viernes, 4 de octubre de 2019

ENTREVISTA A MARTA ROBLES


Hoy viernes, día 4 de octubre, tenemos la visita Marta Robles a quien tuve el placer de conocer y charlar sobre "La mala suerte" en Cartagena Negra.
Marta es licenciada en Ciencias de la Información, rama periodismo por la UCM. Periodista y escritora, lleva treinta años ejerciendo su profesión en todo tipo de medios. Empezó su carrera profesional en la Revista Tiempo y desde entonces ha colaborado en distintas publicaciones como Panorama, Man, Woman, Elle, Carácter, Wapa, XL Semanal, el Magazine de la Vanguardia, Grazia, La Gaceta de Salamanca o La Razón, entre otras.
En cuanto a la televisión se refiere, Marta ha trabajado en Canal 10 desde Londres, en TVE (Magazine de Castilla La Mancha, Esta es mi historia, Amigas y Conocidas, Hora Punta, La mañana de la 1), Tele 5 (Informativos), Antena 3 (Hermida y cía, Las tertulias de Hermida, A toda página, Las noticias de las 9, Noticias del Canal Internacional, Que memoria la mía, Contraportada, El tiempo pasa, Corazón, Espejo Público) y Telemadrid (El ruedo, A todo Madrid, Verano en El Escorial, Telenoticias fin de semana, Gran Vía de Madrid, Madrid a la última, Ahora Marta y Está pasando).
En radio ha dirigido y presentado programas en Radio Intercontinental (Caliente y Frío), Cadena Ser (De la noche a la mañana, El serial, Si amanece nos vamos y A vivir que son dos días), Onda Cero (A toda Radio) y EFE Radio (Entre Comillas) además de colaborar en Punto Radio, con Ana García Lozano o Es Radio con Luis Herrero.
En cuanto al mundo literario, Marta Robles es autora de varios libros de no ficción con "El mundo en mis manos" (1991), "La dama del PSOE" (1992), "Los elegidos de la fortuna" (1999), "El catálogo del Parque Oceanográfico de Valencia" (2003), "Madrid me Marta" (2011), "Usted primero" (2015) y "Haz lo que temas" (2016) y también de ficción como "Las Once Caras de la María Lisboa" (2001), "Diario de una cuarentona embarazada" (2008), "Don Juan" (2009), "Luisa y los Espejos" (2013) - con el que ganó el premio Fernando Lara de Novela-, "Obscena" (2016), "A menos de cinco centímetros" (2017) (finalista en el Silverio Cañada de novela negra de Gijón) y "HNegra" (2017) o "La mala suerte" (2018) (Premio especial Aragón Negro y finalista en Cartagena Negra). Acaba de recibir el premio Castellón Letras del Mediterráneo, por su nueva novela "La chica que no supiste amar", que se publicará el próximo enero. Además dirige y prologa la colección Sin Ficción, para la editorial Al revés, donde se han publicado los títulos "29 balas y una nota de amor", de Alfonso Egea, "Cazaré al monstruo por ti", de Manu Marlasca, "Los ratones de Dios", de Luis Rendueles y "Desmontando el crimen perfecto", de Mayka Navarro.
Actualmente, colabora en La Razón, La Gaceta de Salamanca, y en televisión en Espejo Público, en La mañana de la 1 y en Está pasando, en Telemadrid. También participa regularmente en mesas redondas, realiza presentaciones e imparte conferencias.
Entre sus numerosos premios cabe destacar el TP de oro (1995), dos antenas de oro (2000 y 2010), dos de plata (1995 y 2006), el woman de Oro (1995) o el Premio Nacional de Comunicaciones (2005), además del Fernando Lara de novela (2013) o el premio PR a la periodista más querida de Madrid (2006), el Premio especial del Festival Aragón Negro a "La mejor de los nuestros" (2019) o el Premio Letras del Mediterráneo en la categoría de Narrativa (2019).
En la actualidad vive en Madrid con su familia.
Como se puede ver, la trayectoria, tanto profesional como literaria de Marta Robles está llena de éxitos y desde SuperLectorAlfa deseo que sean muchos éxitos más en el futuro.


Dicho esto ha llegado el momento esperado. Llegó el momento de que Marta ponga voz a cada respuesta dada a las cuestiones formuladas por SuperLectorAlfa. Comenzamos en 3,2,1,...


- Eres periodista y escritora. ¿Qué es más complicado: escribir o contar lo que sucede en la sociedad?

Las dos cosas son contar, que es lo que, en definitiva, es mi vida. La línea que separa mis dos actividades es la realidad. En el periodismo todo tiene que ser real mientras que en la escritura solo ha de ser verosímil. Ambas tienen su complicación y, siendo distintas, confluyen en muchos aspectos: exigen lectura, documentación, rigor y compromiso. No entiendo el periodismo ni la escritura sin leer, documentarse, ser riguroso y comprometido.


- El mayor obstáculo que se puede encontrar un periodista, según tu opinión, ¿cuál puede ser?

Los obstáculos más difíciles de superar siempre están en uno mismo. La falta de curiosidad es el peor de todos  para una persona que quiere dedicarse al periodismo. Una persona que no esté alerta ante la vida, que no escuche, observe y vibre con lo que sucede a su alrededor, tenga o no que ver con ella, difícilmente podrá ser periodista. Para ser buen periodista, además, hay que querer cambiar el mundo. Sin esa pretensión el periodismo solo es un oficio más.

Marta Robles en Cartagena Negra.

- Viniste a Cartagena Negra en septiembre. ¿Qué supone para una ciudad contar con un festival como el de Cartagena Negra?

Cartagena puede estar muy satisfecha de ser una ciudad con un festival lleno de entusiasmo, del que emociona formar parte. Yo creo que un festival literario es un plus para cualquier ciudad, pero en una como Cartagena, donde se respira cultura por los poros, es imprescindible. Para mí ha sido una experiencia maravillosa participar en este festival, encontrarme con colegas y lectores y sentir el pulso cultural de una ciudad tan interesante. 


- ¿Hay algún libro que te haya marcado a lo largo de tu trayectoria como escritora?

Me han marcado muchísimos libros y, por suerte, lo siguen haciendo. Como te decía al principio de esta entrevista no entiendo ninguna de mis dos actividades sin la lectura. Y tampoco la vida. Leer es mi prioridad. Y quien me lee a mí, lo sabe, porque mis libros están llenos de otros libros, de experiencias literarias, de lo que me ha aportado a mí la lectura. Un libro que marcó un antes y un después para mí es “Caligula”, de Albert Camus. Creo recordar que lo leí con 18 años. Y fue cuando entendí que cualquiera de nosotros puede pasar de ser tierno y bondadoso a ser cruel y despiadado, de un día para otro. Marca el carácter, pero más aún las circunstancias. Creo que por eso me interesa tanto el género negro.


- ¿Quién o quiénes son tus referentes literarios?
 
Carlos Zanón.
Tendría que hacer una inmensa lista porque son muchos los escritores que han marcado mi vida personal y la profesional. Por señalar algunos apuntaré a  García Márquez, que fue el primer escritor con el que lloré de emoción, Bryce Echenique, con el que también lloré, pero de risa, Pérez-Reverte, de quien admiro muy especialmente la precisión extraordinaria en la documentación y su capacidad para transformar cualquier nimiedad en aventura y Carlos Zanón, que me parece nuestro mejor escritor contemporáneo. Pero vamos yo he leído y leo de todo, novela, ensayo, historia, poesía… Poesía, por cierto, todos los días de mi vida, cuando me levanto. Creo que me ayuda a sobrevivir a mis estados de ánimo siempre cambiantes, y,  desde luego, como el resto de mis lecturas, me ayuda a escribir.


- Hablemos de “Luisa y los espejos”, novela con la que ganaste el Premio Fernando Lara 2013. ¿Cómo surge la idea de escribir esta novela?

Yo llevaba publicando libros de no ficción desde el año 1991 y de ficción, desde el 2001. Es decir, casi desde mis inicios (entré en prácticas en el 87 en la revista Tiempo), compaginé el periodismo y la literatura; pero hasta 2001 no empecé a escribir ficción. Y siempre le tuve tanto respeto a la creación literaria que no pensé en comenzar en ella hasta que no hubiera una historia que me encontrara a mí. Yo no ando buscando historias que contar y preguntándome si les gustaran a los lectores o no. Yo escribo lo que necesito contar. La marquesa Luisa Casati se coló en mi vida, de pronto, y me pilló por sorpresa. Fue una mujer extraordinaria, una de las mayores musas y mecenas de la historia, con un talento innato para descubrir el arte y una sensibilidad inigualable para potenciarlo. Una fuerza de la naturaleza que exprimió la vida hasta el último aliento, amante de D’Annunzio (y de otros muchos intelectuales y artistas) e inspiradora del arte, la música, la moda y la literatura desde su tiempo hasta nuestros días. Cuando yo me topé con Luisa Casati, su recuerdo vivía horas bajas. Por alguna razón que desconozco, la marquesa,  había desaparecido de todas partes, incluso de la misma Venecia que compartió con los más grandes intelectuales y artistas de su tiempo. Pero sobre todo, era absolutamente desconocida en España. A partir de que se publicara “Luisa y los espejos” no solo Google se llenó de Luisa Casati, sino que se publicaron infinidad de artículos en todos los medios de comunicación sobre ella en nuestro país y hasta se hizo una exposición en Venecia en el Palazzo Fortuny. Sinceramente, creo que contribuí a recuperarla con mi novela. Ella siempre decía que quería ser “una obra de arte viviente” y creo que lo consiguió incluso después de muerta. Desde el día que me encontré con Luisa Casati hasta hoy ella ha formado parte de mi vida. Por su extravagancia, su locura y sobre todo por esa fragilidad que no se le suele perdonar a las personas que lo tienen todo. Ella decía “ser diferente es estar sola. Por eso estoy sola”. Era una mujer diferente y única. Creo que mi novela le hubiera gustado. 


- ¿Con qué se puede encontrar el lector en “Luisa y los espejos”?

En “Luisa y los espejos” hay dos historias paralelas de dos mujeres,  una que se desarrolla a finales del XIX y principios del XX, en un mundo donde era imprescindible vivir deprisa y donde cabían algunas locuras y extravagancias, que en otros momentos hubieran sido impensables, y otra que transcurre en nuestro tiempo y en la que la segunda Luisa (la de ficción) casi resucita y vuelve a vivir gracias a la figura de la primera.  Por una parte se va a encontrar con una mujer riquísima -la más rica, junto a su hermana de la Italia de su época-, obsesionada por el arte en todos sus manifestaciones y con una personalidad que fascinaba a todos los artistas que se acercaban a ella y les incitaba a crear. Una mujer rodeada de animales salvajes –desde los guepardos que paseaba con collares de turquesas y diamantes por la Plaza de San Marcos hasta su boa, Anaxagarus, con la que viajaba por toda Europa, pasando por los pavos reales a los que mandaba dar de comer constantemente durante sus fiestas para que mantuvieran el plumaje desplegado-, y de toda suerte de personalidades artísticas e intelectuales. La misma mujer que se atrevió a saltarse las normas establecidas, que fue la primera divorciada de su tiempo y quien hasta el mismo día de su muerte -en la más absoluta miseria-, siguió arreglándose como si la vida fuera una obra de teatro y tuviera que salir a escena y poniéndose unas gotas de venenosa belladona en sus fabulosos e inmensos ojos verdes para proporcionarles el brillo que, según ella, adquieren después de una relación amorosa. Frente a ella está Luisa Aldazabal una mujer de ahora que, por diversas circunstancias y tragedias acabó  llevando la vida que no le correspondía o, al menos, la que ella no quería vivir, hasta que,  tras despertarse de un coma y encontrarse por casualidad con Luisa Casati decidió seguir su estela y atreverse a vivir de otra manera.


- En la novela, la protagonista es Luisa Aldazábal. ¿Qué destacarías de ella?

Para mí era muy complicado enfrentar a un personaje de ficción al real de Luisa Casati. La marquesa fue un ser tan magnífico e incomparable que resultaba muy difícil que pudiera estar, digamos, a su altura. Así que lo que hice fue dotar a la Luisa inventada de algo que la real no tenía y la convertí en artista. Luisa Aldazábal es pintora y la Casati, aunque es cierto que hizo unos collages espléndidos –que nunca quiso mostrar más que a los cercanos y desde luego jamás pensó en vender- era musa y mecenas, pero no artista. La marquesa,en la novela,  consigue despertar a la artista que se quedó atrapada y dormida en una vida convencional. Fue todo un reto escribir esta historia y recrear escenas de la vida extraordinaria de la Casati. O mejor dicho de mi propia Casati. Había muy poco escrito sobre ella, así que yo recopilé los testimonios de cientos de artistas que contaron sus propias experiencias con la marquesa en sus memorias y luego la construí a mi medida. Las dos Luisas, la real y la ficticia formarán siempre parte de mi vida y creo que también de todo aquel que lea la novela. 


- Pasamos ahora a “A menos de cinco centímetros”. El titulo de esta novela editada por Espasa, ¿era el que tenías en mente desde un principio o le tuviste que cambiar el nombre en alguna ocasión?

Hay novelas que nacen con título, otras que lo encuentran a la mitad del viaje y algunas que hasta el final no saben cómo se llamarán.  “A menos de cinco centímetros” nació con ese título. Y creo que es un título muy sugerente, del que me siento especialmente orgullosa. Un buen título es la mitad de un libro. Y este lo es. O eso creo.


- “A menos de cinco centímetros” es tu primera novela negra. ¿Por qué decides escribir novela negra?

Yo escribo relatos negros desde niña, desde que me encontré con Poe. Mi generación comenzó a leer con lo que ahora se conoce como “domestic noir”, es decir, con historias de investigadores no profesionales. En mi caso esos investigadores eran Los cinco o los siete, de Enyd Blyton. La pasión por el enigma primero y luego por el negro más absoluto ha sido siempre una constante en mí.  A los 13 años empecé a escribir relatos negrísimos en el colegio, que les dejaban a mis monjas horrorizadas... Desde entonces, siempre pensé que algún día me lanzaría al género negro.  De hecho, en el final de Luisa y los espejos hay un punto de thriller pasional que tiene que ver con lo negro y lo fantástico. Y ya en alguno de mis primeros relatos de ficción, en  “Las once caras de María Lisboa” había un punto de negritud. Me decidí a zambullirme del todo en el noir cuando la historia de “A menos de cinco centímetros” me encontró a mí. Aunque antes me estrené con un relato negro, titulado “Un sabor muy familiara”. Mientras estaba escribiendo “A menos de cinco centímetros” y meses antes de que se publicara –tuve que retrasar un poco su publicación, porque entre medias me había comprometido a sacar otro libro de no ficción con Planeta, titulado “Haz lo que temas”- me pidieron que escribiera un relato “porno criminal” para una antología coordinada por Juan Ramón Biedma. Yo acepté y  me “atreví” a compartir espacio en “Obscena” con escritores de la talla de Zanón, Somoza o Marías. , bueno,  tuve la suerte de que mi relato fuera especialmente celebrado, y eso me facilitó mi entrada en el género negro con “A menos de cinco centímetros”.


- Esta novela es la primera protagonizada por Roures. ¿Cómo es la vida de Roures en “A menos de cinco centímetros”?

Roures es un ex corresponsal de guerra metido a detective de infidelidades –asuntos de bragueta, que dicen en el argot-, que en la primera escena de “A menos de cinco centímetros” se encuentra en un pequeño pisito de Malasaña rodeado por sus cajas de mudanza y atormentado por sus recuerdos, porque le acaba de abandonar su mujer. Es un tipo acostumbrado a vivir situaciones difíciles, que no juzga e intenta comprender, porque tiene a su vez muchas cosas de las que arrepentirse. Roures se pasea por esta novela tratando de indagar un asesinato múltiple mientras persigue a un escritor infiel –sospechoso principal- y su nueva conquista y posible víctima, que es la mujer de una personaje todo poderoso del mundo de la comunicación en España. La vida de Roures en esta historia se debate entre ese caso, los recuerdos de las guerras en las que trabajó, sus reflexiones personales de cuanto ocurre, el amor, la pasión, el sexo, la literatura, la música y las contradicciones.


- A Roures, ¿se le puede considerar como aquella ave fénix que resurge de sus cenizas?

Yo más bien diría que es un superviviente. Sin darle tanta solemnidad. Es un superviviente de las guerras, del amor y el desamor, de las decepciones, de la vida y de sí mismo. Y creo que es un personaje interesante por su mirada, sus códigos y sobre todo, por la lealtad que le caracteriza. 


- Seguimos ahora con la novela “La mala suerte”, novela con la que fuiste finalista del III Premio de Novela Cartagena Negra, la segunda entrega de Roures. ¿Hay una evolución de Roures en esta novela con respecto a la anterior?
 
“A menos de cinco centímetros” fue finalista del premio Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón, y “La mala suerte” obtuvo primero  el premio especial del Festival Aragón Negro, y después fue finalista de Cartagena Negra, como dices. Y todo ello gracias a Roures, que va creciendo en cada aventura y conquistando a los lectores. Es un personaje del que estoy muy orgullosa. Un tipo de fiar, con el que yo –y creo que mucha gente- me iría al fin del mundo. Creo que ha crecido, claro que sí. Y que los lectores ya lo han hecho suyo. 


- Cuando una persona desaparece y pasa un buen tiempo en el que no se tiene ninguna prueba o en el que no se tiene señales de vida, ¿qué es más fácil: seguir investigando hasta dar con la persona desaparecida o caer en el desánimo y detener, por lo que sea, la búsqueda?
 
Depende desde dónde se mire. Desde los familiares y allegados, si se trata de un desaparición mediática, lo más difícil soportar los focos 24 horas al día y mostrar no solo el escaparate, sino también la trastienda con todas esas cosas que todos guardamos y no queremos que se vean, y aguantar , además del dolor y la incertidumbre de la pérdida, que se les señale como sospechosos mientras dura la investigación. Aun así, suelen preferir la exposición, para que la investigación no acabe dormida y el caso no cerrado –no se cierran- pero sí, casi olvidado. En cuanto a los investigadores, no suelen caer en el desánimo; lo que sucede es que hay investigaciones que, a veces, se quedan en una vía muerta y siempre hay nuevos casos de los que ocuparse. De todos modos, la desaparición de una chica de 18 años de la que no se sabe nada dos años después, que es cuando la madre recurre a los servicios del detective Roures, es solo el comienzo de esta historia. En ella se repasan muchos asuntos relacionados con los pequeños malos tratos, los problemas de la adolescencia o los engaños familiares, hasta llegar a su verdadera intención literaria, que reside en dos preguntas: Qué estamos dispuestos a hacer para conseguir ser padres o madre y si ser padre o madre es un acto de generosidad o un acto de egoísmo. 


- Cuando leí “La mala suerte”, vi que, en efecto, la mala suerte es un personaje más de la novela. ¿Crees que, verdaderamente, existe la mala suerte o es el destino quien dicta todo lo que nos pasa?

Yo creo que la mala suerte es no tener oportunidades. Si las tienes las puedes aprovechar o no, pero si no las tienes, no hay opción. Hace muchos años escribí un ensayo titulado “Los elegidos de la fortuna. Historias de empresarios”, en el que recogía la figura de 19 de nuestros más destacados empresarios contemporáneos y contaba como habían llegado a conseguir el éxito. Me sorprendió al hablar con ellos que todos coincidían en que para lograrlo era imprescindible una buena idea, el talento, el esfuerzo, la capacidad de riesgo…¡y que la suerte no te diera la espalda! Todos conocemos a personas que hacen todo cuanto está en su mano, pero a las que las fortuna no les sonríe y otras que con un chasquear de dedos parecen hacer magia porque están señalados por ella. La mala suerte, desgraciadamente existe. Pero, insisto, la peor de todas las malas suertes es la de no tener oportunidades.


- Aparte de escritora y periodista, también llevas la sección de Sin Ficción, que depende de la Editorial Alrevés. ¿Cómo nace Sin Ficción?

Logo de Sin Ficción.
Bueno, no es no es una sección, sino una colección que yo dirijo y prologo y que yo misma le propuse a la editorial Al revés. Hay un paso previo a la propia colección. Yo llevaba mucho tiempo empujando a mi amiga Mabel Lozano a que escribiera sobre su magnífico trabajo relacionado con la trata de mujeres y niñas, del que ya dejaba constancia en el cine, como la espléndida directora de documentales que es;  pero cuando me contó que un proxeneta había contactado con ella para contarle su historia de cabo a rabo me empeñé mucho más en que la plasmara en un  libro que, sin duda, iba a ser único. Le conté a Gregory Dolz la historia, llevé a Mabel a su editorial y tuve la suerte de poder  acompañarla en ese viaje en calidad de editora. Sul libro tuvo tanto éxito y la historia interesó tanto, que se me ocurrió proponerle a la editorial una colección con libros sobre casos reales, que no incluyeran ni una coma de ficción, pero que estuvieran escritos con la estructura de una novela negra.  El reto estaba en elegir bien los casos y sobre todo a quién los escribiera, que solo podían ser grandes profesionales, que lo supieran absolutamente todo de lo que iban a contar ,y que tuvieran acceso a los sumarios e incluso a los protagonistas. Solo de ese modo se podía asegurar que, de verdad, serían historias sin ficción.


- ¿Cuántas obras componen hasta la fecha la colección de Sin Ficción?

Hasta el momento han salido tres libros, “29 balas y una nota de amor”, de Alfonso Egea, “Cazaré al monstruo por ti”, de Manuel Marlasca y “Los ratones de Dios” de Luis Rendueles. El 15 de octubre sale el próximo “Desmontando el crimen perfecto”, de Mayka Navarro. Los cuatro libros  son excepcionales y están firmados por los mejores. Estoy enormemente orgullosa de esta colección y de mis autores, que no solo tienen todas las fuentes y toda la información y son rigurosos al milímetro, sino que, además, escriben  de maravilla.


- ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto literario tanto propio como de Sin Ficción?

El día 26 de septiembre recibí el premio Letras del Mediterráneo en Castellón y presenté la cubierta y el título de mi nueva novela negra (protagonizada también por el detective Roures), que se publicará en enero de 2020. Una historia que yo creo que va a remover muchas conciencias y va a generar mucho debate. En cuanto a Sin ficción, estamos preparando los siguientes títulos. Hoy mismo he fichado a un nuevo autor para que escriba sobre un caso fascinante y esta tarde me toca leer lo que llevan escrito otros dos, que serán quienes firmen los siguientes números de la colección. Tenemos unas historias y un plantel inigualables.


- ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a escribir sus primeras historias pero que, por diversos motivos, no terminan de decidirse a dar el paso?

El primer consejo es que lean muchísimo y sin cesar. No se puede pretender escribir sin leer. Y el siguiente es que se dejen llevar. Si realmente sienten la necesidad de escribir, escribirán. Sin remedio. Si no, tampoco pasa nada: no todo el mundo tiene que ser escritor.


- Para finalizar la entrevista, la gente que la haya leído y que esté interesada en adquirir algún ejemplar de tus novelas, ¿cómo lo pueden hacer?

Mis libros están en muchas librerías físicas (que por suerte si no los tienen en ese momento, también pueden encargarlos a la editorial, cuando los lectores los demandan) y si no, los pueden comprar por Internet en El corte Inglés, La casa del libro, Amazon…

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