domingo, 30 de agosto de 2020

LORENZO SILVA: "En un principio no sabía nada. Sólo quise hacer un experimento, que además no tenía ni idea de cómo iba a salir. Yo entonces ya me sentía escritor, incluso novelista,pero estaba muy lejos de poder dedicarme a la literatura a tiempo completo: tenía otro trabajo y escribía los fines de semana y sobre todo los veranos. “El lejano país de los estanques” se me ocurrió en las vacaciones de verano de 1994 y fue la travesura a la que dediqué las de 1995".

 

Llegamos al final de la semana especial de SuperLectorAlfa. Hoy domingo tenemos un invitado ilustre, un invitado capaz de crear situaciones reales combinadas con ficción destinadas a perdurar por mucho tiempo en la mentalidad de los lectores. Hoy tenemos el placer de hablar con el creador de los personajes Bevilacqua y Chamorro, quienes aparecieron por primera vez en la novela "El lejano país de los estanques" y que han perdurado hasta la actualidad con la publicación de la última novela, hasta la fecha, protagonizada por Bevilacqua y Chamorro "El mal de Corcira"

Lorenzo Silva nació en Madrid y en su haber se encuentra el Premio Primavera 2004 con "Carta blanca", el Premio Algaba de Ensayo con "La aventura histórica de la Guardia Civil", el Premio Ojo Crítico 1998 con "El lejano país de los estanques", el Premio Nadal 2000 con "El alquimista impaciente" y el Premio Planeta 2012 con "La marca del meridiano". También fue finalista del Premio Nadal 1997 con "La flaqueza del bolchevique".  En 2010 fue distinguido con el nombramiento de Guardia Civil Honorario.

Cabe destacar también que desde el año 2008 es comisario de Getafe Negro, Festival de novela policiaca; y también que es autor de una inmensidad de libros aparte de las novelas que se han mencionado anteriormente.

En el año 2018 fue a inaugurar el festival literario de Cartagena Negra como muestra la siguente fotografía en la que aparece el propio autor y un servidor. 

Llegado a este punto y sin más preámbulos empezamos la entrevista con Lorenzo Silva. Comenzamos en 3,2,1,...


En primer lugar, darte la bienvenida a SuperLectorAlfa, un blog que nació con la firme idea de ayudar a difundir la literatura y de dar a conocer los autores a más gente.

Encantado de estar aquí.

 

- Desde un principio, ¿tenías pensado en hacer una saga protagonizada por Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro o, por el contrario, pensabas que con la publicación de “El lejano país de los estanques” era bastante?

En un principio no sabía nada. Sólo quise hacer un experimento, que además no tenía ni idea de cómo iba a salir. Yo entonces ya me sentía escritor, incluso novelista,pero estaba muy lejos de poder dedicarme a la literatura a tiempo completo: tenía otro trabajo y escribía los fines de semana y sobre todo los veranos. “El lejano país de los estanques” se me ocurrió en las vacaciones de verano de 1994 y fue la travesura a la que dediqué las de 1995.

 

- ¿Cómo nacen ambos personajes? ¿Qué te han aportado Bevilacqua y Chamorro a lo largo de tu exitosa trayectoria literaria?

Por accidente. El crimen se me ocurrió estando en una cala de Mallorca, tras presenciar una violenta escena entre dos mujeres extranjeras. Y dando vueltas  a la historia, me pregunté quién podría ser el investigador de mi novela, hasta que me respondí que un cadáver que aparece en una zona rural de Mallorca es la Guardia Civil la que lo investiga. A partir de ahí definí el perfil de ambos personajes, que no sólo me han permitido dedicarme profesionalmente a la literatura y que después de un cuarto de siglo y la mitad de mi vida son ya dos compañeros de viaje, sino que me han dado máxima libertad para escribir sus historias y otras que nada tienen que ver con ellos.

 

- Has escrito muchas novelas protagonizadas por Bevilacqua y Chamorro, como todo el mundo sabe. En esta ocasión nos centramos en la última hasta la fecha que lleva por título “El mal de Corcira”. ¿Cómo se empieza a gestar esta novela?

Está ahí desde la primera. En cierto momento de “El lejano país de los estanques” Bevilacqua evoca para sí su paso por “el Norte”, que todos sabemos lo que quería decir para un guardia civil. Una experiencia que forjaba e imprimía carácter, y que en su caso explica algunas de las cosas que es y hace —y algunas de las que no es ni hace—. Desde ese momento sé que alguna vez iba a tener que contar esa parte oculta del iceberg. Fue pocos años después cuando me dije que habría una novela centrada en el asunto, y tal vez llevo más de una década dándole vueltas  a la manera de contarlo. Desde hace más o menos cinco años tenía claro cómo lo iba a hacer: simplemente me tomé el tiempo necesario para amarrar todos los detalles de documentación y luego llevar a la práctica el artefacto narrativo concreto —con dos líneas de acción paralelas— que me parecía la mejor forma de inscribir el episodio en la serie.

 

- En “El mal de Corcira”, vemos como Bevilacqua regresa al pasado. ¿Es positivo volver al pasado o, por el contrario, es mejor dejar el pasado de lado y centrarse en el presente y futuro?

Es positivo mirar a lo que nos acucia y no dejar de pensar en lo que vendrá mientras tenemos presente lo que hubo y nos hizo. No soy de regodearme en el pasado, y menos aun en el rencor, pero la desmemoria, que siempre es interesada y selectiva, me parece nefasta. Abre la puerta a repetir la infamia.

 

- Hablando de futuro, ¿tendremos más Bevilacqua y Chamorro después de “El mal de Corcira”?

Yo ya estoy ajustando en mi cabeza el siguiente, que no empezaré a escribir hasta finales del año que viene y que saldrá, espero, en 2022. Y tengo otras dos más en la recámara. Por lo menos.

 

- ¿Qué es lo mejor y lo menos bueno de escribir una serie tan amplia como la de Bevilacqua y Chamorro?

Lo mejor es tener una casa confortable a la que puedes volver una y otra vez y donde además tienes la libertad de experimentar y arriesgar casi sin límite. Lo menos bueno, que siempre te mides contra una expectativa que ese riesgo puede llevarte a contrariar. A veces intentas algo que no convence a alguno. Pero es una carga asumible, porque tiene una enorme contrapartida.

 

- También has escrito otros libros que tienen otros personajes e incluso, has escrito “Si esto es una mujer” con Noemí Trujillo. ¿Cómo es escribir a cuatro manos? ¿Es más complicado que escribir a dos manos? Y, por último, ¿qué prefieres: escribir en solitario o junto con otra persona?

Es relativamente fácil, si lo haces con alguien con quien te entiendes y has alcanzado consensos profundos y cuyo trabajo respetas, recibiendo idéntico respeto a cambio. En ausencia de todo eso, es imposible. Prefiero escribir en solitario las novelas de Bevilacqua y con Noemí las de Manuela Mauri, que protagoniza “Si esto es una mujer”. Bevilacqua es sólo cosa mía, pero Manuela no se puede entender ni puede ser sin Noemí.

 

Muchas gracias. Desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor de cara al futuro. Gracias por crear a Bevilacqua y a Chamorro. Ha sido un placer tenerte en el blog.

El placer es mío. Gracias por leer y animar a hacerlo. Tenemos que preservar esta práctica civilizada, y tan amenazada en nuestros tiempos.

5 comentarios: