbulos empezamos la entrevista en 3,2,1...
- ¿Cómo nace o cómo se empieza a gestar la novela?
- En esta novela, le permites al lector conocer a Tiago. ¿Qué destacarías de este personaje?
Como he dicho antes, Tiago es el protagonista de mi primera novela y en Mil ramos de flores no son suficientes continúa por los mismos derroteros. En la novela está angustiado por la pérdida de su esposa y su hija, que se han trasladado a Valencia para empezar una nueva vida. Tiago, tras someterse a un tratamiento de deshabituación a las drogas y el alcohol, se encuentra recuperado (o al menos eso piensa él) y decide hacer un último intento por recuperarlas. Pero un asesino en serie de prostitutas que campa a sus anchas por la capital del Turia y la habilidad innata de Tiago de meterse en problemas, hacen que las cosas se compliquen para el protagonista.
La poetisa Lluïsa Lladó lo define como: “Un tipo duro con ánimos de arrepentimiento”. Y no va desencaminada. Tiago representa a todos los hombres arrepentidos tras haber cometido el error de descuidar a su familia por culpa del alcohol, las drogas y la prostitución.
- Los personajes de esta novela, ¿fueron en todo momento por donde querías tu que fueran o han ido, de alguna manera, por libre haciéndote cambiar algo de la trama?
Los personajes han ido pasando por la trama como las ovejas que se dirigen al redil. Contabilizados antes y después: nadie se ha perdido en el camino ni tampoco ha aparecido ningún extra durante el trayecto. Todo controlado.
Pues es difícil de explicar, pero lo intentaré. Un día estás solo en casa peleándote con un párrafo y al siguiente pronuncian tu nombre en una gala literaria frente a centenares de grandes escritores, periodistas, políticos y otras personalidades. Un día te agracian con quince likes en el Facebook y al día siguiente tu nombre y tu novela aparece en la totalidad de la prensa escrita de España (y medio centenar de países más). Un día piensas en lo que hacer para no aburrirte y al día siguiente tienes decenas de peticiones de diversos medios de comunicación que desean entrevistarte.
Desde fuera se puede entender como algo así, pero desde dentro hay una cosa tremendamente importante en esa nominación: varios expertos en literatura de los comités de lectura de Planeta han destripado y analizado mi novela con detalle y han encontrado en ella la originalidad y calidad suficientes. Eso es lo realmente importante de todo cuanto ha sucedido.
- ¿Volverías a intentarlo o la nominación al Planeta ha sido un tren que ya no se puede volver a coger?
De eso nada. Ya tengo el tique para el próximo expreso con destino a otro Planeta. Veremos si el conductor tiene a bien detener el convoy para apearme en dicha estación. El sueño que perseguía al realizar el envío postal de Dios no baja a los infiernos al premio, sigue ahí, latente.
- La otra vez que te entrevisté para el blog te pregunté por tus
próximos proyectos literarios y ya mencionaste “Mil ramos de flores no son
suficientes”, ahora te lo vuelvo a preguntasr. ¿Hay proyectos literarios
cerca?
Estoy en una etapa prolífica. Tengo pendiente de publicar la planetaria novela negra Dios no baja a los infiernos. Además, a mediados del mes de septiembre finalicé las correcciones de una nueva obra; también de género negro. No puedo decir nada más sobre ella.
- También te pregunté la otra vez por alguna manía que tuvieras a la hora de escribir. En esta ocasión te pregunto: ¿cuál es tu momento del día preferido para escribir y el lugar?
Suelen ser las tardes. Las mañanas las tengo ocupadas; entre semana trabajo y el fin de semana hago deporte y tareas domésticas. Las tardes me proporcionan la continuidad que necesito para escribir entre tres y cuatro horas. Tengo pendiente de hacerlo con una botella de güisqui sobre la mesa, pero no me animo. En algunas tertulias con compañeros hay opiniones de todos los colores al respecto y yo soy del pensamiento que algo bueno (o extraño) puede salir. De momento prefiero estar lúcido frente al teclado.
En cuanto al lugar, acabo de transformar un dormitorio de casa en un despacho. Ahora tengo una gran mesa, dos pantallas (imprescindibles para pasar a limpio las correcciones de los lectores cero), toda mi biblioteca, mi música, etc... He creado un espacio personalizado para estar cómodo y tranquilo en las innumerables horas que dedico a escribir.
- En este tiempo de pandemia por el Covid-19, ¿qué ha sido lo que más has echado de menos?
Las confidencias entre amigos o compañeros sin el contacto físico y a distancia de seguridad es horripilante, lo llevo mal. Ahora, después de ocho meses, lo llevo peor. Creo que mataría (literariamente, claro) por volver a presentar novelas, firmarlas y fotografiarme con mis lectores sin mascarilla ni riesgo de contagio. Lo necesito.
- ¿Cómo saldrá el sector cultural en general y el del libro en particular?
Mal. Estoy convencido. Estamos en la parte descendente de la senoide. No dudo de que volverá a subir y a recuperarse, pero no me aventuro a pronosticar una vuelta a la misma normalidad que teníamos. El sector del libro se reinventará y buscará nuevas maneras de llegar a los lectores. ¿Y sabes por qué? Porque es imposible que el ser humano deje de leer; no lo hará nunca mientras exista.
- En este tiempo tan raro, ¿te ha resultado fácil concentrarte para escribir o para leer? Porque, como sabes, soy de leer mucho y en el tiempo que tuvimos con el confinamiento me costó trabajo ponerme a leer.
No he tenido problema alguno en leer ni en escribir, al contrario. La reclusión primero, la anulación de todo tipo de acto literario después y el recogimiento voluntario final me han proporcionado muchas horas que antes no tenía y que he destinado a la escritura y la lectura. Entiendo a los compañeros a los que todo este caos les haya impedido escribir o leer, es más normal que lo que me ha sucedido a mí.
- Como lector, ¿qué ha sido de lo último que has leído?
Mis dos últimas lecturas han sido: Días de guardar de Carlos Pérez Merinero y A pocos metros de la verdad de Javier García Martínez. Ahora llevo entre manos a Juan Madrid con una de sus novelas de la Serie Brigada Central: Último modelo. Como ves, todo producto nacional.
- Ya llevas un tiempo en el mundo literario, ¿qué te ha aportado la literatura desde que comenzaste hasta ahora? ¿Cambiarías algo?
AMISTADES. Y así lo digo, con mayúsculas. He conocido autores/as, editores/as, lectores/as, periodistas que valen mucho la pena. También a personas venenosas a los/as que es mejor ni acercarse, claro, pero esos/as son los menos. Cuando fui a la gala de premios de Planeta 2019 se creó en la provincia de Castellón un grupo en las redes para seguir la entrega de premios en directo y para apoyarme. Nunca creí que yo pudiera provocar eso; ni por asomo. Pasado un año, aún tengo amigos en las redes que me confiesan que para ellos yo fui el ganador y me agradecen haber llegado hasta allí. Se sintieron representados por mí. Y eso, a día de hoy, me pone la carne de gallina. ¿Te parece poco lo que la literatura está aportando a mi vida? Estoy feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario