miércoles, 1 de mayo de 2019

ENTREVISTA A PEDRO DE PAZ


Aprovechando el día festivo de hoy día 1 de mayo del 2019, tenemos en SuperLectorAlfa una nueva entrevista literaria. 
Hoy tenemos la visita del escritor Pedro de Paz. Pedro nació en la ciudad de Madrid y en la actualidad tiene su residencia habitual situada en la localidad madrileña de Móstoles. Aparte de escritor, Pedro también es informático. Entre lo que suele escribir destaca la novela negra y de intriga.

Después de esta breve introducción ha llegado el momento de que Pedro ponga voz a las respuestas de las diversas cuestiones formuladas por SuperLectorAlfa. Comenzamos en 3,2,1,...



- Un escritor, ¿nace o se va haciendo a medida que va pasando el tiempo?


Sin duda alguna se va haciendo. Uno puede nacer con unas dotes o sentirse predispuesto culturalmente (por su entorno familiar, social, etc) en sintonía o proximidad con el mundo de la literatura. Pero un escritor es en grandísima medida el resultado de su esfuerzo continuado, sus lecturas, sus reflexiones y su trabajo. Y en ese campo de batalla es donde de verdad un escritor se bate y se curte con el paso del tiempo.


- ¿Has sentido desde siempre esa simpatía hacia las letras?

Siempre, aunque no en todo momento como escritor. Pero siempre, desde mi infancia, fui un ávido lector y eso ayuda muchísimo. Horas y horas de biblioteca, de tardes de lectura de libros juveniles, de entusiasmo por las historias leídas.... Y eso es lo que al final nos suele empujar a dar el salto.


- Dices que no te consideras o nunca te has sentido como un “escritor de raza”. ¿Por qué?

Porque para sentirse lo que se considera generalmente como un “escritor de raza” deben darse una serie de condiciones y cualidades que jamás he creído poseer. El don de las musas y las artes, emocionalidad innata, sensibilidad extrema, vivir para las letras a modo casi de sacerdocio… En cualquier caso, tampoco creo demasiado en el concepto “escritor de raza”. Esa catalogación tiene mucho de camelo y de pose. Prefiero considerarme “escritor de infantería”. Se acerca más a mi concepto de lo que es el oficio de escribir.


- ¿En qué momento dijiste de empezar a escribir tus propios libros para que la gente te pudiera leer?

En torno al año 2003, ya con una cierta edad -nada de arrebatos juveniles- y a raíz de una crisis de fe profesional. En ese momento de mi vida necesitaba incentivos, la literatura siempre formo una parte muy importante de mí, pero solo como el ávido lector que siempre fui y sucedió que quise leer una historia que nadie había escrito. De ahí el salto.


- ¿Ha habido algún libro que te haya marcado?

Muchos. Muchísimos. Como he mencionado fui un ávido lector desde joven. También sucede que, sin que necesariamente unas sean más importantes que otras, la impronta que deja un libro depende mucho de la etapa de tu vida en la que te encuentres. Pero, por mencionar algunos y casi a título anecdótico, una de las mayores culpas de que me convirtiese en lector fue de la saga de libros juveniles de “Los tres investigadores”. Y de que me convirtiese en escritor -o que me impulsó en gran medida a querer dar el salto-, la saga de “Alatriste” de Pérez-Reverte.


- ¿Quién o quiénes son tus referentes literarios?
Stephen King

Como lector polifacético que soy, depende del género. Conan Doyle en policiaco. Chandler, Jim Thomson o incluso Mike Spillane en novela negra o hardboiled. Asimov y Philip K. Dick en ciencia ficción. Crichton en TechnoThriller, un género que me gusta especialmente. Stephen King en suspense… La lista es muy numerosa y de todos ellos puedo decir que, además de disfrutar, he aprendido algo que me ha servido a la hora de escribir. Trucos, recursos, andamiaje…


- Hasta el momento, ¿cuántos libros has escrito? ¿Tienes alguno en el fondo del cajón esperando el momento más idóneo para ser publicado?

Hasta el momento tengo el orgullo -y la suerte, que también ha habido de eso- de poder decir que he podido publicar todos los textos que he completado. Los cuatro más un poemario que será publicado a lo largo de este año, en otoño probablemente. Por suerte o desgracia no soy un escritor con novelas en el cajón. Pero sí es cierto que, sin terminar, tengo algunas cosillas por ahí. Tres o cuatro novelas que se quedaron en distintos estados de desarrollo.


- Empecemos por “El hombre que mató a Durruti”. ¿Cómo surgió la idea de este libro?

Básicamente del reto de construir un relato -en principio iba a ser un relato- que conjugase dos de mis aficiones personales: la novela policiaca canónica a la Conan Doyle y la Guerra Civil Española -uno de los periodos mas fascinantes de la historia de España desde mi perspectiva de historiador aficionado-. Trataba, por puro divertimento, de construir un relato-enigma, un puro whodunnit en torno a un misterio inventado acaecido durante la Guerra Civil cuando de golpe me topé con un enigma real: la muerte de Buenaventura Durruti. Empecé a escribir, a construir la trama, a volcar parte del trasfondo de mis lecturas sobre la época y el asunto y cuando me quise dar cuenta, el andamiaje construido constaba de 120 páginas.


- ¿Qué destacarías de Fernández Durán?

Su sagacidad y su capacidad analítica. Pero el mérito no es solo suyo. Está inspirado en un personaje, Sherlock Holmes, que ya cuenta con esas cualidades. En realidad, construí medio personaje. El otro medio me lo encontré ya hecho.


- ¿A qué se enfrenta Fernández Durán a la hora de aceptar el encargo que recibe de sus superiores?

A un reto complicado. Debemos tener en cuenta el contexto histórico de la novela. Recibir la orden de investigar una muerte en un entorno como el Madrid sitiado en el que a diario morían decenas de personas por muy relevante que fuese el personaje es un regalo envenenado. Pero sus superiores contaban precisamente, además de con su valía policial, con su abnegación militar. Fernández Durán es un gran profesional y un hombre de palabra, recto, con valores muy concretos. Y de eso sus superiores son plenamente conscientes.


- El título “El hombre que mató a Durruti”, ¿era el que tenías en mente desde un principio o le tuviste que cambiar el nombre alguna vez?

Siempre tuve en mente un título que jugase con el concepto de evocación cinematográfica. En un principio el título de trabajo era “Y Manzana cogió su fusil…”. Un compañero de trabajo que tenía entonces me sugirió lo de “El hombre que mató a Durruti”. Y a mí me sonó muy bien.


- Antes te preguntaba sobre los aspectos que destacarías del comandante Fernández Durán. Ahora la pregunta que te hago es: y del teniente Alcázar, ¿qué destacarías?

Su tenacidad y su capacidad para buscarse la vida. Aunque, al igual que con Fernández Durán, también me dieron medio personaje hecho, en este caso era Watson. Pero le añadí algunas virtudes de mi cosecha. También tiene mucho de Hendley, el personaje de James Garner en “La gran evasión”.


- Pasamos ahora a hablar de “Muñecas tras el cristal”. ¿Qué se puede encontrar el lector en esta novela?

En realidad, se va a encontrar una historia romántica, la historia de un amor no resuelto de juventud que regresa tras mucho tiempo perdido. Lo que distingue “Muñecas tras el cristal” de una novela romántica al uso no es el fondo. Son las formas y el contexto. El mundo de la delincuencia, la pornografía en Internet, la informática, los servicios de inteligencia y aquellas secciones de las fuerzas de seguridad del estado que “nunca existieron” … Quizá eso forma parte del éxito de la novela: que es una historia tan vieja como el propio mundo, que todos comprende y con la que todos empatizan. El contexto y los detalles tan solo la enriquecen.


- En esta novela hablas de pornografía. Mi pregunta es la siguiente: ¿por qué existe esta lacra y qué se podría hacer, desde tu punto de vista, para frenar esta lacra e, incluso, eliminarla de la faz de la sociedad?

Existen pulsiones que son tan viejas como la propia humanidad. El sexo es una de ellas. Y el sexo en sí no puede catalogarse como malo. Pero no es menos cierto que las pulsiones sexuales generan ámbitos que moral y legalmente no siempre son respetables. Abusos, delitos, amenazas, excesos, desmanes…   Sinceramente: no considero que la pornografía, stricto senso, sea, el elemento a combatir, la lacra a erradicar, siempre y cuando se produzca en un contexto de entera libertad en los individuos que la practican. El problema surge cuando, a su alrededor y durante su práctica, se lesionan otros derechos atentando contra libertades personales o sexuales.


- ¿Cómo es la vida de Jaime Areta?

Anodina. En el más estricto sentido de la palabra. Por eso practica la afición de coleccionar pornografía. Para el, más allá de la excitación física que pueda sentir con su práctica, supone una forma de trasgresión, de asumir que su vida no es triste, gris y aburrida, sino que es capaz de desenvolverse en un entorno al que suele acceder una élite y que se sale de lo habitual.


- Ahora es el turno de hablar de “El documento Saldaña”. ¿Con qué se puede encontrar el lector que prefiera leer “El documento Saldaña”?

El lector se encontrará con mi tercera novela, creada en un momento muy especial de mi vida tanto personal como literaria. Es un texto con una trama madurada, meditada y unos personajes elaborados a partir de unos impulsos muy personales. La mirada de su protagonista, Miguel Cortés, es mi propia mirada en muchas de sus reflexiones emocionales y morales. Si a un padre le preguntas cuál de sus hijos es su favorito siempre responderá que los quiere a todos por igual pero siempre mirará de soslayo con orgullo y satisfacción a uno de ellos en particular. “El documento Saldaña” es mi mirada de soslayo.


- La trama de “El documento Saldaña”, ¿cómo surgió?

A partir del impulso de situar a Madrid en el lugar que merece como escenario del universo de la novela negra. Madrid nunca ha tenido esa tradición al contrario que Barcelona, que desde hace años tiene ese hueco ganado desde el Protesis de Andreu Martin a las novelas de Mendez de Gonzalez Ledesma pasando por el Carvalho de Vazquez Montalban. Barcelona hacía tiempo que exhibía con orgullo su pedigrí como escenario de novela negra. Madrid era un poco el patito feo en ese sentido. Y yo, como madrileño por nacimiento y por devoción, quise otorgarle un poco de la fama que creo que merece. En “El documento Saldaña”, la ciudad de Madrid termina abandonando su categoría de escenario para convertirse en personaje. Quien la ha leído sabe a qué me refiero. Esa novela no podría suceder en ningún otro sitio.


- Antes de la publicación de “El documento Saldaña” con Planeta, ¿habías pensado alguna vez si ibas a ser publicado por esta editorial tan famosa?

Lo cierto es que no. Como jamás imaginé que ganaría dos premios literarios con dos de mis novelas. Cuando escribo, lo único de trato es de montar la mejor trama posible y contarla de la mejor manera que pueda. Lo que llega después es la palmada en la espalda que te da a entender que no lo hiciste mal del todo. O el abucheo que te insinúa que fallaste en tu cometido. Pero nunca funcioné por apriorismos.


- Pasamos ahora a “La senda trazada”. ¿Cómo surge la idea de “La senda trazada”?

Surge de una de esas noches pseudofilosóficas en compañía de un par de amigos en las que un par de copas de alcohol sirven de chispa iniciadora para las teorías mas diversas y peregrinas. ¿Estamos solos en el universo? ¿Hubo una civilización avanzada hace milenios de la que no ha quedado rastro? ¿Se puede viajar en el tiempo? Creo que todos hemos vivido alguna noche como esa tumbado en el césped de un parque mirando las estrellas. En mi caso, la pregunta fue “¿Podemos conocer el futuro? Y de ser así, ¿podríamos cambiarlo?” Partiendo de esa premisa, enriqueciéndola y construyendo un andamiaje efectivo a su alrededor se generó “La senda trazada”.


- ¿Cómo es la vida de Alfonso Heredia, el protagonista de la novela?

De definirla en tres palabras serían “En el filo”. Heredia es un outsider autentico, una persona a la que las circunstancias le han ido empujando a vivir al día y en el límite. Ese trasfondo es fundamental para poder comprender la lógica que se esconde tras sus acciones cuando cae en sus manos un extraordinario volumen redactado a mano en el que se anticipan la muerte de personajes célebres. Esa posibilidad de conocer el futuro, sus complicadas circunstancias personales, sus decisiones y el precio a pagar por ellas forman el andamiaje moral de la trama. Aunque no sea una novela que pretenda reivindicar ningún tipo de moralidad.


- De todas las novelas que has escrito, ¿cuál te supuso un mayor esfuerzo? ¿Con cuál te sentiste más cómodo?

Mayor esfuerzo… Quizá Durruti por lo arduo que supone ajustarse al contexto histórico y que este encaje en tu ficción. Por muy bien que viniese para mi trama y mi novela, yo no puedo decir que Buenaventura Durruti murió en La Coruña porque no es cierto. En la novela histórica, el jugar con todas las piezas del puzzle, los hechos reales y la ficción, y lograr que encajen milimétricamente es una tarea de orfebrería literaria que requiere un esfuerzo. Más cómodo… Con “El documento Saldaña”. Por todo lo que tiene de deuda personal en muchos de sus planteamientos.


- Aparte de las novelas mencionadas anteriormente también has escrito varios relatos. ¿Qué es más fácil escribir?

Sin duda alguna, una novela. Es mucho más sencillo ocultar las carencias, las trampas y los errores en una historia de cuatrocientas páginas que en una de diez. Como en un relato cometas un error y se te vea la trampa, se te derrumba todo el andamiaje. Siempre he dicho que escribir relatos es como hacer salto de longitud sin coger carrerilla, a pies juntos. Es menos cansado, pero mucho más difícil.


- Desde que estas dentro del mundo literario, ¿qué ha sido lo mejor que te ha pasado? ¿Y lo menos bueno?

Lo mejor, toda la gente que he conocido, los amigos hechos y las experiencias intercambiadas. Hablo tanto de escritores compañeros como de lectores. Conservo vivencias preciosas con lectores que pondrían la carne de gallina y que me acompañarán mientras viva. Lo menos bueno… Lo cierto es que, como escritor, no he tenido apenas experiencias negativas. Si acaso, algunos desengaños con el ámbito editorial -no confundir mundillo literario con mundillo editorial. Aunque relacionados son muy diferentes-.


- A la hora de escribir, ¿tienes alguna manía?

No especialmente. Sin ser manía, sí tengo alguna preferencia. Como el escribir de madrugada. Considero indispensable la tranquilidad de ese momento sabiendo que es muy improbable que se escuchen ruidos o jaleo en la calle o que te llamen por teléfono y te interrumpan… Más allá de eso, no hay manías.


- ¿Qué momento del día es tu preferido para escribir?

Acabo de responder a esa pregunta sin haberlo pretendido… [risas]


- ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a escribir sus primeras historias pero que, por diversos motivos, no terminan de decidirse?

Que se lancen pero que lo hagan con los pies en la tierra. Que no se monten en la cabeza la parábola de la lechera –“…y voy a escribir y crearé muchos relatos y después muchas novelas y voy a publicar, primero en una editorial pequeña, luego en una grande y me haré popular y…”- antes siquiera de haber escrito la primera línea de su primer cuento. Que escriban porque sienten la pulsión de hacerlo, de dar salida a una historia o un sentimiento que lleven dentro. Que sean constantes y no se desanimen. Escribir es una carrera de fondo, día tras día. No es un sprint de 100 metros. Y que jamás desconfíen de lo que hacen. Que crean en sí mismos. Yo siempre he defendido que un escritor no es mas que un lector que un día se da cuenta de que nadie ha escrito la historia que le gustaría leer. Y se pone a ello. Ese es mi consejo.


- Para finalizar la entrevista, la gente que la haya leído y que quiera algún ejemplar de tus novelas, ¿de qué modo lo pueden hacer?

Ahora mismo la editorial LITERATURAS COM LIBROS está llevando a cabo un proceso de reedición de todas mis obras tanto en formato tradicional en papel como en formato eBook. La única desventaja es que el canal de distribución de LITERATURAS COM LIBROS no son las librerías tradicionales sino Internet. Concretamente AMAZON o su propia web. Se pueden adquirir en este enlace: https://literaturascomlibros.es/tag/pedro-de-paz


Muchas gracias de nuevo y desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor de cara al futuro. Ha sido un placer tenerte en el blog.
El placer ha sido mío. Un saludo.

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