Cuando me encontraba cursando mis estudios del ciclo formativo de Marketing y Publicidad en Cartagena tenía un profesor que ponía mucho énfasis en que, a la hora de tener un negocio entre manos, hiciéramos todo lo posible para no contar ni con familia ni con amigos. Y yo pensaba: "Tan malo no puede ser" y, después de el paso del tiempo y de leer "Silentium" del escritor Rubén Juy tengo que reconocer que algo de razón tenía este profesor. ¿Por qué lo digo? Por todo lo que le sucede a Bruno, el protagonista de esta historia que engancha al lector de principio a fin.
Empecemos poco a poco. Bruno es un tipo que ha sufrido mucho en el pasado y que sigue sufriendo bastante en el presente cuando se ve en la calle después de estar mucho tiempo trabajando en un estudio arquitectónico. Al mismo tiempo, tiene sus más y sus menos con su hija, situación que hace que ambos tomen caminos dispersos. Es que, además, mientras se va avanzando en la lectura de "Silentium", editada por Cosechanegra Ediciones (para mi, una de las mejores editoriales de novela negra que existen en la actualidad), la situación de Bruno se va oscureciendo hasta límites insospechados, circunstancia que hace que Bruno viva experiencias, hasta cierto punto, traumáticas en las que la traición y las mentiras están al orden del día.
En definitiva, Bruno, sin comerlo ni beberlo, se verá en el epicentro de una red de tráfico de droga y comprobará que es muy pero que muy complicado salir del entuerto en el que le meten para lograr que su hija le vuelva a tener en consideración. ¿Lo consigue? ¿Logra Bruno salir indemne del entuerto en el que se ve obligado a entrar? Para saberlo hay que leer "Silentium", una novela que supone un golpe encima de la mesa y un grito de "Aquí estoy yo" que hace Rubén Juy con la novela.
"Silentium" es una novela que te lleva en volandas de principio a fin y que te incita a meterte dentro de la trama y a cuestionarte aspectos de la vida que, a lo mejor, de otro modo no le prestamos la suficiente atención.
Un aspecto que quisiera destacar antes de finalizar con la reseña es el ritmo, algo en lo que me voy fijando últimamente en todas las novelas que leo y reseño posteriormente. En "Silentium" nos encontramos con un ritmo a dos velocidades. Me explico. En un principio, la trama empieza de una manera tranquila sin sobresaltos de ningún tipo pero que, a medida que el lector avanza en la lectura y va conociendo a cada uno de los personajes que van apareciendo para enriquecer la trama, el ritmo narrativo va cogiendo velocidad y cuando quieres tomarte un descanso no puedes hasta llegar al final.
Una historia plagada de traición y secretos en la que Bruno, una persona tan normal como tú, deberá decidir entre lo que es fácil y lo que es correcto, entre el peligro y salvar su vida, entre el bien y la muerte.