Buenos días amantes de la literatura. Hoy tenemos la visita en el blog del autor de una de las novelas finalistas al I Premio Icue de Cartagena Negra "Leyendo a Tolstói hasta arriba de ansiolíticos", Manuel Fernández García.
Manuel nació en Sant Martí de Sesgaoiles (Barcelona). Desde muy joven se traslada junto con su familia a la localidad de Cornellá en donde pasa gran parte de la infancia y juventud cursando, en la misma Cornellá, el Bachillerato Superior y el COU. Una vez que hubo terminado los estudios, Manuel empezó a trabajar como fotógrafo a domicilio hasta que, llegado un momento, es contratado por una entidad financiera en la que sigue trabajando en la actualidad.
Y dicho esto, ha llegado el momento esperado: el momento de que Manuel ponga voz a las respuestas a cada cuestión formulada por SuperLectorAlfa. Empezamos en 3,2,1,....
- Para quienes no te conozcan,
¿quién es Manuel Fernández García?
En el apartado profesional,
trabajo en una empresa del sector financiero. En cuanto a la escritura, comencé
con esta actividad hará un par de años. Desde siempre me gustó leer, es una de
mis aficiones. Así que, finalmente, me
propuse el reto de comprobar si podía llegar a inventar una historia. Tras
pensármelo mucho, me lancé.
- Según tu opinión, un
escritor, ¿nace o se va haciendo a medida que va pasando el tiempo?
Creo que te vas haciendo con
los años. La formación previa es imprescindible y también haber leído bastante.
Otra cosa sería la inquietud, el afán de crear, que puede que sí que venga de
origen, que esté fijado en tu personalidad desde siempre.
- ¿Has sentido siempre esta
simpatía que se le tiene al mundo de las letras?
Sí. Desde niño. Primero, como
casi todos, comencé con los tebeos; después, continué con obras juveniles; y
así, hasta el infinito y más allá. Me encanta que me expliquen historias.
- ¿Hay algún libro que te haya
marcado a lo largo y ancho de tu trayectoria?
Es difícil concretar. He leído
un sinfín de novelas que me han dejado patidifuso, que me han tenido meses
pensando en ellas. Muy dispares además, pues podría comenzar con Cien años de
soledad, pero podría continuar con It o Si te dicen que caí, muy dispares entre
ellas, como se ve. No sé, deben existir un centenar de títulos que me marcaron.
Stephen King |
- ¿Quién o quiénes son tus
referentes literarios?
Existen escritores de los que
he leído casi toda su producción, que cada vez que publican estoy deseando
hacerme con un ejemplar. Algunos ya murieron, claro. Por citar algunos, no
quisiera olvidar a García Márquez, a Vargas Llosa, a Delibes, Cela, Mendoza,
Orejudo, Landero, Stephen King, Marsé, Vázquez Montalbán… en fin, un pelotón.
- Hasta el momento, ¿cuántos
libros has escrito? ¿Tienes alguno en el fondo del cajón esperando el momento
idóneo a ser publicado?
Me han editado dos títulos. Y
tengo otros dos guardados en el baúl de los recuerdos
.
- Hablemos de “Manchas de amor, tinta y pegamento”.
¿Con qué se puede encontrar el lector en esta novela?
Con un tío —yo— muy cabreado
con el mercado editorial. Fue mi segunda novela terminada. La primera aún
duerme el sueño de los justos, porque sólo le interesó a mi madre y eso. Y como
estaba enrabiado por las dificultades que encontré para poder publicar, comencé
a disparar sin mirar. De ahí, de ese enfado, surgió Manchas de amor, tinta y
pegamento, la biografía de Rafael Suárez, un escritor exitoso, cínico,
misántropo y enamoradizo que nos relata su vida y amores desde que comenzó a
escribir ficción mientras atiza sin compasión contra lo que entiende como
reglas absurdas y engaños que gobiernan este mundo de la literatura.
- El
título “Manchas de amor, tinta y pegamento”, ¿era el que tenías en mente desde
un principio o le tuviste que cambiar el nombre en alguna ocasión?
Desde la primera página ya la
titulé de ese modo, porque entendí que reflejaba bien el contenido, las manchas
en el alma que le habían dejado a Rafael Suárez sus dos pasiones: el amor y la
tinta impresa.
- ¿Qué
destacarías de Rafael Suárez, el protagonista de “Manchas de amor, tinta y
pegamento”?
Es un cínico y un misántropo.
Odia a la especie como concepto global aunque adora a los humanos a título
individual, siempre que vengan de uno en uno, sin apelotonarse. Además es un
tipo bastante cariñoso, realmente enamoradizo, que no pasó ni un solo día sin
estar prendado de la pareja que toque, pese a que todas le abandonen al final.
- En esta
novela tratas, entre otros temas, el tema del esfuerzo del escritor. Esto me
lleva a preguntarte: ¿tan costoso es publicar algún libro?
Es muy costoso, sí. Las
editoriales grandes no leen manuscritos y los agentes literarios tampoco, pese
a lo que digan. Únicamente te queda la opción de liarte con un famoso y salir
en el Sálvame o probar con editoras pequeñas. Y cuando editas con empresas
chiquitas, pues te encontrarás con el problema de que la distribución será muy
escasa y errática, pese a sus esfuerzos. Por tanto, tendrás que involucrarte
personalmente en promocionarte en las redes, en las plazas de los mercados
municipales, en clubes ciclistas, en mil y un lugares inexplicables, además de
intentar organizar una infinidad de presentaciones. Y eso es muy cansado,
aparte de que el público no está interesado en los escritores españoles, mucho
menos en los desconocidos. No están dispuestos a gastarse veinte euros en una
apuesta cuando por el mismo precio pueden comprar el último volumen de
cualquier autor famoso.
Pero es lo que hay, y lo
entiendo. En España se están editando unas cuarenta mil novelas por año. Todo
el mundo escribe y poca gente lee. De modo que las editoriales no pueden
mantener una estructura suficiente para atender la avalancha de publicaciones
de los letraheridos, sería demasiado costoso. Además, conviene no engañarse, el
mercado de la edición es un negocio como otro cualquiera: deben obtener
beneficios o entrarán en quiebra. No pueden, por tanto, estar apostando por
novatos. Es lo que hay. De todos modos, pienso que, si eres realmente bueno,
acabarás triunfando. Y si no, es que seguramente tus escritos no son tan
especiales como creías.
- La
mayor dificultad con la que se puede encontrar un escritor, según tu opinión,
¿cuál es?
Un poco la respuesta anterior
ya lo refleja. Es casi imposible llegar a los mercados de verdad para vender tu
obra. Las trabas son casi insalvables, porque la autopromoción en redes y dar
la tabarra a los conocidos lo único que te permitirán es vender doscientos o
trescientos ejemplares, y así no saldremos de pobres.
- Ahora
es el turno de hablar de la novela “Leyendo a Tolstói hasta arriba de
ansiolíticos. Crónica sentimental de un asesino en serie”. ¿Con qué se puede
encontrar el lector en esta novela?
Pues como me costaba tanto
editar Manchas de amor, etcétera, pensé que, si me dedicaba a escribir género,
sería más sencillo que me hiciesen caso. Así, me dediqué a cavilar en un guion para
escribir un policíaco. Lo único que tenía decidido es que estuviese narrado en
primera persona y protagonizado por un psicópata asesino, pero de los de
verdad, nada de esa gente rara y de una pieza de los suecos, ni de los anglos,
que ingenian unos matones que no hay quien se crea, de los que matan lanzando
un dardo con curare desde las terraza de hoteles de cinco estrellas en los años
bisiestos, porque creen que así se lo ordenó un dios mesopotámico. Ya sabes,
esas tontadas imposibles tan de moda. Yo quería crear un asesino humano, con
sus pros y sus contras, con sus contradicciones, con sus bondades y maldades,
como todos nosotros. Para ello, busqué un intermedio entre las dos novelas más
magistrales que he leído sobre el particular: Plenilunio, de Muñoz Molina, y
American Psycho, de Easton Ellis. El prota del español era bien humano, pero
muy triste, en tanto que el de Easton Ellis era un tío muy divertido, pero sin
sentimientos. Mezclando ambos, surgió Ismael Carmona Toledo, un chico feo, con
una vida rara, pero simpático y curioso, y que mata por un motivo claro, ya sea
por amor, por venganza… siempre por cuestiones creíbles.
- La
novela “Leyendo a Tolstói hasta arriba de ansiolíticos. Crónica sentimental de
un asesino en serie” opta al I Premio Icue Negro de Cartagena Negra. Este hecho
me lleva a preguntarte: ¿cuál fue tu reacción cuando te enteraste de que optas a este premio?
Una alegría infinita. Jamás
pensé que alguna vez llegaría a estar nominado a nada, menos a un premio que se
concede a obra publicada y para todo el territorio. Es uno de los certámenes
más complicados, el de Cartagena Negra, porque optan a él muchos más libros que
en cualquier otro concurso. Aún no me creo que esté ahí, casi en la línea de
meta. Me hizo sentir que salté de división, que ya no era un aficionado más.
- Aparte
de estar nominado al I Premio Icue Negro de Cartagena Negra, ¿has optado a más
premios o este es tu primera nominación?
Estuve finalista en un
certamen de novela negra con una de las historias que guardo en el cajón. Hasta
hablé por la radio y todo, qué cosas. Estuve muy feliz durante unas semanas,
aunque finalmente ganó una señora que imitaba a Dolores Redondo. También he
participado en el de L´Hospitalet Confidencial 2019 con esa misma historia,
pero nada de nada. Así que he guardado el manuscrito bajo siete llaves.
- Cuando
leí “Leyendo a Tolstói hasta arriba de ansiolíticos” me llamó la atención todo
lo que pasa por la cabeza de un psicópata. Esto me lleva a hacerte la siguiente
pregunta: ¿por qué el protagonista de esta novela es el “malo”?
Desde el principio tuve claro
que el protagonista iba a ser el asesino y que narraría él en primera persona.
Lo decidí para no repetirme, para no volver a los estereotipos de siempre: al
poli alcohólico y bravucón, a las salas de ordenadores y archivos policiales o a
los depósitos de los forenses de la bata blanca habituales. Y también que la
escribiría con cierta sorna, porque ya está bien de tanto amargue, de tanto
trauma, de tanto tópico como me encuentro en el género negro.
- De la
inmensidad de géneros literarios que hay, ¿cuál es tu preferido? ¿Por qué?
No tengo predilecciones. Si la
historia es buena, me gustan todos los géneros.
- ¿Qué
buscas como lector en los libros y, al mismo tiempo, qué buscas en tus
lectores?
Busco, sobre todo, aprender.
Enterarme de temas que no conocía, de curiosidades que nunca me hubiese
imaginado. Busco, además, personajes poliédricos que me sorprendan con su
visión del mundo, y, si puede ser que sean muy charlatanes, mejor que mejor,
pues a los lacónicos no les soporto. Y busco también ingenio en la redacción,
que el escritor en cuestión sea original, que no me recuerde a este o aquel,
que no se repita.
En cuanto a mis lectores, pues
que al menos acaben la novela. Cada vez se dejan más libros colgados, sin
acabar, dado que el personal tiene mil distracciones a su disposición hoy en
día y no dispone de tiempo para estar dándole vueltas a un tornillo. En mi
caso, todos los que han leído mis historias las han finalizado, y eso me
enorgullece. Además, un noventa por ciento o así me han hablado de su lectura
con entusiasmo, pese a que el diez por ciento restante ha guardado un silencio
que no auguraría, nada bueno, ja, ja, ja. Sobre todo con la de Tolstói, porque
el tema de un asesino despiadado rechina a muchas personas, salvo que lo escriba
un francés o un nativo de Utah, que a esos autores se lo perdonan todo.
- A la
hora de escribir, ¿tienes alguna manía?
Sólo puedo escribir a ciertas
horas, ni temprano ni tarde. Es mi método, mi horario. Escribo de dos del
mediodía a seis de la tarde. Por lo demás, no tengo ninguna otra manía.
- ¿Qué
consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a escribir sus
primeros libros pero que, por diversos motivos, no terminan de decidirse?
Es imprescindible tener una
idea general previa del argumento, del planteamiento, nudo y desenlace, antes
de sentarse delante del teclado. Una vez tengan fijada esa idea general, a
continuación que escriban, que no se preocupen por el orden, por la estructura,
por tantos corsés como algunos recomiendan, y que vayan tirando. Que creen un
esqueleto con la idea general preestablecida y, cuando lo finalicen, lo
repasen, lo alarguen o acorten, añadan o retiren párrafos, hasta que vaya
tomando cuerpo. Y que, sobre todo, se diviertan tecleando y no sufran. Esto es
un divertimento. Casi nadie depende de los ingresos de esta actividad. Eso
queda para los dioses, para los autores ya establecidos. Los demás, a
divertirnos y ya está.
- Para
finalizar la entrevista, la gente que la haya leído y que quiera adquirir algún
ejemplar de “Manchas
de amor, tinta y pegamento” o de “Leyendo a Tolstói hasta arriba de
ansiolíticos. Crónica sentimental de un asesino en serie”, ¿cómo lo pueden
adquirir?
El modo más sencillo es
adquirirlos a través de tiendas online. Están disponibles en Amazon, en Casa
del Libro y en otro buen número de librerías online diferentes. Y te lo llevan
a casa, como un señor.
Muchas gracias de nuevo
y desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor de cara al futuro. Ha sido un placer
tenerte en el blog.
Muchas gracias a ti. El placer
ha sido mío. Es muy gratificante que se fijen en tus novelas y te den
oportunidad de explicarte. Un abrazo y muchísima suerte con el blog y con tus
proyectos futuros.
Excelente entrevista a uno de los autores de más nivel que hay hoy en día en el panorama literario. Un escritor del que vale la pena cada línea,un referente del que aprender y un prestidigitador del noble arte de la narrativa. Enhorabuena al entrevistado y al entrevistador.
ResponderEliminarMuchas gracias por la parte que me toca.
EliminarMuy buena entrevista. He tenido el gusto de leer ambas novelas y espero seguir leyendo todo lo de él.
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