Buenos días amantes de la literatura. Hoy viernes tenemos una nueva entrevista literaria. En el día de hoy SuperLectorAlfa "viaja" a Cehegín (Murcia) para mantener una charla con el escritor Pedro López Fernández. Pedro nació en 1966 en la localidad murciana de Cehegín, tal y como se ha mencionado anteriormente. Es Licenciado en Derecho. De sus manos han nacido novelas como "El magistrado Cuernavaca" y "Las cenizas de Manhattan", de las que hablará más adelante.
Tuve la gran ocasión de conocerle en una edición de los encuentros literarios denominados "De cañas con..." conducidos por Paco Marín en Mister Witt Café de Cartagena.
Después de esta introducción ha llegado el momento de las respuestas de Pedro a las cuestiones de SuperLectorAlfa.
- Eres de Cehegín (Murcia). En la Región de Murcia, ¿cómo se vive la
literatura?
Foto de Cehegín. |
La verdad es que tengo que reconocer que, hasta hace unos pocos años, mi
conocimiento sobre literatura murciana era más bien escaso. Fuera de los tres o
cuatro autores de la tierra que, más o menos, están en la mente de todos,
tampoco conocía mucho más. A raíz de la publicación de mi primera novela, El
Magistrado Cuernavaca, he tenido oportunidad de acercarme un poco más a este mundillo de la
literatura regional, y creo que hay que destacar el número nada desdeñable de
editoriales paisanas, y el ahínco y la ilusión con que desarrollan su labor,
además de su decidida apuesta por autores de la tierra. El pasado septiembre se
ha recuperado la Feria del Libro de Murcia y, en Cartagena, los incansables
amigos, Paco Marín y Antonio Parra, entre otros, continúan haciendo cada vez
más grande el ELACT y el certamen CARTAGENA NEGRA. En cuanto a las obras y
autores de la Región, merece la pena resaltar el buen número de escritores y
escritoras, y la elevada calidad, en general, de sus obras. En este aspecto
pienso que la literatura murciana goza de una salud excelente. En lo tocante a
la percepción de estas bondades de la literatura murciana, por parte de los
lectores y de los organismos culturales públicos encargados, de alguna manera,
de su fomento, creo que, aunque la cosa va mejorando paulatinamente, aún se
encuentra alejada, en mi opinión, de lo que esta literatura regional, por su
calidad e importancia, merece.
- ¿Has sentido siempre simpatía hacia las letras?
No solo no he sentido simpatía siempre hacia las letras, sino que en mis
primeros años escolares creo que llegué a sentir hasta rechazo. A mí, por
aquellos años, un libro sin dibujos “me tiraba patrás na más verlo”. Por esa
época devoraba tebeos y una colección maravillosa “Joyas Literarias Juveniles”
que, con sus maravillosos gráficos y un lenguaje excelente y muy cuidado, me
abrió el apetito para, posteriormente, lanzarme a la lectura de libros sin
dibujos como Los Cinco. Los Siete Secretos, Los Hollister… Después vendrían
lecturas como El perro loco, del yeclano Castillo Puche, El
Camino, de Delibes, De
Ratones y Hombres, de Steinbeck, y así, hasta ir asimilando otro tipo de lecturas más
exigentes.
- ¿Hay algún libro que te haya marcado?
Aunque han sido muchos los libros que, de una manera u otra, han dejado
huella en mi formación literaria, si tengo que decantarme solo por uno escojo,
sin dudarlo, Cien Años de Soledad, de García Márquez.
- ¿En qué momento dijiste de empezar a escribir tus propios libros para
que la gente te pudiera leer?
La verdad es que no hay que remontarse muy atrás en el tiempo para
encontrar ese momento. Comencé a escribir El Magistrado Cuernavaca a finales del año 2011.
Hasta ese momento nunca había escrito nada relacionado con la literatura.
Posteriormente he escrito algunos cuentos, y una buena cantidad de poemas, pero
todo eso vino precedido de esta novela.
García Márquez. |
- ¿Quién o quienes son tus referentes literarios?
Bueno, la verdad es que tengo muchísimos referentes en este sentido.
Debo volver a mencionar en este apartado al ya comentado García Márquez, pero
también a Roa Bastos, Faulkner, Vázquez Montalbán, Delibes, Baroja, Yourcenar,
Merezhkovski, Melania Mazzucco, Muñoz Molina, Luis Landero, Dolores Redondo… En
este momento me encuentro leyendo El dolor de los demás, del murciano Miguel
Ángel Hernández, y un manuscrito, con visos de convertirse en una estupenda
novela, del escritor ceheginero, y buen amigo, Francisco Jesús Hidalgo García.
- Aparte de escritor, eres licenciado en Derecho. Desde tu punto de vista
como alguien que ha estudiado Derecho y que ha obtenido la Licenciatura, ¿cómo
está la justicia en la actualidad en España?
En Las cenizas de Manhattan, uno
de los personajes (Nasty McAnas, nickname de
Anastasio Macanás, periodista y escritor de la murciana localidad de Campos del
Río, emigrado a Nueva York) aludiendo al concepto de la verdad, comentaba que
en su pueblo, cuando alguien presumía de hallarse en posesión de la verdad, se
le respondía que la verdad era verde, y se la había zampado un burro. Bien,
pues una cosa parecida podría decirse de la justicia.
En realidad, la justicia,
junto con el bien común y la seguridad jurídica es uno de los fines del
derecho. El ordenamiento jurídico de un país debe perseguir estos tres fines y,
cuando esto se consigue al menos hasta un punto razonable, existe una
tranquilidad social con respecto a la actuación de la Admon. de Justicia que,
en mi opinión, no se está dando en los últimos tiempos. Existe un auténtico
clamor social por una legislación en materia de violencia de género que se
muestre verdaderamente eficaz; en determinados casos delictivos con un claro
objetivo sexual, sentencias como las del caso de La Manada han sembrado
controversia (incluso entre los mismos jueces encargados de emitirla) y han
colapsado las calles con gente disconforme con el contenido de la misma; se observa un aumento alarmante de casos de
corrupción política, solventados en muchos de los casos con penas tibias y poco
ejemplarizantes, cuando no con sentencias exculpatorias por prescripción, o
defectos de forma; conversaciones intervenidas a ciertas personas en las que
queda de manifiesto la mala praxis de determinados elementos de los cuerpos de
seguridad, y en las que también resulta muy mal parada la supuesta
independencia de algunos elementos de la justicia, etc. etc. etc.
En este recién agotado
2018, si no ando muy equivocado, han sido dos las huelgas convocadas de jueces
y fiscales, reclamando, entre otras cosas, más dotación de medios y personal
para desarrollar su labor, y una mayor independencia y autonomía. A tenor de
esto, los principales agentes de administrar justicia en nuestro país, muy
satisfechos con que el Derecho esté cumpliendo con los fines aludidos al
principio, entre ellos la justicia, la verdad es que precisamente no parece que
lo estén.
- Centrémonos ahora en tu faceta como escritor. Hasta el momento, ¿cuántos
libros has escrito?
Hasta la fecha he escrito dos novelas que he publicado con la editorial
salmantina Amarante. Por otro lado tengo varios poemarios concluidos que aún no
han sido publicados. Con mi poemario Los seres del otro lado conseguí ser finalista
del Premio de Poesía Internacional Hnos. Argensola, en el año 2014, y he
publicado poemas en revistas literarias de España, México, Venezuela, Puerto
Rico y Estados Unidos.
- Empecemos hablando de “El Magistrado Cuernavaca” que vio la luz en 2013.
¿Con qué se puede encontrar el lector en “El Magistrado Cuernavaca”?
En El Magistrado Cuernavaca, el lector se va a encontrar con la historia de
un personaje fuertemente marcado por los preceptos de una férrea educación que,
en su caso, van a derivar hasta una irrenunciable obsesión, sobrevenida por
unos hechos acaecidos durante una noche de divertimento en su época
estudiantil, que le conduce a centrar cada minuto de su vida en intentar hacer
desaparecer los elementos de esta situación que tanto le mortifican.
- ¿Cómo surge la idea de escribir “El Magistrado Cuernavaca”?
La idea sobre el argumento de esta novela surge de hiperbolizar, hasta
el punto de conseguir una trama que pudiese resultar interesante y digna de ser
narrada en una novela, mis propias vivencias como estudiante en piso
compartido, cuando estudiaba la carrera de Derecho en la ciudad de Albacete.
- En “El Magistrado Cuernavaca”, las obsesiones cobran gran importancia.
Mi pregunta es: las obsesiones, ¿hasta qué punto pueden resultar peligrosas?
Obsesionarse con algo, en general, no suele traer buenas consecuencias.
Supongo que está bien perseguir un determinado proyecto con ambición y con
ahínco, pero cuando se sobrepasa este límite y se cae en la obsesión, hasta el
punto de no ser capaz de discernir que ese proyecto, o asunto perseguido,
comienza a hacerle daño a uno, la cosa toma un barniz peligroso. En el caso del
magistrado Jesús Manuel Cuernavaca, los lectores tendrán que acudir a la
novela, y esperar hasta las últimas páginas de la misma, en esas deliciosas
localizaciones de la Toscana italiana, para comprender hasta qué punto habrá
llegado a serlo para él.
- Para escribir “El Magistrado Cuernavaca”, ¿te basaste en lo que tuviste
que estudiar en la carrera de Derecho?
Bueno, como he comentado ya en una pregunta anterior, esta novela
exagera determinadas vivencias de aquel tiempo en que estudiaba la carrera…,
luego, de alguna manera, sí. Con todo y con eso, no se trata de una novela en
la que el Derecho, en sí, o determinada terminología jurídica, tenga una
intervención importante. Se sustenta bastante más en esa convivencia cotidiana
que podían tener unos estudiantes de piso compartido, cualquiera que sea la
disciplina que se hallen estudiando.
- Pasamos ahora a “Las cenizas de Manhattan”. Para la recopilación de
datos sobre la ciudad americana de Manhattan, ¿te fuiste allí o con la ayuda
del amigo Internet fue suficiente para ambientar la novela?
Lo cierto es que ninguna de las dos cosas. Por un lado, a día de hoy no
he tenido oportunidad de visitar Manhattan, y por otro la documentación que uno
puede hallar únicamente en internet, al final se quedaba excesivamente corta
para la ambientación que yo quería para esta novela. No voy a proceder a una
enumeración detallada de la documentación leída, o consultada, pero sí
comentaré que, entre libros de historia, novela, ensayo, arquitectura, poesía,
fotografía, guías de viaje, documentos periodísticos y hasta planos de la
ciudad, ha sido muy exhaustiva y, salvo algún error involuntario por mi parte,
también bastante rigurosa. Sería un orgullo para mí que, al teclear sobre el
navegador del Google “libros sobre Manhattan” también apareciese esta obra y, al
igual que yo he acudido a muchas novelas para documentarme al escribir sobre
Nueva York, esta novela pudiese servir algún día como fuente de documentación
para otras personas que, como yo, se encuentre buscando documentación para su
obra.
- ¿Se puede considerar a “Las cenizas de Manhattan” como un compendio de
historia? Porque tratas las conquistas laborales, el sufragio femenino, la Ley
Seca, etc.
Es verdad que en la obra, dado el vasto lapso de tiempo que abarca desde
principios del siglo XX hasta prácticamente la actualidad, aparecen muchísimos
hitos históricos, como los que mencionas en la pregunta. No obstante, yo no
creo que Las cenizas de Manhattan sea un compendio de historia, o al menos
solamente eso… A mí me gusta considerar que esta novela es la historia de una
saga familiar que se enmarca, como no podía ser de otra manera, en la propia
historia de la ciudad en la que habitan. Son ellos quienes están viviendo la
historia. De este modo, aprendemos muchas cosas sobre Nueva York, pero este
conocimiento va surgiendo de una forma espontánea y de lo más normal. Son los
propios protagonistas los que observan, por ejemplo, la fachada Beaux Arts del
Flatiron, que “además ha sido inaugurado este mismo año”, en los diálogos de
los propios personajes.
- ¿Con qué se puede encontrar el lector en “Las cenizas de Manhattan?
El lector va a encontrar en
esta novela, además de un lenguaje cuidado con abundantes toques de ironía y
humor, la historia de una familia polaca emigrante que en este caso es la de
los Rosenstock, pero que bien podría haber sido la propia de cualquier lector. La
novela resalta, de alguna manera, el tremendo desconocimiento que tenemos, en
la inmensa mayoría de los casos, de la historia de nuestra propia familia. Con
tan sólo ser conscientes de las vivencias de algunos de nuestros antepasados se
podrían escribir muchas novelas. En el caso que nos ocupa, a través de la
alternancia de capítulos asistimos a la narración en paralelo de la llegada de
esta familia a Nueva York a principios del siglo XX, y al hallazgo de un
manuscrito de su bisabuelo, por parte del último heredero de esta saga
familiar, ya en la actualidad. En la parte final de la novela, estas dos
historias, atendiendo a esa forma caprichosa con que el destino mangonea los
azares de la gente, confluyen de una forma sorpresiva e inesperada para el lector.
Por otro lado, como
hemos apuntado en cuestiones anteriores, los lectores, asimismo, van a tener la
oportunidad de descubrir muchísimas anécdotas y detalles interesantes acerca de
la historia propia de Nueva York.
- Una cosa que me ha llamado mucho la atención es la forma con la que das
comienzo al capítulo 1 de la novela. La frase del escritor americano Paul
Auster que dice: “Las oportunidades
perdidas forman parte de la vida igual que las oportunidades aprovechadas, y
una historia no puede detenerse en lo que podría haber sido” (Trilogía de
Nueva York). ¿Cómo se puede sacar provecho de las oportunidades perdidas?
Sí, la verdad es que es una frase que pienso que encierra un buen
consejo, y que a la forma de ser de Januarius, el protagonista principal de la
novela, se le ajustaba como anillo al dedo. Pienso que se puede sacar provecho
de las oportunidades perdidas, aprendiendo de lo que se haya podido hacer mal
en esa ocasión y, sobre todo, haciendo caso a la parte final de la frase, es
decir, sin quedarse parado a esperar esa oportunidad que ya ha pasado, sino
comenzar a buscar activamente la siguiente que, quizás, pueda ser la buena.
- ¿Tienes algún nuevo proyecto literario en mente?
En este momento, me dedico, sobre todo, a escribir poesía. Quién sabe,
quizás mi próxima obra vaya más por ese lado. El tiempo dirá…
- “Las cenizas de Manhattan” salió hace poco tiempo. ¿Cómo está siendo la
fase de promoción?
La novela, efectivamente, vio la luz en junio y ya ha sido presentada en
Salamanca, en Cehegín y, hasta la fecha, en Cartagena. Ha sido también notable
la cálida recepción que ha tenido en los diferentes medios de comunicación
locales y regionales, y en este pasado noviembre comenzó con la 3ª edición, con
lo que pienso que la acogida, también por parte de los lectores, está siendo
considerablemente buena.
- ¿Qué buscas en los lectores?
Lo cierto es que yo escribo por afición, es decir, por propio
esparcimiento. No niego que escribo para ser leído, lo cual, de alguna manera,
me hace pensar en cómo van a recibir los lectores mi novela. Intento darle a
los lectores lo mismo que yo quiero para mí cuando acudo a la obra de otros
autores: una buena historia, y un tratamiento literario y cuidado de la
narración, que sea capaz de producir una reacción agradable y satisfactoria en
el lector.
- Desde que estás en el mundo literario, ¿qué ha sido lo mejor que te ha
pasado? ¿Y lo menos bueno?
La verdad es que experiencias negativas no he tenido desde que comencé
en esto de la literatura. También es cierto que, por mi manera de ser, tiendo a
quedarme con lo positivo, y a hacer el caso justo de las cosas menos buenas. Lo
mejor, sin duda, la grata acogida de
esta afición mía por parte de mi familia y mis amigos, y el conocimiento de una
gran cantidad de gente, personal e intelectualmente muy interesante, que casi
sin darse cuenta, te transmite su inmenso amor por esto de la literatura.
- ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a
escribir sus primeros libros pero que, por diversos motivos, no terminan de
decidirse a dar el paso?
Creo que eso de dar consejos debería de quedar para un ámbito muy reducido
(familiares y, a lo sumo, alguna amistad muy cercana) es decir, en un entorno
donde reine la confianza suficiente como para poder ser replicado, llegado el
caso, sobre lo bien que les parece tu consejo o, en un momento dado, por dónde
te puedes meter el consejo. Hecha esta acotación, sí que animo a todas aquellas
personas que sientan ese prurito, en primer lugar, a que lean, que lean mucho
y, en segundo lugar, a que lo intenten, que no se queden dentro esa historia
que sienten que quiere salir. El NO ya está ahí. Pienso que, en el peor de los
casos, personal y espiritualmente, tienen mucho que ganar. Hasta los escritores
más consagrados tuvieron que dar ese primer paso algún día…
- Para terminar la entrevista, la gente que la haya leído y que esté
interesada en adquirir algún ejemplar de tus novelas, ¿de qué modo lo pueden
hacer?
Pues por los cauces normales: reclamándola en su librería habitual si es
que no la tienen ya (la editorial se la servirá en apenas dos o tres días) y en
las plataformas de venta por internet más habituales: Casa del Libro, Amazon,
Agapea, Iberlibro, Amarante Store, etc, etc, etc.
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