En la tarde de hoy jueves os vuelvo a reseñar una novela, una novela descubrimiento que hice pero que todavía no había publicado la reseña.
La novela de la que os hablo está editada por la Editorial Caligrama, hecho que tengo que agradecer a la editorial por apostar por la historia de "El juego de tres" escrita por el autor Davit Marchuet i Màs, quien, desde el principio de la novela es capaz de decirle al lector: "Oye, te invito a jugar al juego de tres, un juego que una vez que entres, no puedes salir",
Esta frase que me acabo de inventar viene a colación de lo que quiero contar sobre la novela.
La persona que se decida por la lectura de "El juego de tres" se encontrará con una novela altamente adictiva que se hace muy difícil parar de leer para seguir en otro momento y con unos personajes que están llamados a perdurar en el pensamiento del lector por años sin término.
Comentar que en esta novela, la ciudad de Valencia y todo su entorno forma parte del gran elenco de personajes con quienes tenemos la gran ocasión de conocer a lo largo y ancho de la novela.
Desde aquí, os animo a dejaros atrapar por la magia y el poder de la escritura de Davit Marchuet i Màs porque os gustará y no podréis parar de leer Podría decir más cosas pero no puedo. No puedo porque no quiero cometer el peor delito que una persona, amante de la literatura, puede cometer: el siempre temido spoiler.
FICHA TÉCNICA:
Nº PÁGINAS: 598 Páginas
AUTOR: Davit Marchuet i Màs
EDITORIAL: Caligrama
ENCUADERNACIÓN: Tapa blanda
TEMÁTICA: Ficción moderna
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2018
ISBN: 9788417382391
NOTA: 8/10
SINOPSIS:
El juego de tres es un relato que trata del amor
intrascendente y del que perdura a lo largo de la eternidad, escrito
desde la perspectiva de tres jóvenes durante la Valencia gris del
posfranquismo. Es un texto duro, muy crudo, que nos transporta a un
momento de cambio entre la libertad y el exceso.
A Ana, Toni y
Miquel les une un nexo determinante: la buena suerte y también la
facilidad para escoger opciones, sin temor a que las consecuencias se
vuelvan en su contra. Sus vidas transcurren en plenitud, desde el
acomodamiento, gracias a la excelente posición de sus familias. A
cambio, estos tienen que participar en un rol impostado, a diferencia de
otros de su edad que viven las mieles de un efervescente estallido de
gozo irrefrenable -y que en algunos grupos se extrema hasta la
anarquía-.
La amistad entre ellos terminará por aislarlos de
todo. Cuando paradójicamente la sociedad celebra la emancipación, ellos
se imponen unas normas. ¿Una de ellas? Prohibido enamorarse.
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