Buenas tardes amantes de la literatura. Alguien me dijo alguna vez el famoso refrán aquel que dice "Más vale prevenir que curar" y hoy lo llevo al pie de la letra porque mañana tengo un día muy ocupado y no podré hacer la reseña semanal, por este motivo he optado por hacerla hoy.
Como podéis ver, en la tarde de hoy vuelvo a recurrir a la editorial Maeva y a Julio César Cano, quien pronto presentará en sociedad la cuarta entrega de las aventuras del inspector Monfort que llevará por título "Flores muertas".
Pero hoy toca hablar de "Ojalá estuvieras aquí", lo que significa que Castellón se vuelve a vestir con sangre. En esta tercera entrega del inspector Monfort vemos a un inspector abatido por el frágil estado de salud de su madre y porque se ve obligado a acudir a Castellón para trabajar en un peliagudo caso. Quien requiere la ayuda de Monfort es el comisario Romerales.
Al principio, Monfort se resiste a dejar a su madre sola en Barcelona en ese estado de salud pero, cuando pasa el tiempo y habla con el médico de su madre, éste acepta ir a Castellón a hacerse cargo del caso del asesinato de un buen hombre en el Mercado Central de Castellón. Pero Monfort no está solo. Vuelve a contar con la estrecha colaboración de Silvia Redó, quien al inicio de la novela se la puede ver disfrutando de unas más que merecidas vacaciones con su pareja Jaume Ribes.
Este hecho hace que todos en la comisaría de Castellón están todos preguntándose que ha sido de Silvia porque, aparte del caso de asesinato, hay chicas que desaparecen y como Silvia no les dijo nada, Monfort y los demás estaban nerviosos. El caso que tienen entre manos es un camino de espinas. Por un lado, Monfort tiene media mente en el caso y la otra media la tiene puesta en Barcelona porque desea estar con su madre. En cierto modo, "Ojalá estuvieras aquí" resume de una manera magistral ese deseo que tenemos todas las personas de contar siempre con nuestros seres queridos, o por lo menos así es como concibo el título.
Un aspecto de Monfort que me ha llamado la atención es la similitud, en cierto modo, sobretodo cuando va a los hoteles a donde se tiene que hospedar, que tienen Monfort con el personaje Raymond Reddington de la serie televisiva "The Blacklist". Destaco esta similitud por el simple hecho de que Monfort tiene amigos en algún que otro hotel como Reddington que, allá por donde va, siempre cuenta con la amistad de alguien.
Esta novela me ha gustado por el sufrimiento del protagonista. Nunca me había fijado en el sufrimiento de los protagonistas de los libros hasta que vi que, en "Ojalá estuvieras aquí", la vida es muy cruel con Monfort.
Y para terminar la reseña deciros que tenéis que conocer al inspector Monfort. Merece la pena tener la amistad de Monfort.
FICHA TÉCNICA:
Nº PÁGINAS: 440 Páginas.
EDITORIAL: Maeva.
AUTOR: Julio César Cano.
ENCUADERNACIÓN: Tapa Blanda.
ISBN: 9788416690442
SINOPSIS:
Un hombre aparece degollado junto al cuarto en el que los empleados de la limpieza del mercado guardan sus enseres. Se trata de un empresario, Pedro Casas, dedicado a la venta de baratijas que adquiere en China para luego vender en las tiendas de todo a cien que tanto proliferaron años atrás. El asesino ha utilizado un cuchillo de carnicero que previamente ha sustraído en uno de los puestos de venta de carne. La joven panadera que halla el cadáver se encuentra en estado de shock. Alex, un joven pescadero que tiene costumbres que prefiere ocultar, tropieza por casualidad con el asesino.".
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