Buenos días gente. En el día de hoy nos visita el autor de la novela "El hijo del doctor" publicada por la Editorial Vegueta. Hoy nos visita Ildefonso García-Serena.
Ildefonso nació en el exilio republicano español de Latinoamérica en 1949. Es descendiente de boticarios, comerciantes y agricultores aragoneses. Regresa a España con su familia y pasa parte de su infancia en Barbastro y Zaragoza. Después de graduarse en la Escuela Oficial de Publicidad y licenciarse en Ciencias de la Información se traslada a Barcelona, lugar en donde trabaja en diversas empresas. A lo largo de treinta años desarrolla una larga trayectoria publicitaria internacional creando campañas para marcas e instituciones de todo tipo.
Ha sido también articulista, decano, profesor y autor de varios ensayos sobre innovación y creatividad.
En 2016 publica "Elogio de la Chireta" y en 2019 presenta su segunda obra publicada "El hijo del doctor", en donde sus personajes recorren ciento diez años de historia española, europea y latinoamericana. (Desde aquí os animo a leeros "El hijo del doctor").
Después de esta introducción ha llegado el momento de que Ildefonso ponga voz a las respuestas dadas a cada una de las cuestiones formuladas por SuperLectorAlfa. Así que, sin más preámbulos, empezamos la entrevista en 3,2,1,...
- ¿Qué es la literatura para ti?
Cuando se lee, se comparte un legado muchas veces
infinitamente más valioso que el esfuerzo que uno hace al leer. Es un regalo de
experiencias, reflexiones, conocimientos y emociones a las que de otra manera
no se podría acceder. También puede servir como una forma de entretenerse o
incluso evadirse, pero en una forma muy apropiada de hacerlo. Para mí lo
sustancial de la literatura es esa trasferencia única de emociones del autor al
lector y que en cada lector tiene un efecto personal y diferente. Describir una
emoción y trasladarla a otros, tal como el escritor la ha sentido al
escribirla, es una especie de magia que muchos llaman Literatura.
- Un escritor, ¿nace o se va haciendo a medida
que va pasando el tiempo?
Esta es una pregunta que requiere una respuesta
larga y que todos nos hacemos también respecto de la creatividad, de la
invención, del Arte, en general. A mí como publicitario me lo han preguntado
muchas veces: el creativo... ¿nace o se hace? Y reconozco que no siempre tuve
una respuesta clara para esa pregunta, pero hoy sé que todos nacemos
potencialmente creativos, porque la creatividad es esencialmente una cualidad
humana, algo que viene de fábrica, diríamos.
- En ese caso, ¿todos somos creativos?
Lo que creo que pasa es que en algunas personas se
desarrolla de forma muy especial y potente; y tal vez, inversamente, en otros
se atrofia esta cualidad. Nadie ha descrito qué factores son y en qué medida
pueden influir en una cosa o la otra, pero creo que tiene que ver con variables
o circunstancias exteriores -familia, educación, cultura, etc.- y otras más
interiores y personales, más genéticas, diríamos. Probablemente es un cocktail
de factores, pero para mí el “factor desencadenante” es lo principal, y es que
un día, tal vez por azar, descubres la vena creativa que hay en ti. Quizás has
escrito una poesía ese día o tal vez has resuelto un problema usando la
creatividad, lo que llamamos el pensamiento lateral. Eso produce un gran impacto interno en ti, y
muchas veces quieres seguir sintiendo esa experiencia. Volviendo al escritor,
creo que es un proceso que empieza con algo muy obvio: la lectura. Y que
finalmente todo lector lleva dentro un escritor dormido que un día despierta.
- ¿En qué momento decidiste empezar a escribir
para que la gente te pudiera leer?
En mi caso particular creo que escribía algunas
cosas de niño y no recuerdo que fuera para ser leído, surgía de forma
espontánea seguramente como una forma de imitar a los escritores a los que
leía.
- Centrémonos en “El hijo del doctor” (Editorial
Vegueta). ¿Cómo nació la idea principal de esta novela?
Había oído de niño una vieja historia familiar que
era el misterio de la desaparición de un bisabuelo en mitad de la noche. Se lo
había tragado la tierra. Esa historia inconclusa y misteriosa quedó en mi
memoria y quise explorarla después cuando ya era un hombre maduro.
- En la novela nos encontramos con Leo. ¿Qué
destacarías de este personaje?
Es un tipo normal al que le caracteriza una forma de
curiosidad. Que descubre que hay lazos que nos unen misteriosamente al pasado.
Son lazos invisibles que no conocemos, pero muy reales y que explican muchas cosas
que no entendemos.
- Pasamos por una época sin precedentes, en la que
debemos estar recluidos en nuestras casas. Hay un capítulo que si no me
equivoco lleva por nombre “En la inmortal ciudad” donde narras la epidemia de
la gripe de 1918. Este hecho me lleva a preguntarte: en cierta medida, ¿te
podías llegar a imaginar que algo similar sucedería en el mundo cuando
escribías la novela?
No, en absoluto. Siempre ha habido pandemias y muy
graves, pero tendemos a pensar que son en escenarios muy remotos. Nunca hubiera
imaginado hoy algo de esta colosal tragedia.
Algo así solo estaba, creo, en la cabeza de relativamente pocos
científicos.
- En tu novela, el doctor Mariano recomienda
siempre el lavado frecuente de manos como algo fundamental para la prevención
de enfermedades ¿Por qué piensas que hay gente que no se lo pueda tomar en
serio?
En la novela, el doctor sí había vivido de muy joven
la terrible pandemia en sus carnes y había aprendido que la higiene era
imprescindible. Por eso y por ser médico en dos guerras, donde la infección era
el primer enemigo, se obsesiona obligando a sus hijos a lavarse las manos por lo
menos diez veces al día. Pero no era tal obsesión como pensaban todos, era una
obligación de salud, como ahora tristemente sabemos. Personalmente creo que la
mayoría de la gente lo hemos entendido.
- El capítulo “De la rebotica a la medicina
pública”, donde el personaje del doctor da su opinión sobre el futuro de la
medicina, me lleva a preguntarte: ¿qué futuro auguras a la sanidad pública?
¿Pueden convivir sanidad pública y privada?
Creo que el personaje del doctor Muñiz tiene razón.
El futuro es de la sanidad pública. Que puede ser más fuerte incluso complementada
con recursos privados. Pero la sanidad del Estado y la educación pública para
todos es lo que permite que el sistema capitalista de mercado, que también
tiene sus grandes disfunciones y contradicciones, sea más soportable que otros.
La verdad es que no hay mucho donde elegir.
- ¿Cuánto tiempo te llevó escribir “El hijo del
doctor”? ¿Cómo fue el proceso de documentación?
Es difícil decirlo: escribo mientras hago otras
cosas. No llegó a tres años. Y documentarme no fue ninguna dificultad. Sabiendo
bien lo que estas buscando, no hay
mejor tiempo en la historia que este para documentarse.
- ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?
Podría decirse que sí, pero aun tengo que
validarlo. En todo caso, en el proceso creativo hay fases en las que no usas la
pluma.
- ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que
quieren empezar a escribir sus primeras historias pero que, debido a
determinados motivos, no terminan de decidirse?
Creo que escribir una novela no es tan simple como
hacer un artículo o un ensayo, para lo que simplemente hay que conocer bien un
tema concreto. Una novela es algo tan complejo como construir un barco. Tiene
al menos que flotar. Has de tener en
cuenta unos cuantos elementos constructivos y saber ensamblarlos. Si un lector
de sube en tu barco no querrás que abandone el primer día, cosa que sucede con
frecuencia. Lo mejor que puedes hacer si quieres escribir novela es primero
escribir artículos o cuentos y al mismo tiempo participar en un curso de
escritura. Aprenderás mucho, seguro. Tal vez luego no escribas novelas -eso
depende de muchos otros factores- pero al menos tendrás una idea muy aproximada
de como se puede hacer Literatura. Y eso de saber, ya es mucho.
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