Hoy os traigo la reseña de una novela de la que, sinceramente, me esperaba algo más. En líneas generales, "La estética de los nadadores" de Ana Belén Rodríguez Patiño es una propuesta interesante para pasar un buen rato paseando entre Madrid, Cuenca y País Vasco. ¿Por qué digo que me esperaba algo más? En primer lugar, por el ritmo. Para mi gusto, esta novela, que estuvo nominada a Mejor Novela Negra escrita por mujeres en el Festival Cubelles Noir 2021, tiene un ritmo demasiado lento, pausado, e incluso adormecido, pero también es verdad que cuando llega una fase muy importante de la novela este ritmo cambia de una manera como muy pocos autores son capaces de plasmar en el papel, circunstancia que consigue que el lector avance. En segundo lugar, eché en falta una investigación policial más exhaustiva. A pesar de todo esto, "La estética de los nadadores" es una novela muy visual con capítulos cortos.
El lector que se anime a leer esta novela, se topará de frente con la venganza como el personaje fundamental de "La estética de los nadadores", aunque se encuentre con varios personajes de "carne y hueso" a lo largo y ancho de la novela. El lector conocerá a Mikel Górriz, Ricardo Casares y Erik Brandon, entre otros. Os animo a leer "La estética de los nadadores" y a descubrir una historia escrita de tal manera que el lector piense hasta dónde es capaz de llegar si le sucediera lo mismo que a los personajes de la novela. Lo que más me ha gustado de la novela ha sido, precisamente, esto que comento en este párrafo. Me ha ayudado a comprender ciertas cosas de como afrontar determinadas situaciones para evitar consecuencias peores.
FICHA TÉCNICA:
Nº PÁGINAS: 261 Páginas.
AUTORA: Ana Belén Rodríguez Patiño.
EDITORIAL: Palabras de Agua.
ENCUADERNACIÓN: Tapa Blanda.
TEMÁTICA: Novela Negra // Novela Policiaca.
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2021
ISBN: 978-84-122006-7-6
NOTA: 7/10
SINOPSIS:
«Un hombre ha aparecido colgado en el casco antiguo de Cuenca. Encontrar
al culpable no esta siendo fácil»
Enero de 2019. Un hombre ha aparecido colgado de un solo pie, desnudo y
con señales de violencia, en el Puente de San Pablo de Cuenca, en pleno
casco histórico. Se trata de Mikel Górriz, antiguo empresario vasco que
vivía desde hacía un año en la ciudad. Seis meses después de su muerte,
su familia requiere los servicios de Ricardo Casares y su socio, Erik
Brandon, expertos en desbrozar casos sucios con métodos no siempre
legales, para que resuelvan una investigación que parece definitivamente
estancada.
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