viernes, 1 de junio de 2018

ENTREVISTA A SUSANA RODRÍGUEZ LEZÁUN



Buenas tardes amantes de la literatura y de las letras. Hoy por fin es viernes y como es viernes SuperLectorAlfa trae una nueva entrevista literaria. Hoy tenemos el placer de contar con la presencia con una escritora nacida en la ciudad de Pamplona allá por el 1967. Esta escritora es Susana Rodríguez Lezáun. Susana es periodista, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
A Susana le gustaba leer desde muy pequeña, tal y como nos cuenta a lo largo y ancho de esta entrevista. Cuando descubrió la novela negra, toda su vida, según ella, se convirtió en una trama en la que puede aparecer cualquier persona con la que se cruce Susana, en definitiva, Susana evalúa a la gente y todos estamos sujetos a aparecer en sus novelas. 
Decía que Susana, aparte de ser escritora, también es periodista y como tal ha estado trabajando en el "Heraldo de Soria", "El Mundo" y "Diario de Noticias de Navarra". También ha organizado varias webs de diversas temáticas como cultura, agricultura y ganadería. 
En el año 2003 recibió el Premio Periodístico Ciudad Barañain. Las novelas "Sin retorno", "Deudas del frío" y "Te veré esta noche" nacieron de sus manos.
Actualmente es la Directora del certamen literario de Novela Negra denominado Pamplona Negra. Sustituye en el cargo al también escritor Carlos Bassas del Rey (a quien ya tuvimos relativamente poco tiempo en el blog.)

Después de esta introducción es el momento de que Susana vaya respondiendo a las cuestiones formuladas por SuperLectorAlfa. Empezamos en 3,2,1,...

- De pequeña, ¿te gustaba leer o la lectura era algo que te aburría?

¡Adoraba leer! Aprendí muy pequeña, con cuatro años ya sabía leer, y recuerdo que leía incluso los libros del colegio, esos llenos de dibujos con aventuras sencillas, y me extasiaban las historias de aquellas páginas. Más adelante, leía los párrafos destacados de diferentes autores en los libros de historia de la literatura, y por la tarde iba a la biblioteca y le preguntaba a la bibliotecaria por los autores que me habían llamado la atención: Lorca, Alberti, García Márquez, Machado, Pío Baroja… Luego fui eligiendo yo misma, formándome mi propio criterio, pero he leído toda mi vida.

- ¿En qué momento decidiste empezar a escribir para que la gente te pudiera leer?

Cuando descubrí que mi vocación era el periodismo. De pequeña escribía pequeños cuentos y redacciones que a veces leía en voz alta para mis amigas, o les contaba historias durante las noches de acampada en verano. Para mí, escribir fue una consecuencia lógica de mi amor por la lectura. No recuerdo querer ser otra cosa que periodista, y cuando empecé a trabajar, escribía para los demás, aunque noticias y reportajes reales y de actualidad. La idea de escribir un libro no llegó hasta más adelante, cuando sentí que tenía una historia que contar.

- ¿Te animó alguien a adentrarte en el mundo literario?

En mi casa siempre ha habido muchos libros. Mi madre también ha sido una gran lectora, así que el acceso a la lectura fue muy fácil. Cuando mis padres se dieron cuenta de mi afición por la lectura se limitaron a comprarme libros, muchos y de todos los tipos. Fue algo natural, casi diría que innato.

- ¿Tenías pensado publicar algún libro desde el principio?

Publicar un libro es algo a lo que aspira todo amante de la literatura, pero siempre he sido consciente de que sería una tarea ardua y complicada. No era algo que me obsesionara. Cuando tuve una historia, la escribí y empecé a moverla por las editoriales. Recibí incontables noes hasta que apareció el primer sí, y aquí estoy.

- ¿Quién o quiénes son tus referentes literarios?

Alicia Giménez Bartlett, referente de Susana.
Muchísimos, la verdad. Siento predilección por los autores sudamericanos del realismo mágico, como García Márquez, Laura Esquivel o Juan Rulfo. El primer libro que me impresionó fue uno de Dostoyevsky, y después llegaron Baroja y Cela, impresionantes ambos. Adoro a Machado, a Lorca y a Saramago. Pero cuando de verdad empecé a devorar libros fue cuando descubrí a Agatha Christie. No podía dejar de leer. Simenon, Chadler, Hammett, Vázquez Montalbán, Mankell, Alicia Giménez Bartlett… Y así hasta hoy. 

- Aparte de escritora también eres periodista. ¿Qué trabajo es el más complicado: el trabajo de periodista o el trabajo de escritora?

Cada uno tiene lo suyo. Como periodista muchas veces debes perseguir la noticia, de manera casi literal. Buscar y rebuscar, preguntar, esperar… Es duro y difícil, pero apasionante. Para mí, ser periodista es algo muy serio, son los notarios de la realidad, y por eso el poder se empeña en controlarlos. Hoy en día es muy complicado ser un periodista independiente, pero por suerte todavía quedan.
Como escritora, lo complicado es pergeñar una trama coherente y atractiva, unos personajes con carisma, una historia que llegue… Una noticia la escribes en una hora; una novela puedes tardar meses, incluso años.

- También tengo entendido que has cogido el testigo a Carlos Bassas al frente del certamen literario de novela negra denominado Pamplona Negra. ¿Cómo se organiza un certamen como el de Pamplona Negra? ¿Desde cuándo eres la Comisaria de Pamplona Negra?

Carlos Bassas
Soy la directora de Pamplona Negra desde el pasado mes de enero, como quien dice acabo de llegar. Estoy organizando mi primer festival, que se celebrará en enero de 2019, y el reto es apasionante, estoy disfrutando mucho, tengo muchas ideas y estoy encontrando muy buena respuesta. Es algo complejo, hay que tocar muchas puertas, pero cuento con unos colaboradores de primera y, por supuesto, con el consejo y el apoyo de Carlos Bassas, que siempre está cerca.


- A la hora de organizar un certamen como el de Pamplona, ¿qué tarea es más difícil?

Para mí lo más difícil es la parte administrativa. Tienes un presupuesto y hay que atenerse a él. En este sentido, no estoy acostumbrada a pensar cuánto cuestan las cosas, porque siempre he sido espectadora. Ahora me toca, e intento hacerlo lo mejor posible.

- Centrémonos en tus novelas. ¿Por qué novela negra?

Logo de Pamplona Negra.
Porque a mí, como lectora, es la que más me gusta. Y también, para qué nos vamos a engañar, porque “pienso en negro”. En todas las historias que imagino acaba por aparecer un cadáver, unos personajes muy “noir”… Por otra parte, el género negro me da la oportunidad de hablar de la sociedad actual y de sus lacras. Mis novelas hablan de violencia de género, desigualdades sociales, corrupción, fraude financiero, desahucios, prostitutas, indigentes… Están ahí, forman parte de la sociedad, pero no losvemos. Muchas veces, la novela negra los convierte en protagonistas.

- Hablemos de “Sin retorno”, ¿cómo surge la idea de “Sin retorno”?

“Sin retorno” nace de dos ideas distintas. Por un lado, de una imagen en mi mente en la que veía a una mujer contemplando desde la acera cómo ardía su casa; ella sabía que su marido estaba dentro, y le daba igual. Por otro lado, la idea de situar un asesino en serie en el Camino de Santiago me parecía atractiva para narrar una historia. Lo único que tuve que hacer fue unir las dos tramas a través de un denominador común, el inspector David Vázquez, que investiga los asesinatos de Roncesvalles y se convierte en amante de la viuda.

- ¿Era el título que tenías en mente desde un principio?

No, mi título era más anodino, sin gancho. Por suerte, la editorial cuenta con un estupendo equipo de marketing y publicidad, además de los editores, que están más acostumbrados a pensar en los títulos que yo.

- ¿A qué se debe enfrentar Irene Ochoa para sobrevivir al devenir de los días?

Irene Ochoa arranca en “Sin retorno” matando a su marido. Es muy difícil superar el día a día con esa carga sobre los hombros. Siente culpa y miedo, sobre todo, pero también un fuerte instinto de supervivencia que la impulsa a seguir adelante a cualquier precio, aunque para eso tenga que volver a matar.

- ¿Qué destacarías de Irene Ochoa? ¿Y del inspector David Vázquez?

Ella es sobre todo una mujer pasional, tenaz, independiente, pero también frágil en su interior. Los malos tratos sufridos a manos de su marido la convierten en una mujer recelosa y solitaria. Después, estará dispuesta a todo para conservar a su lado a David Vázquez. Él es sobre todo un hombre íntegro, un policía concienzudo, sagaz y escrupuloso. Un poco solitario, también. El haber nacido en un pueblo pequeño y ser hijo único ha marcado su carácter de algún modo, pero cree haber encontrado el paraíso al lado de Irene.

- El lector, ¿qué se puede encontrar en “Sin retorno”?

Creo que las dos tramas son intensas. Por un lado, la huida hacia delante de Irene Ochoa después de matar a su marido y la espiral de violencia en la que se ve envuelta. Hay alusiones claras en el libro a la violencia de género y a las distintas formas en las que se presenta. Por otro lado, tenemos a un asesino en serie que mata a peregrinos en el Camino de Santiago. Las víctimas no parecen tener nada en común, ni la edad, ni la nacionalidad, ni siquiera se conocían entre sí. El caso es muy complicado y llevará al inspector Vázquez al borde de la muerte.

- Seguimos con “Deudas del frío”, otra novela con el inspector David Vázquez de protagonista. En este segundo caso de este inspector, ¿a qué se enfrenta el inspector?

En este caso la trama es mucho más social. El asesinato del presidente de un banco me da pie para hablar de la reciente crisis económica, de los desahucios, de las familias que de un día para otro se han quedado sin trabajo y sin apenas ingresos, de lo que las personas son capaces de hacer por llevar un plato de comida a su casa, de la corrupción, los chanchullos financieros y el hartazgo de la sociedad. Al mismo tiempo, Irene Ochoa ve amenazada su recién descubierta felicidad y está dispuesta a todo para defenderla. El problema es que la única salida que ve a la situación pasa por la violencia.

- Para elegir los personajes, ¿te has basado en gente cercana a ti o en gente imaginaria?

Es todo ficción, de principio a fin. Hay personajes que pueden tener algo de mí, quizá una frase, o la forma de peinarse, pero en conjunto todo es ficción. Lo único que tomo de la realidad son los nombres de algunos personajes. Los miembros del equipo policial, por ejemplo, se llaman como varios de mis hermanos.

- El lector de “Deudas del frío”, ¿con qué se puede encontrar?

Con una trama mucho más intensa y negra que en “Sin retorno”. Dije desde el principio que mi intención es que los personajes evolucionen ante los ojos de los lectores, por eso, lo que ocurrió en el primer libro influye directamente en su forma de ser y de relacionarse. Además, la crisis económica dejó en la cuneta a muchas personas que aparecen en la novela: una madre de familia abocada a la prostitución; un hombre de buena familia que acaba siendo un indigente alcohólico; familias sin techo ni recursos que acaban dándole una patada a la puerta de un piso vacío…

- Tanto “Sin retorno”, “Deudas del frío” y “Te veré esta noche” forman parte de una trilogía. Esto me lleva a preguntar: estas tres novelas, ¿se pueden leer de una manera independiente una de otra o es mejor seguir la trayectoria del inspector David Vázquez en orden?

Por supuesto, lo mejor es leer una detrás de otra, pero lo cierto es que pueden leerse de manera independiente sin perderse en la trama, ya que, por un lado, la investigación policial es diferente en cada libro y, por otro, respecto a la trama más personal, doy las suficientes pinceladas como para que quien empiece por el primero, o por el segundo, pueda seguir la historia sin complicación. Además, aprovecho para decir que es una trilogía sólo en parte, en una de las tramas, que sí se resuelve de manera definitiva, pero tengo pensado continuar con algunos de los personajes al menos una o dos novelas más, mientras me resulten interesantes y tengan algo que contar. Eso sí, no será de manera inmediata.

- En el tercer caso del inspector Vázquez, es decir, en “Te veré esta noche”, ¿a qué se debe enfrentar el inspector? ¿Consigue reponerse, aunque sea un poco, del revés que le supone la desaparición de su prometida?

Es complicado. Sin duda, “Te veré esta noche” es el más negro de los tres libros. Por una parte, David Vázquez debe asumir lo que al parecer Irene Ochoa ha hecho, algo nada sencillo teniendo en cuenta que él es policía. Este hecho le sitúa en el ojo del huracán ante sus compañeros, que llegan a sospechar de él. Pero además, el libro es una trepidante cuenta atrás para intentar encontrar a una familia que ha desaparecido sin dejar rastro. Es un libro a veces duro, desgarrador, que reconozco que me ha costado mucho escribir, pero del que me siento especialmente orgullosa.

- De estos tres libros que conforman esta trilogía, ¿cuál te supuso un mayor esfuerzo?

Como he comentado, sin duda el tercero, tanto por el trabajo de documentación, que me llevó a visitar lugares y edificaciones de difícil acceso y de terrible memoria (¡no puedo contar más sin hacer spoiler!), como a nivel personal, porque he tenido que ponerme en la piel de una madre que ha perdido a sus hijos y eso ha sido muy duro emocionalmente.
Sin embargo, es el que menos me ha costado escribir si hablamos de técnica narrativa, porque lo aprendido en el tiempo transcurrido desde la primera novela me ha servido para ser más ágil en la escritura, la realización de la trama, etc.

- ¿Van a haber más casos para el inspector David Vázquez o, de momento, lo vas a tener apartado del “caso”?

Yo espero que sí. De hecho, ya tengo una historia casi completa guionizada en un cuaderno, a la espera de tiempo para ser escrita. Creo que le “debo” al menos una historia más al inspector Vázquez y yo siempre pago mis deudas.

- ¿Cómo va siendo la etapa de promoción de “Te veré esta noche”? Porque si no me equivoco, lo has publicado hace poco.

La novela se publicó el 3 de mayo y la acogida no podía haber sido mejor. La sensación que me llega de los lectores, sobre todo a través de las redes sociales, es que el libro está gustando, y eso no puede hacerme más feliz. Me quedan varias ciudades por visitar (Bilbao, Santander, Gijón, Barcelona…), pero de momento la respuesta está siendo muy positiva.

- ¿Qué ha sido lo mejor que te ha pasado desde que estás en el mundo literario? ¿Y lo menos bueno?

Lo mejor es la interacción con los lectores y el haber conocido a grandes escritores con los que me he sentado a charlar de lo humano y lo divino, personas cuyos libros descansan en las estanterías de mi casa y que, de pronto, se están tomando un café conmigo. Eso ha sido fantástico. Y por mucho que lo intento, no se me ocurre nada malo, de verdad.

- A la hora de escribir, ¿tienes alguna manía o “ritual” previo?

Yo escribo sola y en silencio. Cierro la puerta, apago el móvil y dejo que los personajes se apoderen de mi mente. El único sonido que tolero es el de las teclas del ordenador, todo lo demás me molesta. Es una especie de trance consciente en el que puedo permanecer durante horas. Por suerte, mi familia me saca de él a tiempo y me devuelve a la realidad, porque cuando estoy inmersa en la historia pierdo la noción del tiempo.

- ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a dar los primeros pasos en el mundo literario pero que, por diversos motivos, no se deciden?

Que si tienen una buena historia, que apuesten fuerte por ella, que vayan a por todas, pero que se armen de paciencia, porque el mundo literario es complicado y la rueda gira muy despacio. Mucha gente se puede desesperar antes de lograr resultados y tiran la toalla. Paciencia y perseverancia, esos serían mis consejos. Y que no dejen de escribir, por supuesto.

- Para terminar esta entrevista, la gente que la haya leído y que quiera tener algún ejemplar de tus novelas, ¿de qué modo lo pueden conseguir?

Todas las novelas están en todas las librerías de España, o los mismos libreros se encargan de traerlo. Además, se puede comprar en las plataformas habituales de internet, tanto en formato papel como ebook, y se lo llevan a casa en pocos días.

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