Poco
a poco Manuel Ríos San Martín se ha ido convirtiendo, para mí, en uno
de los mejores escritores de novela negra que tenemos en el panorama
literario actual. "El olor del miedo" ha sido la tercera novela que leo
de él y he vuelto a disfrutar con los personajes tanto con los llamados
buenos y los delincuentes. En las tres novelas que ya he leído de Manuel ("La huella del mal", "Donde haya tinieblas" y "El olor del miedo") me ha pasado lo mismo: me he enganchado de tal manera que parecía que estaba viviendo dentro de la trama dando las mismas vueltas que dan los personajes para llegar al final de las distintas investigaciones y tengo que confesar que esto a lo que estoy haciendo referencia me ha sucedido muy poquitas veces y Manuel Ríos San Martín lo ha hecho en tres ocasiones. Ahora a esperar a alguna nueva historia de este gran autor al que tengo la suerte de conocer en persona gracias al festival literario de Cartagena Negra para ver con que nos va a sorprender Manuel en la siguiente aventura.
La historia que nos trae Manuel Ríos San Martín en "El olor del miedo" tiene mucho que ver con Valencia y el zoo de la Capital del Turia. La acción arranca cuando se produce el crimen de acabar con la vida de una elefanta del zoo.
Los investigadores, que al principio se muestran un tanto escépticos a la hora de llevar a cabo un procedimiento adecuado, se encuentran con una investigación con un desenlace totalmente inesperado por lo que deberán cuestionarse ciertos aspectos sobre el trato que dispensamos los humanos al resto de seres vivos.
Hay una circunstancia en la novela que quería resaltar y no es otra que el narrador que nos va contando todo, a la hora de referirse a los personajes "personas" utiliza la expresión de "los humanos" o "la especie humana".
Quien lea la novela se encontrará con unos capítulos breves ágiles a la hora de leerlos y abundantes (136 capítulos cortos, el más largo a lo mejor puede tener de 2 ó 3 páginas).
No hay animal más peligroso que el ser humano.
Elena es un animal de la especie humana, una veterinaria apasionada que se deja la vida en el parque zoológico de Valencia para proteger a los seres que ama: elefantes, chimpancés, leones… Ella los cuida con mimo y los salva del peligro hasta que un tirador comienza a sembrar el pánico.
¿Quien es ese criminal oculto que pretende aniquilar los ejemplares más bellos de otras especies? La peculiar investigación, llevada a cabo por un veterano de la UDEV y una joven inspectora, parece un laberinto sin salida. Según el código penal, matar a un animal no se considera "asesinato". ¿Entonces? ¿Vale más la vida de un ser humano?
Elena se apoyará en Cristina, su pareja, y en Sidy, su amante y compañero en el parque, para desenmascarar al culpable sin importar que tenga que romper la ley. Entre triángulos amorosos e insólitas sospechas, todo está servido para que corra la sangre. ¿Podría ser ella la siguiente víctima?
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