Buenos días amantes de la literatura y de las letras. Ya vamos por mitad de semana. Hoy llegó el miércoles y, en SuperLectorAlfa celebramos la llegada del miércoles con una nueva entrevista literaria. Hoy tenemos el placer de contar con la presencia de un escritor que ya ha recorrido en el mundo literario un cierto camino porque ya ha escrito varias novelas entre las que destaco la novela que me estoy leyendo actualmente: "El ejército de Dios". Este autor es Sebastián Roa. Sebastián nació en la ciudad de Teruel allá por 1968. En la actualidad compagina su trabajo en el sector público y la escritura. En 2009 fue alumno de Literatura Creativa de Santiago Posteguillo. Sebastián también ha actuado como miembro del jurado en diversos certámenes de relatos históricos y suele colaborar en varios eventos literarios y talleres. Además de todo esto, Sebastián ha participado en varias antologías de relatos.
Santiago Posteguillo y Sebastián Roa |
Sebastián Roa es el autor de diversas novelas, tales como: "Casus Belli" (Delibrum Tremens 2007), "El caballero del alba" (Delibrum Tremens 2008; Ediciones B 2015), "Venganza de sangre" (Tropo 2009; Ediciones B 2012), y la Trilogía Almhoade compuesta por "La loba de Al-Ándalus" (Ediciones B 2012), "El ejército de Dios" (Ediciones B 2015) y "Las cadenas del destino" (Ediciones B 2016).
Con la novela de "Venganza de sangre", Sebastián se hizo con el II Certamen de novela histórica Comarca del Cinca Medio. Posteriormente, en el año 2010, ganó el Premio Hislibris al mejor autor español de novela histórica. Un año más tarde de hacerse con este premio, se hizo también con el IX Certamen nacional de relato histórico Álvaro de Luna con un relato sobre la época medieval llamado "Cantar de Altabella".
En 2016, el certamen internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda le concedió el Premio "Los cerros de Úbeda" a la mejor novela histórica por "Las cadenas del destino".
Después de este introducción ha llegado el momento de que Sebastián Roa vaya respondiendo a las cuestiones formuladas por SuperLectorAlfa. Empezamos en 3,2,1,...
- De pequeño, ¿disfrutabas
leyendo o la lectura era algo que te aburría?
Siempre he disfrutado
mucho, salvo quizá cuando me obligaban a leer algo y ese algo no me gustaba. No
creo que uno pueda plantearse escribir si no disfruta de la lectura.
- ¿En qué momento dijiste
de empezar a escribir para ser leído por la gente?
No fue buscado de
propósito. Escribía para mí mismo, porque escribir me ayuda a pensar. Lo de
publicar fue casi una casualidad. Una posibilidad que me encontré por el
camino. Mi mujer me lanzó el reto: ¿por qué no? Y probé.
- ¿Te animó alguien a
lanzarte a la aventura de escribir?
Supongo que hay varios
culpables a lo largo de mi vida, aunque no hayan sido conscientes de ello. Mis
padres, claro. Algunos de los profesores que tuve también influyeron, seguro.
Además, escribir (y en cierto modo narrar) forma parte de mi oficio: algo que
no tiene mucho que ver con la literatura, pero te aporta tablas. Por otro lado,
siempre he sido bastante imaginativo. De pequeño era uno de esos chavales con
la cabeza en las nubes. En suma: supongo que venía con el rodaje hecho.
- ¿Quién o quiénes son tus
referentes literarios?
Miguel Delibes, un referente de Sebastián. |
Pues desde Homero hasta
hoy, tenemos lista para rellenar. Te nombraré a uno muy importante: Miguel
Delibes.
- ¿Qué buscas en los
lectores?
La verdad es que no
busco nada. Hombre, me gusta mucho cuando alguno se pone en contacto conmigo y
me dice que una obra mía le ha emocionado, o le ha hecho reflexionar, o le ha
sorprendido… Pero sé por experiencia que no existe el autor capaz de contentar
a todos los lectores, y que hay lectores para casi todo tipo de autor. No creo
que valga la pena perseguir la aceptación del lector. Escribir sin tenerse en
cuenta a uno mismo debe de ser bastante duro.
- Un escritor, ¿nace o se
va haciendo a medida que transcurre el tiempo?
Supongo que existe
cierta predisposición, y también que para sacarle partido hay que ponerse a
trabajar. De todas formas, mi concepto de «escritor» es muy restringido. Para
mí un escritor es un artista, una especie de privilegiado por la naturaleza,
alguien capaz de ejecutar sus obras con excelencia, por encima del común de los
mortales. Casi nadie es capaz de hacer lo que hace un escritor. Si todos
pudiéramos ser escritores, no tendría ningún mérito serlo. Escritores eran
Blasco Ibáñez o Sender, no las decenas de miles de personas que publicamos hoy
en día. Mucho menos los que, incluso sin haber publicado nada, se plantan un
sonoro «escritor» en su apartado de ocupación en el Facebook.
- Empecemos a hablar sobre
“El caballero del alba”, ¿en qué época está ambientada esta novela?
Principios del siglo XIII.
- “El caballero del alba”,
¿fue tu obra prima o antes de escribir “El caballero del alba” ya habías
escrito algo anteriormente?
Mi primera novela (escrita
y publicada) fue Casus Belli, que
salió en 2007. El caballero del alba
salió un año después. Es curioso, tal vez se deba a que estoy un poco
encasillado en el género, pero la gente suele creer que El caballero del alba es mi primera novela, cuando en realidad se
trata solo de mi primera novela histórica.
- ¿Nos puedes dar una
pincelada sobre lo que se puede encontrar el lector en “El caballero del alba”?
Pues a pesar de que El caballero del alba está llena de
guerra y de acción, es una historia de amor. De amor imposible, añadiría. No en
vano está basada en la leyenda de Los amantes de Teruel. En la novela son
también importantes otros tipos de relaciones humanas, como la amistad. Y los
límites hasta los que llegamos —e incluso traspasamos— por ese amor y por esa
amistad.
- ¿En cuánto tiempo
escribiste “El caballero del alba”?
Aproximadamente un año y
medio.
- Seguimos con “Casus
Belli”, otra novela histórica. ¿En qué hecho histórico te basaste para hacer
esta novela?
Casus Belli no es
una novela histórica, sino lo que podemos llamar thriller político-bélico.
Aunque es verdad que la diseñé sobre fundamentos reales, como la retirada
estadounidense de Irak, la solidez de la Unión Europea, la amenaza nuclear
iraní o la rivalidad entre palestinos e isralíes.
- El título de “Casus
Belli”, ¿era el que tenías en mente desde el principio o le tuviste que cambiar
el nombre en alguna ocasión? ¿Cómo surgió este título?
Es el único caso de una
novela mía que tenía título antes incluso de empezar a escribirla. Lo cierto
era que necesitaba una hipótesis de trabajo. Un hecho capaz de desencadenar una
guerra de considerables dimensiones. Eso es lo que significa Casus Belli: causa
de guerra.
- Normalmente, cuando
escribes, ¿en qué momento sueles poner el título a la obra?
Una vez que la he
acabado, o esa es la intención. Aunque luego me ha pasado de todo: por ejemplo,
he puesto títulos provisionales que han acabado siendo definitivos, y también
títulos presuntamente definitivos que he tenido que cambiar en el último
momento por coincidencias inesperadas.
- Ahora ha llegado el
momento de hablar de “Venganza de sangre”. En esta novela aparece la Orden del
Temple y el rey Jaime II de Aragón. Para quienes no conozcan a este rey, ¿quién
fue el rey Jaime II de Aragón?
Fue un hombre de estado
sobre todo. Un típico rey bajomedieval aragonés, apabullado por las grandezas
de sus antecesores y obligado a administrar un imperio marítimo frente a las
grandes potencias de la época. Fue el hombre que creó el Archivo de la Corona
de Aragón y que instituyó la orden de Montesa. Y todo eso a pesar de que no
estaba destinado a reinar sobre semejante tinglado de estados.
- Los protagonistas de
“Venganza de sangre”, ¿a qué se han de enfrentar?
Hay un protagonista
principal en esa novela: Blasco de Exea. Y tiene que enfrentarse al ineludible
deber de hacer justicia, siempre en pugna contra sus otras pulsiones, sobre
todo la necesidad de buscar la felicidad. Luego está el arduo asunto de que sus
decisiones —o la falta de ellas— acarrean consecuencias, en uno o en otro
sentido. Los problemas de Blasco son, en realidad, muy humanos. Cotidianos,
diría yo.
- Ya que escribes novelas
históricas, ¿qué época de la historia es tu preferida? ¿Por qué?
Siempre me ha atraído
mucho la antigüedad clásica. Mi inclinación hacia la Edad Media es tardía. Pero
no desprecio ninguna época. Al fin y al cabo, eso es solo el contexto temporal,
un elemento no esencial en novela.
- Pasamos a “La loba de
Al-Ándalus”, ¿qué se puede encontrar el lector en esta novela?
Esta es, sobre todo, una
historia de ambiciones. Algo muy curioso que aparece en La loba de al-Ándalus es la similitud con un episodio muy actual:
la eclosión del fanatismo extremo y la resistencia a ultranza por parte de sus
víctimas potenciales.
- “La loba de Al-Ándalus”
forma parte de una trilogía. Mi pregunta es, las tres novelas que conforman
esta trilogía, ¿se pueden leer de una manera independiente una de otra o siguen
un hilo conductor?
Son novelas con tramas
independientes y autoconclusivas. Pueden leerse aisladamente. A pesar de eso,
las tres son consecutivas cronológicamente y, desde el punto de vista
histórico, abarcan la invasión almohade y el cénit de su enfrentamiento con los
reinos cristianos. Algo que determinó el devenir de nuestra historia.
- Ahora es el momento de
hablar de la segunda parte de esta trilogía, es decir, es el momento de hablar
de “El ejército de Dios”. Los protagonistas de la Trilogía Almohade, ¿a qué se
debe de enfrentar para conseguir sobrevivir al día a día?
Las tres novelas de esta
trilogía siguen el esquema de tramas paralelas, así que cada una cuenta con
varios protagonistas, con pasiones y objetivos distintos, aunque encuadrados
todos en el mismo drama. La idea es generar un fresco multicolor, es decir,
presentar puntos de vista contrapuestos o complementarios. Hay personajes que
se enfrentan al fanatismo, otros lo hacen a la codicia del vecino. A las trabas
sociales, a impedimentos morales, a mandatos religiosos, a necesidades
políticas…
- En tu novela “El
ejército de Dios”, tratas el imperio almohade. ¿Cómo se organizaban la gente
del imperio almohade?
Uf. Serían necesarios
cientos de páginas para contestar a esa pregunta. El imperio almohade fue un
estado islámico altamente centralizado —a pesar de su heterogeneidad— y movido
por dos motores principales: los lazos tribales y la adhesión total a un credo
único. La fe y el miedo fueron instrumentos de uso común. Resulta complicado
entender el califato almohade sin profundizar en él, y eso es una pena, porque
aprender sobre los almohades nos proporcionaría medios para entender algunas de
las cosas que suceden hoy en día. De hecho, las similitudes entre el imperio
almohade y el actual Daesh son sorprendentes.
- ¿Qué hizo el rey Alfonso
de Castilla para frenar el avance del imperio almohade?
Se pasó la vida empeñado
en construir una alianza cristiana liderada por una Castilla fuerte. Aunque
padeció serios problemas desde el principio, sobre todo a causa de su
turbulenta infancia, de las pequeñas codicias territoriales y de la falta de
visión política de sus parientes coronados.
- Y llegó el momento de
hablar de la conclusión de la Trilogía Almohade con “Las cadenas del destino”.
En esta última parte de la trilogía, el lector, ¿qué se puede encontrar?
Todo un choque de
civilizaciones. El efecto que una crisis extrema causa en las pequeñas
historias, en las relaciones entre personas de aquí y de allá. También las
distintas reacciones de los seres humanos ante la posibilidad del exterminio o
la esclavitud, y una reflexión acerca de los procesos mentales que llevan a que
un hombre mate por sus creencias.
- De estas tres novelas,
¿cuál te supuso un mayor esfuerzo? ¿Por qué?
La loba de al-Ándalus, por aquello de que fue la primera del proyecto y el
trabajo de documentación fue mucho más profundo. Con las dos siguientes
funcioné por inercia y con toda la base documental lista, así que pude
centrarme mejor en los aspectos dramáticos.
- ¿Qué ha sido lo mejor
que te ha pasado desde que estás dentro del mundo literario? ¿Y lo menos bueno?
De lo mejor: la gente
interesante a la que he conocido con la excusa de los libros. De lo peor: el
postureo y los egos hipertrofiados.
- Has escrito novela
histórica, ¿se puede decir que tu género literario preferido es la novela
histórica? ¿Cambiarías de registro alguna vez?
Bueno, es el género en
el que me muevo con más comodidad. Pero no me cierro las puertas. Como he dicho
por ahí arriba, no puede uno limitar sus posibilidades literarias por un
elemento como el contexto temporal. En narrativa existen factores mucho más
importantes, como trama y personajes. Uno de los grandes problemas del género
es lo que se pierde de solidez literaria a causa de toda esa obsesión por el
marco histórico. De hecho, una novela histórica raramente es solo histórica. Es
también una historia de intriga, o de amor, o de aventuras…
- ¿Qué consejo le darías a
aquellas personas que quieren empezar a dar sus primeros pasos en el
maravilloso mundo del escritor y experimentar la alegría que te da cuando
publicas un libro pero que, por diversos motivos, no terminan de decidirse?
Si alguien quiere
escribir, sabe hacerlo y tiene algo que contar, no creo que necesite consejos
para decidirse. Por muy mal que suene, más bien daría algún que otro consejo a
la gente que no tiene nada que contar pero se empeña en escribir o, aún peor,
en «ser escritor». Por otro lado, y hablando de algo tan serio como «ser
escritor», mi autoridad para dar consejos no existe. Yo necesito más de uno y
más de dos, y aun así soy consciente de que jamás llegaré a eso: ser escritor.
- Para terminar la
entrevista, la gente que la haya leído y que quiera tener algún ejemplar de tus
novelas, ¿de qué modo lo pueden hacer?
Bueno, puede acercarse a la
librería más cercana, je, je. No, en serio: mis novelas están publicadas con
Ediciones B, que es un sello del grupo editorial Penguin Random House. Pueden
adquirirse (o encargarse si no quedan ejemplares) en cualquier librería
tradicional, en cadenas como Casa del Libro, FNAC o Corte Inglés. Pueden
encontrarse en grandes superficies y comprarse mediante comercio electrónico, y
hasta se pueden encontrar en un buen número de países latinoamericanos. Eso en
papel. En digital, están disponibles en todas las plataformas.
Muchas gracias y desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor de cara al futuro y espero que sigas
deleitándonos con tus novelas. Ha sido un placer.
Gracias a ti, Kiko, y
sigue adelante con esta gran tarea.
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