A lo largo de mi vida como lector insaciable me he encontrado con una infinidad de personajes que han dejado huella en mí y novelas que, al igual que los personajes, me han transmitido muchas cosas haciendo que olvidara los problemas que guarda la vida real.
Desde
que leí "Asesinato en la plaza de la farola" me sentí atraído por el
inspector Monfort, tanto que le dije a mi abuela cuando todavía vivía:
"Abuela, toma este libro. Leételo y después hablamos". Se lo leyó y
terminó encantada. Siempre me preguntaba si tenía el siguiente porque también se lo quería leer.
En esta nueva aventura del inspector, vemos que cualquier persona es capaz de mentir para encubrir alguna fechoría acometida por alguien muy cercano a nosotros.
El paseo que nos propone Julio César Cano por Castellón es un paseo por la oscuridad del alma humana, un paseo gobernado por los pirómanos, aquellas personas que no dudan en ir quemando todo aquello que tienen al alcance de la mano. Al mismo tiempo, "Incluso la muerte miente" es una historia en la que resalta la venganza ante cualquier otra cosa.
Al leer esta novela, lo he hecho con la intención de descubrir al culpable pero no he sido capaz de conseguirlo. Julio sabe como jugar con el lector.
En definitiva, "Incluso la muerte miente" es una novela altamente adictiva con instantes inmejorables. Es, también, una novela que sabe captar la atención del lector haciendo que no se pueda tomar un respiro. La tensión, el suspense, la intriga se dan de la mano en la, hasta el momento, mejor novela del inspector Monfort. Así es como considero a "Incluso la muerte miente": la mejor novela protagonizada por el inspector Monfort hasta el momento.
Ya estoy esperando a la próxima aventura del inspector Monfort and company.
FICHA TÉCNICA:
La perturbadora confesión de un pirómano es el eje central del quinto caso de la serie del inspector Monfort, ambientado en Castellón.
El reencuentro en Castellón de tres amigos que fueron juntos al colegio propiciará que asomen fantasmas que creían sepultados para siempre y secretos que jamás deberían desvelarse.Ana es tanatoesteticista, «maquilladora de muertos», tal como prefiere denominar su profesión; Rubén vive de rentas, pero ha arruinado su existencia por culpa de los vicios; y Álex ha vuelto de Santiago de Compostela para, supuestamente, poner en marcha un proyecto teatral. Cuando hallan el cadáver de un hombre en una discoteca del centro de la ciudad, que han incendiado para borrar las huellas del crimen, se disparan todas las alarmas de la policía. Por otro lado, todos en el equipo del comisario Romerales están muy preocupados por la extraña ausencia del inspector Monfort, que lleva demasiado tiempo sin dar señales de vida.
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