Buenos días amantes de la literatura. ¿Cómo lleváis la semana? Ya queda poco para que llegue el fin de semana. Los fines de semana son unos momentos propicios para cogerse un libro y ponerse a leer. Hoy, por fin es viernes, tenemos la oportunidad de contar con la presencia de un escritor que conocí en Cartagena en el famoso local de Míster Witt Café dentro del ámbito de "Cañas con...", acto literario llevado por otra gran persona como es Paco Marín, uno de los cabecillas de Cartagena Negra.
A lo que iba, hoy tenemos con nosotros al escritor Jesús Tíscar. Jesús nació en la localidad de Jaén en marzo. Actualmente reside en la localidad murciana de Santiago de la Ribera. Jesús, aparte de ser escritor también es actor de teatro pero antes que todo eso, ha sido: botones en una gestoría, telefonista en un club de jazz, vendedor de ordenadores viejos, portero de bar, distribuidor de sus propios libros, vendedor de entradas y taquillero de sus propias obras de teatro.
En 2017 se hizo con el XXI Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe con "La japonesa calva".
Después de todo lo que ha realizado Jesús no sé que le queda más por hacer. ¡A si! Se me olvidaba. A Jesús le queda responder a las cuestiones de SuperLectorAlfa. Empezamos en 3,2,1...
En primer lugar, darte las gracias por aceptar esta entrevista para el
blog literario.
Gracias a ti. Jamás le digo no a una entrevista. ¡Es publicidad!
- De pequeño, ¿disfrutabas leyendo o el leer era algo que te aburría?
Disfrutaba. Recuerdo que,
antes de ir a la escuela, estaba deseando aprender a leer para descifrar qué
ponía en las etiquetas de las botellas de vino que había en la mesa a la hora
de las comidas. Cuando pude averiguar que lo que ponía era “Tres Pistolas” y
“Sinforoso”, la vida empezó a cobrar sentido para mí.
- ¿Quién te inculcó la pasión por la literatura?
Por la leída, mi padre, al que
siempre veía leer; por la escrita, aunque involuntariamente, un compañero del
colegio que dibujaba tebeos. Yo quería hacerlo también, pero a mí el dibujo se
me ha dado siempre peor que chiflar sin usar los dedos (usando los dedos chiflo
muy bien), así que decidí cambiar las viñetas por palabras. Tenía 9 años, y
hasta hoy. Bueno, mañana también, creo.
- De todos los trabajos que has hecho: botones en una gestoría,
telefonista en un club de jazz, vendedor de ordenadores viejos y un largo
etcétera, ¿cuál fue el más divertido, por decirlo de alguna manera?
Sin duda, el largo etcétera, y ahí incluyo el de portero de bar. Me
encargaba de vigilar que la gente no sacara las copas a la calle a partir de
ciertas horas, y los escondrijos y las triquiñuelas para engañarme eran de lo
más edificantes. Había muchachas que se la encajaban en las bragas, la copa, pero
claro, el clinclín del hielo las delataba al caminar.
- ¿Quién o quiénes son tus referentes literarios?
Paco Umbral, referente literario de Jesús. |
Umbral, Cela, Valle-Inclán,
Aldecoa, Stephen King, Juan Marsé y cualquiera que me fascine antes de la
página cuatro.
- Aparte de escritor también eres actor. ¿Qué es lo más complicado: ser
escritor o ser actor?
Actor. Hay que cargar y descargar muchos trastos antes de que te den un
Goya. Y yo odio cargar y descargar trastos. Es una mudanza perenne. Y luego en
los camerinos hay mucho vicio. Es espantoso. Je je.
- ¿En qué momento dijiste de empezar a escribir para que la gente te
pudiera leer?
A los 9 años. Nunca he escrito para guardar. Desde el principio quería
publicar. Es más, de los “escritores” sin ambición pública no me fío. Además,
son muy pesados. Hablan mucho de sus tías impedidas.
- Empecemos hablando de tu libro “La camarera que me escupía en los
chupitos de whisky (y otros 15 relatos pellejos”). ¿Por qué nace este libro?
Es el título del último relato de esa colección de cuentos premiados en
concursos literarios. Elegí ese para titular el libro porque los títulos tienen
que llamar la atención entre tanto y tanto y tanto y tanto como se publica.
Nació porque tenía mucha obra publicada en pequeñas ediciones de ayuntamientos,
así que las reuní.
- ¿Qué se puede encontrar el lector en este libro?
Dieciséis cuentos, la mayoría de ellos premiados en concursos literarios
organizados por ayuntamientos, asociaciones, diputaciones y demás. Dieciséis
muestras “pellejas” de un género en el que me muevo muy a gusto: la narración
breve. Historias oscuras, punzantes, bestiales, sexuales y muy graciosas.
- Siguiendo un poco con el título del libro, ¿te gusta el whisky o eres de
cerveza, por poner un ejemplo?
Si quiero refrescarme, cerveza. Si quiero ponerme interesante, whisky. Y
si quiero pillar un mierdón como un piano, cerveza y whisky.
El protagonista, Avelino Gómez, es un ser deforme y sucio, repulsivo, él
se tiene por un gusano. Y escribe sus memorias antes de suicidarse.
- ¿Nos puedes dar una pincelada sobre lo que pasa en las “Memorias de un
gusano"?
Se trata de una novela extremada y necesariamente dura. A los lectores
les suele joder la vida leerla, pocos se recuperan, porque se sumen en un
ámbito de oscuridad absoluta, inmoralidad humana y hedor excrementicio, pero no
pueden dejar de hacerlo, no pueden dejar de leerla, eso me cuentan.
Paco Marín (izquierda) y Jesús Tíscar (derecha) en "Cañas con..." en Mister Witt Café Cartagena. |
- Ahora hablemos de “La japonesa calva”. Es una novela con la que ganaste
el XXI Premio Internacional de Novela Negra “Ciudad de Getafe”, pero yo
pregunto, aunque ya se me la respuesta, pero es para la gente que no fueron a
la velada literaria de “Cañas con…” en Mister Witt Café de Cartagena, con “La
japonesa calva” ¿querías hacer una novela negra o, accidentalmente, salió con
los ingredientes de la novela negra?
Me salió. Cuando la di por terminada, o un poco antes, vi que contenía
elementos del género, no puros, claro, yo no soy de géneros, ni siquiera soy
puro, pero ahí estaban. Y casi al mismo tiempo vi las bases del Getafe de
Novela. La envié.
- El lector que lea “La japonesa calva”, ¿con qué se puede encontrar?
Con una trama en la que la mediocridad, el absurdo y la brutalidad
humana intentan sobrevivir como sea. Mis personajes son guiñoles en la España
de septiembre de 2016, tras la encarcelación de los titiriteros y sin Gobierno
que nos siguiera engañando. Pero da igual. La gente se ahoga y mata por
aburrimiento y los guardias civiles se enamoran perdidamente de los anos de las
japonesas que cobran un pastón por una gayola en la camilla de masajes.
- ¿Qué destacarías de cada uno de los personajes de “La japonesa calva”?
Kazumi tapa la oscuridad brutal de su pasado ganando dinero, Franco
Baena es un blando que pudo ser neonazi, Cobriza Pemberton se cree irreemplazable
y la cambian por una poligonera, Melisa Benítez está loca de imaginación inútil,
Luciana Crespillo es una pobre inocentona de 71 años a la que maceraron a
palos, el hombre que se peina como Los Chunguitos es un subnormal que quiere
hacerse famoso como psicópata asesino… Y ahí lo dejo. ¡Es que personajes hay
muchos!
- De los libros que has escrito, ¿cuál te supuso un mayor esfuerzo?
Todos tienen un mayor esfuerzo. Cuando me pongo a escribir, no me ando
con tonterías ni mariconadas. Escribir es esforzarse. Todo lo demás es redactar.
- Ahora repasamos los premios literarios que has ganado. Has ganado el XXI
Premio Internacional de Novela Negra “Ciudad de Getafe”, el XXXVIII Certamen
Literario de Bargas (Toledo), el XXXIII Premio de Narrativa “Antonio Porras”
(Córdoba) y un largo etcétera. ¿Te ves ganando alguna vez el Premio Planeta, el
Nadal o, como eres actor, un Goya?
Del Goya ya he hablado. El Goya no. El Planeta no me lo han ofrecido
(aún), hay lista de espera, como más o menos le pasa al Nadal. Los grandes
premios de novela que convocan editoriales privadas son operaciones de mercado,
ahí el jurado pinta poco, aunque suele cobrar bien por figurar como jurado.
- ¿Qué ha sido lo mejor que te ha pasado desde que estás en el mundo
literario? ¿Y lo menos bueno?
Lo mejor que me ha pasado, lo último, siempre lo último, el Premio de
Novela Negra Ciudad de Getafe, porque además me llegó en el momento que más
necesitaba una distinción (y una pasta) así. Lo menos bueno ocurre todos los
días, a ratos.
- Si te dieran a elegir entre un libro en formato de papel y uno en
formato digital, ¿con cuál te quedarías? ¿Por qué?
Papel. Porque soy un rancio
que no piensa evolucionar jamás.
- Eres de Jaén, pero vives en Santiago de la Ribera en Murcia. ¿Cuál fue
el motivo por el cual tuviste que dejar tu Jaén y venirte a la Región de
Murcia?
Motivos personales. Me perseguía gente mala que aquí a Murcia no se
atreve a venir. Fue una decisión acertada, no me arrepiento, no echo de menos
Jaén, a Jaén no la echa de menos nadie, excepto por los alcaparrones en verano.
Es broma, digo lo de la gente mala. Hubiera estado bien, pero no, esas cosas no
pasan.
- ¿Estás trabajando actualmente en algún otro libro u obra de teatro?
En otra novela, pero está muy verde aún. Y algo de teatro tengo en
mente. Lo que pasa es que me estoy mudando, y yo mudándome no escribo, me niego.
- Para terminar la entrevista, la gente que la haya leído y que quiera
adquirir algún ejemplar de tus libros, ¿de qué modo lo pueden hacer?
“La japonesa calva”, en librerías y en línea (Amazon, Fnac, Casa del
Libro, Corte Inglés, etc.). “Memorias de un gusano” y “La camarera que me
escupía en los chupitos de whisky” están peor distribuidos, pero los sirvo con
mucho gusto por correo y muy bien de precio en jesustiscar.wixsite.com/escritor.
Muchas gracias nuevamente y desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor de
cara al futuro. Fue un placer conocerte en persona en el Mister Witt Café
Cartagena.
Igualmente.
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