Buenos días amantes de la literatura. Pues ya tenemos una nueva semana. Hoy lunes os traigo una nueva reseña. Hoy os voy a hablar sobre un libro que me ha ayudado a ver como era la sociedad vasca en el tiempo en que la banda terrorista ETA ha estado operativa. Gracias a Fernando Aramburu he podido conocer un poco más a la sociedad vasca. Esta es la razón que hizo leerme este libro que, lo tengo que decir, es el primer libro de Fernando Aramburu que he leído.
Ahora, después de estas palabras, empiezo la reseña propiamente dicha. En esta novela, Fernando Aramburu cuenta las vivencias de dos familias amigas pero, ¿qué pasa?, pues que, una familia de estas dos es proclive a la banda mientras que la otra familia no. Este hecho hace que se dejen de hablar, habiéndose hablado desde siempre.
Fernando, de una manera magistral, muestra en el libro un retablo de la vida en Euskadi durante más de 30 años con el miedo a la banda terrorista como telón de fondo.
La novela empieza cuando la banda terrorista anuncia el abandono de las armas y una mujer viuda, Bittori de nombre, va al cementerio a ver la tumba de su marido, Txato de nombre, asesinado por la banda terrorista a contarle, de alguna manera, los sucesos que van ocurriendo.
Bittori quiere averiguar quien fue quien mató a su marido y un paso fundamental que da en esa investigación es volver al pueblo de toda la vida. En el pueblo vive una mujer, que en tiempos mejores fue amiga de Bittori y es madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y que le aporta a Bittori diversos quebraderos de cabeza porque, según la propia Bittori Joxe Mari tiene mucho que ver en el asesinato de su marido.
También destaco que al final del libro, el autor nos proporciona un vocabulario que va apareciendo a lo largo de la novela. El vocabulario del final del libro es de palabras vascas traducidas al castellano para que todos los lectores sepan que es lo que se significan dichas palabras.
Pues si ahora lees "Historia mínima del País Vasco" de Jon Juaristi, tus conocimientos aumentarán exponencialmente. Saludos, Jesús García Castrillo.
ResponderEliminarGracias por el consejo.
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