domingo, 3 de mayo de 2020

RESEÑA DE "EL CHICO DE LAS BOBINAS" DE PERE CERVANTES


Hay novelas que te marcan poco. Otras, en cambio, te marcan de tal manera que cuando la terminas de leer eres una persona muy diferente de la que empezó a leerla. El caso de "El chico de las bobinas" es del segundo grupo, de las que te marcan de una manera especial y hace que cambies en todos los sentidos. 
Desde que descubrí a Pere Cervantes, con su novela "Tres minutos de color", formó parte de mi amplio conjunto de escritores de referencia, y con "El chico de las bobinas" me ha dado, una vez más, la razón por la que lo tengo como referente. 
Entrando un poco en materia, el lector que lea esta novela, homenaje al cine y a los grandes actores y actrices que han pasado por el mundo del cine; verá a una Barcelona devastada por la posguerra, en donde los vencedores se creían los mejores sin conocer que fueron los verdaderos perdedores en la batalla de la injusticia que reinaba en esa época; y en donde los perdedores se convierten en los verdaderos vencedores en esa batalla librada contra la injusticia planteada por algunos. 
En esta novela, Pere Cervantes nos presenta a unos personajes que dejan poso en el lector, para bien y para mal. Empiezo hablando de esos personajes que me han dejado poso en el buen sentido de la expresión.
En primer lugar, destaco a Nil Roig, uno de los protagonistas de la novela, un muchacho que recibe un cromo de un actor que guarda un secreto codiciado por  Víctor Valiente (más adelante hablaré de este personaje que lo he odiado hasta la saciedad por su comportamiento).
Nil Roig tiene, ante las dificultades que presenta la vida, un afán por reponerse siempre. Esto se refleja en sus continuos abrazos de animo, en esas situaciones de sufrimiento ante la ausencia de David Roig, hacia su madre Soledad, una mujer guerrera, una mujer increíble, una mujer ganadora siempre, paciente a la hora de buscar el mejor momento para la venganza, una mujer poderosa, en definitiva, una mujer que ayuda a levantar el animo y a tener ganas por luchar para alcanzar esos objetivos que nos hemos fijado en la vida. 
Otro aspecto por el que me ha encantado hacerme amigo de Nil Roig ha sido la enseñanza silenciosa que da al lector: cualquier persona, tenga el problema que tenga, tenga la discapacidad que tenga; es capaz de hacer todo lo que se proponga.
Otro personaje que me ha marcado ha sido Bernardo, que es capaz de sobreponerse a la pérdida de un ser querido ayudado por su amigos y vecinos. Hay una escena de la novela protagonizada, presisamente, por Bernardo que me ha encantado. Pero no voy a decir cuál es. Dejo al lector que descubra esa escena a la que me refiero.
Antes he hablado de Soledad, una mujer luchadora hasta límites insospechados. Ahora ha llegado el momento de destacar a Lolita, nieta de Leo, un librero que no duda en seguir vendiendo libros y almacenando películas prohibidas por el franquismo. Volviendo a Lolita, destaco a esta muchacha porque también es una mujer guerrera y cercana a la gente. Siempre ayuda a aquellas personas que más lo necesita. También quiero destacar a Margarita por todo lo contrario a Soledad y Lolita. Desde mi punto de vista, Margarita es una mujer sumisa y muy manipulable, cosas que, sinceramente, una mujer no puede ser porque todas las personas somos iguales o deberíamos ser iguales sin discriminación de ningún tipo. El lector ya tendrá oportunidad de conocer mejor a Margarita. Aquí os he dado unas pinceladas sobre el comportamiento de Margarita.
Que yo recuerde, nunca he tenido repulsa ante un personaje. Pere Cervantes ha sido el primer escritor que ha hecho que odie a un personaje como nunca había odiado. Estoy hablando del despreciable Víctor Valiente, que de valiente solo tiene el apellido, tal y como el lector podrá ver en la novela y comprenderá el porque digo que de valiente no tiene nada.
Dejando de lado a los personajes, nunca me he parado a anotar frases que más me han marcado hasta que ha llegado "El chico de las bobinas" en donde hay un repertorio de frases que le marcan a uno de por vida como por ejemplo las que voy a anotar a continuación:

- "En todo tiempo oscuro siempre existe un resquicio de luz". Siempre se cumple esta frase cuando pasamos por un mal momento y acudimos a la ayuda de una persona amiga que se encarga de iluminarnos el camino.
- "La vida es un suspiro impaciente que no espera a nadie". De ahí la importancia por vivier la vida al máximo y de aprovechar todas las oportunidades de prosperar que se nos pueden presentar a lo largo de nuestra vida.
- "El poder curativo de las palabras siempre depende de la boca que las emita". Que bien sientan esas palabras dichas por las personas amigas mientras que lo que dicen otros, nos puede fastidiar. 

Pero la frase que más me ha gustado de las tantas que me apunté en el móvil para recurrir siempre a ellas es esa que dice "El dolor compartido es menos dolor", en verdad, hay un abismo brutal entre resistir nosotros mismos y solo nosotros cualquier dolor, y afrontar ese mismo dolor con la gente que queremos y con la gente que nos quieren.
Para finalizar esta reseña, que si no recuerdo más, es una de las más largas que he realizado desde que me dedico a esto, quiero destacar que esta novela refleja, de una manera magistral la ambigüedad reinante entre los seres humanos ante distintas situaciones que nos llevan a actuar de una manera u otra, y también quiero  darle, desde el fondo de mi alma y de mi corazón, a Pere Cervantes y a toda la Editorial Destino mi más sincera enhorabuena por aportar por una novela que está llamada a perdurar por años y años en la imaginación y pensamiento de los lectores.



FICHA TÉCNICA:

Nº PÁGINAS: 542 Páginas.
AUTOR: Pere Cervantes.
EDITORIAL: Destino.
ENCUADERNACIÓN: Tapa blanda.
TEMÁTICA: Novela histórica // Novela de misterio.
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2020
ISBN: 978-84-233-5717-8
NOTA: 9



SINOPSIS:


Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el día en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de películas. El día de su decimotercer cumpleaños es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye después de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la época; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policía sin escrúpulos. El hecho de que el moribundo le dé el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrará a este a resolver un secreto del pasado por el que pagará un alto precio.

En una Barcelona de claroscuros, El chico de las bobinas nos habla de la incomparable fortaleza de esas mujeres, víctimas de la guerra, que enseñaron al mundo cómo sobrevivir, y de esas salas de cine de barrio que permitieron soñar en los años de plomo y se convirtieron en refugio de infancias maltrechas.

Un thriller nostálgico cargado de emotividad y misterio que nos muestra la fragilidad y la ambigüedad de la naturaleza humana.




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