Hoy tenemos el placer de tener en SuperLectorAlfa a David González, experto en el Trastorno de Aprendizaje No Verbal (TANV). David es de Madrid y estuvo el pasado día 27 de Enero en Madrid en la presentación oficial de la asociación del TANV. Ha escrito un libro sobre el TANV. Y, antes de empezar con la entrevista, desde SuperLectorAlfa muestro mi apoyo incondicional a la asociación.
Gracias por el tiempo dedicado a la entrevista.
Muchas gracias por tu invitación.
1. Aparte del libro sobre el TANV,
¿has escrito algún otro?
Resp. Hace años escribí un capítulo para
un libro sobre el síndrome de Prader- Willi y también he escrito
algunos artículos en revistas. Los dos últimos precisamente sobre
el TANV. Uno de ellos se acaba de publicar en la revista de COPOE
“Educar y Orientar” y el otro saldrá en breve en la revista
“Padres y Maestros”.
2. La información de tu libro
sobre el TANV, ¿de dónde la sacaste?
Resp. Buena pregunta
porque no hay mucha información sobre este trastorno. He estudiado
los pocos libros que hay publicados, la inmensa mayoría en Estados
Unidos y también los artículos que hay en revistas especializadas.
También, por mi trabajo, he tenido la oportunidad de evaluar y hacer
tratamiento con varios niños con TANV. Los casos prácticos que
aparecen en el libro son de estos niños. Estos eran los objetivos
del libro: por una parte recoger las aportaciones que hasta la fecha
aparecen en la literatura y, por otra, describir la evaluación y el
tratamiento desde una perspectiva práctica y aplicada.
3. Para la gente que desconozca la
existencia del TANV, ¿en qué consiste el trastorno?
Resp. El TANV es un trastorno del desarrollo
que se cree está relacionado con una disfunción del hemisferio
derecho. Aunque la denominación original “Nonverbal learning
disabilities” se puede traducir como “Dificultades de aprendizaje
no verbales” en realidad, el problema va más allá de una
dificultad para aprender. Es decir, afecta a diferentes ámbitos del
desarrollo y no sólo a los aprendizajes escolares.
Los niños con
TANV tienen problemas en diferentes ámbitos. Todos ellos tienen en
mayor o menor medida problemas visoespaciales, motores, sociales y de
aprendizaje aunque las manifestaciones son variables en cada niño y
en cada momento evolutivo. Por el contrario, el lenguaje formal
(construcción de frases, vocabulario utilizado) es bueno.
- en el
procesamiento visoespacial les cuesta orientarse en los espacios,
hacer tareas como puzzles y construcciones, colocar las cosas en el
espacio gráfico, (ej. al copiar en el cuaderno), tienen problemas
para dibujar, orientarse en el tiempo, etc. También tienen
dificultad en tareas en las que se tienen que representar y manipular
mentalmente la información espacial, de ahí que tienen importantes
dificultades en el aprendizaje de las matemáticas (ej. alinear
correctamente las cifras de una cuenta, escribir números con ceros
intercalados, comprender conceptos, calcular y resolver problemas,
entre otras).
- los niños con
TANV también suelen tener torpeza motora, principalmente en la
motricidad fina lo que repercute en tareas cotidianas como vestirse,
usar los cubiertos y escribir.
- en lo
referente a la competencia social, los niños con TANV tienen
problemas en la interpretación de aspectos no verbales: gestos,
expresiones faciales, tono de voz, etc. que son fundamentales para
una buena comprensión social. Sus habilidades sociales son escasas.
Hablan bien, pero les cuesta ajustar lo que dicen con el “tomo”
de la conversación; aportan muchos detalles cuando explican algo,
pero les cuesta “ir al grano”. Como consecuencia suelen ser
calificados como “raros”, “pesados”, “ingenuos”,
“inmaduros”.
Además de estas dificultades
“principales”, los niños con TANV suelen ser desorganizados y
les cuesta planificar una tarea en varios pasos. Con frecuencia,
padres y profesores comentan que son “testarudos”.
En los aprendizajes, leen bien, pero
les cuesta resumir y extraer las ideas principales. La escritura es
lenta y de baja calidad; también les cuesta redactar. En
matemáticas, como hemos dicho, las dificultades son generalizadas.
Por último
deben tenerse muy en cuenta los problemas emocionales que con
frecuencia presentan estos niños ya que la tendencia es que sean
“internalizantes”; es decir, no van a presentar problemas de
conducta o comportamientos molestos con los demás, pero si pueden
manifestar problemas depresivos, de ansiedad, somatizaciones, etc que
son menos observables para los demás, pero muy negativos para el
niño.
4. ¿Por qué el TANV no es tan
conocido como por ejemplo el TDAH?
Resp. En mi opinión
se debe a varios factores. Por una parte, los síntomas del TANV son
menos observables para los demás si lo comparamos con otros
trastornos como el TDAH. Los problemas visoespaciales y sociales son
menos “visibles” que los problemas del lenguaje o los que afectan
a la conducta. Por otra parte, estos niños tienen un buen desarrollo
del lenguaje y una buena memoria verbal que les permite alcanzar un
rendimiento escolar más o menos aceptable durante los primeros años.
También hay que tener en cuenta que es un trastorno desconocido para
muchos profesionales. Y por último, se cree que la frecuencia del
TANV es más baja que la de otros trastornos como el TDAH.
5. Los primeros síntomas del TANV,
¿a qué edad suelen aparecer?
Resp. En los primeros
años de vida, la mayoría son niños “muy tranquilos”, con poca
actividad exploratoria. El desarrollo motor suele ir retrasado desde
los primeros momentos (ej. comenzar a andar, aprenden a montar en
bici, etc). También las dificultades visoespaciales están presentes
desde los primeros años. Sin embargo, el buen desarrollo del
lenguaje “enmascara” estos problemas de manera que la detección
es tardía. A partir de los 8-9 años el trastorno es evidente. Otra
cosa es que se entienda que debajo de esas dificultades aparentemente
inconexas hay un único trastorno.
6. El tratamiento del paciente con
TANV, ¿en qué consiste?
Resp. Lo primero que
se debería abordar es la situación socioemocional del niño. Este
debe ser el primer objetivo de trabajo y en muchos casos es necesaria
una intervención especializada. Si un niño no está bien
emocionalmente o socialmente está aislado, su potencial de
aprendizaje queda comprometido.
Por otra parte,
se debe intervenir en los ámbitos de dificultad por parte de
profesionales adecuados (neuropsicólogos, psicomotricistas,
psicólogos) y cuanto antes mejor.
En el colegio se
deben realizar adaptaciones, modificaciones y apoyos minimizar el
impacto de esas dificultades y facilitar el aprendizaje. Esto no es
fácil porque el trastorno no es conocido para la mayor parte de
profesionales de le educación. Pero, por encima de todo, estos niños
tienen necesidades educativas que se deben atender. Y no olvidar a
las familias. En muchos casos son quienes mejor conocen las
dificultades del niño, mejor que los profesionales. Hay que darles
herramientas para que afronten los problemas del día a día, que
conozcan la base neurológica del trastorno. También que puedan
beneficiarse de las ayudas y becas. El tratamiento del TANV requiere
con frecuencia asumir una serie de gastos que muchos padres no pueden
asumir. Recientemente se ha creado la Asociación nacional de
afectados por el TANV (www.tanv.es) que seguramente va a ser una vía
de ayuda para muchas familias y profesionales.
7. ¿Quién sería el encargado de
iniciar el tratamiento?
Resp. En la mayoría
de los casos el tratamiento se inicia en el colegio que es donde
habitualmente se detecta que algo no va bien. Pero también es
frecuente que esta primera intervención sea insuficiente y los
padres suelen acudir a los servicios médicos o a centros de
psicología buscando una explicación porque no entienden qué le
pasa a su hijo.
Lo importante es
que se comprendan las dificultades del niño y se prioricen bien las
intervenciones.
8. ¿Qué dificultades puede
encontrar la persona con TANV?
Resp. Estas dificultades son variables para
cada persona y en cada momento de su vida. Destacamos la idea de que
es un trastorno que afecta a diferentes ámbitos del desarrollo y no
sólo al aprendizaje escolar. Y que es un trastorno crónico que va a
tener repercusiones a lo largo de la vida.
Anteriormente hemos señalado las
dificultades durante la edad escolar. No hay muchos estudios sobre la
situación posterior en la adolescencia y edad adulta. Las
referencias que hay en la literatura afirman que la adolescencia es
una etapa difícil, sobre todo por los problemas sociales. Debe
tenerse en cuenta que muchas de las personas con TANV nunca han sido
diagnosticadas como tal y posiblemente han tenido diagnósticos e
intervenciones parciales.
9. ¿Cómo puede actuar la escuela
ante un caso de TANV?
Resp. La escuela debe
dar una respuesta ante cualquier alumno con dificultades desde el
momento que se detectan.
Se pueden
realizar muchas adaptaciones metodológicas. Entre otras: usar una
pauta que facilite la escritura, reducir las exigencias de escribir y
dar más tiempo, reducir o adaptar la exigencia en actividades de
dibujo, artística o música, cuadernos con recuadros grandes para
matemáticas, dar pistas y ayudas para organizar cuadernos y
organizar el tiempo, exámenes orales en lugar de escritos, etc. En
aquellas asignaturas en las que la dificultad sea mayor se puede
realizar una adaptación curricular y recibir apoyos de los maestros
especialistas. Aquí es donde puede haber problemas por cuestiones
administrativas. En muchos casos, los niños con TANV no son
reconocidos como ACNEE (Alumno con Necesidades Educativas Especiales)
y no pueden beneficiarse de esas ayudas.
En lo referente
a la situación social, tener en cuenta que estos niños son
vulnerables, con frecuencia no tienen amigos con quien jugar y pueden
ser objeto de burlas. Se puede “utilizar” a algunos compañeros
como “guías” para facilitar su participación en juegos.
Los profesores
pueden solicitar ayuda a los orientadores para ayudar a estos niños.
También deben ser receptivos a la información aportada por los
padres.
10. ¿En qué se diferencia el TANV
con el resto de los trastornos?
Resp. El TANV se solapa con algunos
trastornos, pero tiene características propias.
Las dificultades visoespaciales, por
ejemplo, no están reconocidas en ningún otro trastorno y para
algunos autores son las dificultades nucleares o principales del
TANV.
Se ha escrito que el TANV y los TEA
(trastornos del espectro del autismo) son muy similares. Cierto,
ambos tienen problemas sociales, pero en el TANV son de menor
gravedad y cualitativamente distintos. Por otra parte, el TANV no
tiene intereses restringidos ni peculiaridades sensoriales que sí
tienen los TEA. Y los TEA no suelen tener las dificultades
visoespaciales y matemáticas que tienen los niños con TANV.
El TANV también
tiene dificultad en el funcionamiento ejecutivo, pero son diferentes
de las del TDAH. En el TANV hay problemas de planificación,
organización y no tanto de impulsividad y memoria de trabajo.
Algunos trastornos como el trastorno
del desarrollo de la coordinación o el trastorno de la comunicación
social explicarían sólo una parte de las dificultades del TANV.
Mientras algunos
profesionales dicen que el TANV no existe porque no aparece en las
clasificaciones diagnósticas, otros defendemos la idea que ninguna
de esas clasificaciones y trastornos reconocidos nos permiten
entender a estos niños. Y, la verdad, la literatura que hay sobre el
TANV sí es un marco explicativo coherente y útil para entenderlos y
ayudarlos.
11. En principio, en el colegio,
¿qué asignatura se le da mejor al paciente de TANV?
Resp. Aquellas que se basan en el uso del
lenguaje y la memoria. En principio, podrían ser Lengua, CC Sociales
y Naturales. Algunos TANV son buenos en Inglés.
12. ¿Y la peor asignatura?
Resp. Las Matemáticas,
Educación Física, Educación Plástica, Música porque son
asignaturas con mucha exigencia motora y visoespacial. Aunque algunas
son consideradas “marías” o poco importantes, son momentos en
los que estos chicos pueden pasarlo mal. En Secundaria habría que
añadir las asignaturas “científicas” como Tecnología, Física
y Química.
13. ¿Qué riesgos puede correr la
persona con TANV dentro de la escuela?
Resp. El
riesgo principal está en el ámbito social y emocional, más que en
los aprendizajes aunque siempre se pone más atención a éstos.
Conviene recordar que una persona que tiene problemas emocionales no
puede aprender bien, aunque no tenga problemas de aprendizaje.
También hay que recordar que un niño es antes un “ser social”
que un “alumno”. Por sus dificultades, estos niños suelen estar
aislados y lo que es peor, pueden ser objeto de burlas y acoso. En
muchos casos, el colegio no es un lugar agradable para estos chicos.
Si un niño vive con angustia el hecho de ir al cole, algo estamos
haciendo mal todos los que trabajamos en él.
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