Buenos días amantes de la literatura. Hoy tenemos una entrevista especial en SuperLectorAlfa. Es especial porque tenemos con nosotros hoy a uno de los cuatro finalistas del I Premio Icue Negro que se otorgará este año en el festival literario de Cartagena Negra. Hoy nos visita el escritor y periodista José Antonio Sau Martín.
José Antonio es de Málaga y nació un 26 de agosto del año 1980. Como decía antes, José Antonio opta al I Premio Icue Negro con la novela "Lola Oporto", que más adelante nos contará cosas de la novela.
Y sin más preámbulos, y después de esta introducción ha llegado el momento de que José Antonio ponga voz a cada respuesta dada a las distintas cuestiones formuladas por SuperLectorAlfa. Comenzamos en 3,2,1,...
- Eres escritor y periodista.
¿Qué es lo más complicado: contar tus propias historias en tus libros o contar
la actualidad en el periódico?
Cada cosa tiene lo suyo. Yo
entiendo que forman parte de lo mismo: al final se trata de contar historias,
en el caso del periodismo con eficacia y, en cuanto a la literatura, con un grado de belleza
semántica y con una trama elaborada con mayor o menor pericia, pero que
traslade un mensaje básico que es lo que obsesiona al escritor. Indudablemente,
crear es más complicado que contar historias reales del día a día.
- ¿En qué momento dijiste de
empezar a escribir para que la gente te pudiera leer?
Fue una evolución natural.
Tras muchos años escribiendo en periódicos, en los que hacía piezas fronterizas
con la literatura como la crónica o el reportaje literario, comencé a escribir
relatos, tal vez para contar lo que no podía en el periódico por la restricción
natural de los géneros periodísticos. Mi primer libro salió en 2015, y comencé
a escribir ficción un año y medio antes.
- ¿Hay algún libro que te
haya marcado a lo largo de tu trayectoria?
Almudena Grandes |
Hay muchos. No sabría quedarme
con uno, la verdad. La novela perfecta me sigue pareciendo, aun hoy, ‘Sostiene
Pereira’, pero cualquiera de los libros de Paul Auster, Murakami, Vargas Llosa
y, en el género negro, Don Winslow o Vázquez Montalbán. Otro libro que me marcó
mucho fue ‘Brooklyn follies’, de Auster; o ‘El Conde de Montecristo’.
- ¿Quién o quiénes son tus
referentes literarios?
Creo que los he avanzado en la
respuesta anterior. Y a ellos uniría Javier Cercas, Pérez Reverte, Almudena
Grandes y muchos otros.
- Hablemos de “Cuentos de la
cara oscura”. ¿Con qué se puede encontrar el lector en “Cuentos de la cara
oscura”?
Bueno, es un libro duro: son
diez relatos sobre la crisis económica que están basados en informaciones
periodísticas que hice en esa época. El prologuista definió el libro como “un
puñetazo en la cara del lector”. Es un libro duro pero necesario.
- En el libro aparece temas
como la famosa crisis. ¿Ya ha pasado lo más grave o todavía estamos arrastrando
secuelas de la crisis?
Yo creo que social y
económicamente aún arrastramos las secuelas de la crisis. Vivimos con menos
dinero que antes y la vida ha subido mucho. Y yo, al menos en mí lo percibe,
considero que las consecuencias psicológicas de esa depresión, que fue, sin
duda, la guerra de nuestra generación, las seguimos arrastrando en forma de
miedo al futuro. Hoy la gente tiene menos esperanza, menos alegría, por la
precariedad laboral y la falta de ingresos. Luego hay una inmensa minoría que
vive muy bien a costa de los otros: hablo de la casta política, esos que ahora
se han puesto a subirse los sueldos.
- Pasamos ahora a hablar de
“La chica de los ojos manga”. ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
La idea del libro es abordar
otro tipo de crisis, el amor y el desamor. Siempre dije que el amor es como un
torbellino que llega a tu casa, tira los cuadros y los utensilios de la cocina
al suelo y desordena las camas. Cuando se va, tú puedes tratar de ordenarlo
todo y dejarlo como estaba antes, pero la casa y por tanto nosotros no volvemos
a ser los mismos. Hay gente que se queda anclada en ese abismo y me pareció un
material literario muy interesante.
- Entre libro tratas el amor
y desamor. Tanto el amor y el desamor, ¿siempre van de la mano o no tiene por
qué ir juntos?
Bueno, cada historia es un
mundo. Lo que sí tengo claro es que muchas veces el desamor puede convertirse
en una patología si la persona que lo sufre no es capaz de seguir adelante. La
verdad es que el concepto que tenía del amor con 20 años no es el mismo que
tengo ahora, algo que es positivo. Son experiencias que hay que pasar y que
cada uno decodifica de una forma.
- Y ahora llegamos a “Lola
Oporto”, novela con la que optas al I Premio Icue Negro de Cartagena Negra.
¿Cómo surge la trama de “Lola Oporto”?
Lola Oporto surge porque
durante muchos años cubrí el área de Tribunales en mi periódico y me llamaba
mucho la atención, en los juicios por asesinato u homicidio, que los abogados
suelen aducir una enfermedad mental para lograr atenuantes o eximentes. Me
pregunté: ¿acaso una persona normal, si se da una serie de cirncunstancias
adversas en un periodo de tiempo determinado, no puede tomar la decisión de
asesinar a quien cree culpable de sus males? La pregunta es inquietante, así
que traté de responderla con este libro.
Bueno, Lola Oporto es una
policía vocacional que trabaja como detective después de verse envuelta en un
oscuro caso de corrupción. Es una mujer echada para adelante, inteligente,
incisiva y, sobre todo, currante. No resuelve los casos por golpes geniales de
intuición, sino que se patea el escenario del crimen, tiene recursos y sigue la
lógica investigadora hasta sus últimas consecuencias. Emilio Lupiáñez es,
aparentemente, una mala persona: lo tuvo todo y lo perdió. Y decide asesinar a
otra persona. Pero ¿realmente es tan perverso?
- De los libros que has
escrito, ¿cuál te ha supuesto un mayor esfuerzo y con cuál te encontraste más
cómodo escribiéndolo?
El que me ha supuesto más
esfuerzo ha sido Lola Oporto. Es mi primera novela y un trabajo así requiere de
una atención casi constante durante los meses que tardas en escribirla. Estoy
muy satisfecho del resultado. El que salió en tres meses fue ‘La chica de los
ojos manga’. Este fue finalista del Premio Setenil en 2016, así que fue rodado
desde su concepción hasta su ocaso.
- Como lector, ¿qué buscas
en los libros? Como escritor, ¿qué buscas en los lectores?
Como lector busco un doble objetivo:
pasar un buen rato y reflexionar, que me hagan emocionarme, indignarme o
alegrarme al mismo tiempo que los personajes. Y si además hablan de los
problemas del hombre o la mujer de todos los tiempos, que siguen siendo los
mismos hoy día, mejor. Como escritor, la verdad, es que tengo más objetivos:
que los lectores pasen un buen rato, emocionarlos, indignarlos, que reflexionen
sobre los temas obsesivos que me dominan y que trato en mis libros y, por qué
no, trato de crear belleza con el lenguaje, que la prosa sea sensorial, que
envuelva al lector con la sencillez del arte que no pretende reivindicarse como
tal. No sé si lo he conseguido.
- ¿Qué ha sido lo mejor que
te ha sucedido desde que estás en el mundo literario? ¿Y lo menos bueno?
¿Lo mejor? Me parece
fascinante ver a lectores, en clubes de lectura o charlas que he dado,
discutiendo sobre las intenciones de personajes que he creado. Al final, han
cobrado vida. ¿Lo menos bueno? Pues, quizás, la envidia que hay entre algunos
escritores, es la parte que desecharía de la literatura.
- Según tu opinión, ¿por qué
hay gente que parece que huye de los libros y no leen nada o casi nada? ¿Cómo
se podría “captar” a estas personas que no leen para que descubran la magia que
guarda la literatura?
Bueno, yo creo que es una
cuestión de educación. Si has visto leer en casa, lo más seguro es que leas en
el futuro. Yo creo que aquellos adultos que no leen son difícilmente captables
para este mundo. Y no pasa nada, no todo el mundo tiene por qué leer. Hay gente
que pasa por la vida sin reflexionar sobre ella. Lo respeto, puede que no lo
comparta, pero mi vida sin la literatura sería mucho menos interesante. En
cuanto a las acciones, incidiría mucho en los colegios y en las bibliotecas de
barrio.
- A la hora de escribir,
¿tienes alguna manía?
La verdad es que no tengo
manías especiales a la hora de escribir. Eso sí, para hacerlo, al menos al
inicio de cada proyecto, tengo que estar ilusionado. Si la idea no me envuelve
desde el principio, no la desarrollo.
- Si no fueras ni escritor
ni periodista, ¿qué te hubiera gustado ser?
Lo he pensado muchas veces y,
por este orden, abogado penalista o músico.
- En un mundo que la
literatura brillara por su ausencia, ¿qué harías?
Escuchar música, sin duda. Me
pierden la bossa nova y el jazz. Así que creo que me volcaría en eso.
- ¿Qué consejo le darías a
aquellas personas que quieren empezar a escribir sus primeros libros pero que,
por diversos motivos, todavía no se deciden dar el paso?
La verdad es que yo empecé a escribir
ficción tarde. Con 34 años. Ahora tengo 39. Así que lo primero sería decirles
que no tengan prisa, que lo más importante es leer, que apunten sus ideas y no
las desechen ni las tachen de absurdas, porque muchas de ellas germinan con los
años. Y que le dediquen tiempo a escribir. Si algo he aprendido escribiendo es
que uno va creciendo como artista con cada libro y que hay que retarse. Pero
que no se pongan metas. Escribir por el mero hecho de hacerlo, escribir es
vivir. Que no piensen en editoriales ni premios, sino en la necesidad que tiene
el mundo de que alguien cree belleza para los demás.
- Para finalizar la
entrevista, la gente que la haya leído y que esté interesada en adquirir algún
ejemplar de alguno de tus libros, ¿de qué modo lo pueden hacer?
Muchas gracias de nuevo y
desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor de cara al futuro.
Muchas gracias a ti por
tu amabilidad y bien trato. Mucha suerte con el blog.
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