Otro domingo más. Otra reseña literaria más. El libro del que me dispongo a hablar recibió el Galardón Letras del Mediterráneo 2018 que otorga la Diputación de Castellón.
¿Qué decir de "Dieciocho meses y un día"? Diré que Paz Castelló,
la autora, hace un trabajo encomiable de crítica social. Lo que hace
Paz con la novela es hacernos, a los lectores, ver como es la vida de
una víctima de la violencia de género. En este caso, la escritora se
centra, de un modo u otro, en el grupo de víctimas colaterales, aquellas
personas que siendo también víctimas no son reconocidas como tales.
La protagonista de "Dieciocho meses y un día", Sabina
de nombre, sufre una agorafobia (fobia a los espacios abiertos) después
de presenciar in-situ el cruel asesinato de su mejor amiga en plena
calle a manos de su ex-marido.
Debido
a esta circunstancia, Sabina es incapaz de salir de su casa de
Peñíscola por temor a encontrarse con el asesino de su amiga, quien
queda libre después de pasar un tiempo en prisión provisional. Cuando se
entera que el asesino va a salir libre, Sabina se pone muy nerviosa
entre las cuatro parades de su casa y empieza a tener un pensamiento
recurrente y que no la deja tranquila: hacer justicia a su manera porque
ve que la justicia "oficial" o la justicia "real" la ha fallado a ella
y, en cierto modo, al resto de víctimas también.
Gracias
a Paz Castelló y a "Dieciocho meses y un día" he podido comprender
mejor como es la vida de las personas víctimas de violencia de género
colaterales ya que, por desgracia, casi nadie les hace caso a estas
víctimas que, cuando pasa el tiempo, son olvidadas por gran parte de la
sociedad. O por lo menos así lo veo yo.
"Dieciocho
meses y un día" ha sido la novela más reivindicativa que he leído
nunca. Desde mi punto de vista es una novela reivindicativa por lo que
comentaba con anterioridad, es decir, por la gran labor de crítica
social que desempeña la autora en esta novela.
También
decir que, a lo largo y ancho de la novela, aparecen varias frases que
me han llamado mucho la atención y que, en más de una ocasión, me han
hecho pensar. Por ejemplo, entre las frases que me han llamado la
atención destaco, una frase que le dice Roberto en un momento dado a Sabina: "Si algo te convierte en un ser libre, Sabina, eso es volar. Ninguna otra cosa está más cerca de la libertad".
Esta frase me hizo pensar que siempre, siempre, siempre, es muy
importante contar con la gente que más te quiere pasa salir a flote y no
hundirte. También hay otra frase que cuando la leí me dije: "Cuanta
razón hay en esta frase". La frase a la que me refiero ahora es "La justicia de los pobres no comía en la misma mesa que la justicia de los ricos".
Esta frase se cumple al 100% en la realidad. Solamente hace falta
mirar, por ejemplo, a los futbolistas que defraudan a Hacienda y se van
de rositas, mientras que una persona de a pie defrauda a Hacienda,
primero la meten en prisión y después le preguntan. Y hasta aquí puedo
decir. Os animo a leer "Dieciocho meses y un día" para poder comprender
un poco mejor como es la vida de una víctima colateral de la violencia
de género.
FICHA TÉCNICA:
Nº PÁGINAS: 288 Páginas.
EDITORIAL: Umbriel.
AUTORA: Paz Castelló.
ENCUADERNACIÓN: Tapa blanda.
ISBN: 9788416517008
SINOPSIS:
Dieciocho
meses y un día es el tiempo que Sabina Lamer, una afamada pintora
afincada en Peñíscola, lleva encerrada en el ático donde vive. Sufre de
una grave agorafobia, fruto del estrés postraumático que desarrolló tras
ser la única testigo del asesinato de su mejor amiga, en plena calle, a
manos de su ex marido.
Desde aquel momento, Sabina es incapaz de cruzar el umbral de la puerta de su casa, que también es su estudio, desde donde contempla el mar y las calles del casco antiguo de Peñíscola, ciudad que eligió para desarrollar su carrera profesional.
Está convencida de que cuando el asesino de su amiga, en prisión provisional a la espera de juicio, esté encerrado para siempre, será capaz de superar su angustia y podrá salir de casa, por fin, para volver a pintar el mar Mediterráneo que tanto ama y retomar su tranquila vida en aquel paraíso de la costa mediterránea.
Sin embargo, el presunto asesino queda en libertad y Sabina enloquece aún más entre las cuatro paredes de su estudio. A partir de ese momento, la obsesiva y recurrente idea de Sabina, es la de hacer justicia, desamparada como se siente por el sistema judicial, buscando la forma de vengar la muerte de su amiga, con la dificultad añadida de no poder salir de casa.
Para conseguirlo tendrá que enfrentarse a sí misma, a sus miedos, y a los condicionamientos que su encierro le plantean, convirtiendo su claustrofóbica vida en un medio para escapar de sí misma.
Desde aquel momento, Sabina es incapaz de cruzar el umbral de la puerta de su casa, que también es su estudio, desde donde contempla el mar y las calles del casco antiguo de Peñíscola, ciudad que eligió para desarrollar su carrera profesional.
Está convencida de que cuando el asesino de su amiga, en prisión provisional a la espera de juicio, esté encerrado para siempre, será capaz de superar su angustia y podrá salir de casa, por fin, para volver a pintar el mar Mediterráneo que tanto ama y retomar su tranquila vida en aquel paraíso de la costa mediterránea.
Sin embargo, el presunto asesino queda en libertad y Sabina enloquece aún más entre las cuatro paredes de su estudio. A partir de ese momento, la obsesiva y recurrente idea de Sabina, es la de hacer justicia, desamparada como se siente por el sistema judicial, buscando la forma de vengar la muerte de su amiga, con la dificultad añadida de no poder salir de casa.
Para conseguirlo tendrá que enfrentarse a sí misma, a sus miedos, y a los condicionamientos que su encierro le plantean, convirtiendo su claustrofóbica vida en un medio para escapar de sí misma.
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