Una isla.
Infantes de Marina.
Asesinatos y alguien que se dedica a asesinar a los Infantes de Marina destinados en la isla de Alborán.
Una patera.
Inmigrantes que buscan una vida en condiciones.
Una mafia que busca desesperar a quienes tratan de encontrar una vida decente para ellos y sus familias.
Una tormenta y una canción que pone los pelos de punta a cualquiera.
Todo esto
encontrará el lector en "El corazón de los ahogados", la tercera novela
que escribe Daniel Fopiani después de "La carcoma" y "La melodía de la
oscuridad".
"El corazón de los ahogados" es una novela capaz de transportar al lector a un ambiente muy poco explorado en la novela negra como es el militar. Normalmente, los investigadores son policías, Guardias Civiles, detectives privados pero nunca aparecían como principales investigadores militares en sí. Esto da a esta novela la nota de originalidad, tan difícil de conseguir puesto que al cabo de un año se escribe y se publica infinidad de títulos con lo que se puede correr el riesgo de copiar, sin tener constancia de ello, algo de otros libros.
Cuando leía la novela, parecía que estaba con los militares en la isla y acompañando a los inmigrantes en la patera como si fuera uno más. Esto se lo tengo que agradecer al autor porque es algo que me gusta mucho. Cuando leo una novela, del tipo que sea, me fascina la posibilidad de ser un personaje más de la escena porque me ayuda a vivir la novela, porque me facilita mucho la tarea de sumergirme en la trama y en este caso, Daniel Fopiani me ha permitido ser como ese personaje extra que hay en las películas destinado a rellenar el elenco de actores y actrices participantes en la película. Y hablando de película, "El corazón de los ahogados" se merece tener una película o una serie de televisión para convertir los personajes de papel en personajes vivos y de carne y hueso.
Otro aspecto que quiero resaltar es el ritmo. Desde mi punto de vista, el ritmo de "El corazón de los ahogados" es el adecuado puesto que no he notado que decaiga en ningún momento. Todo lo contrario. Es un ritmo, que sin ser demasiado trepidante como puede suceder con otras novelas, que se mantiene constante.
Desde Tombuctú, Doudou y su mujer huyen de la guerra en dirección a Melilla en busca de una vida mejor. Tras múltiples abusos por parte de la policía marroquí y de las mafias que sacan provecho de su desesperación, consiguen subir a una patera. Ella está embarazada y temen morir en el mar, ahogados.
En el pequeño camposanto de la Isla de Alborán, aparece una cabeza mutilada de origen africano, rodeada de gaviotas decapitadas con cabezas de muñecas de porcelana en su lugar. Un islote habitado solo por un reducido destacamento de la Armada española, con el objetivo de preservar el territorio nacional ante la posible llegada de migrantes, vivos o muertos, y de velar por el ecosistema protegido de la zona en colaboración con un biólogo de la Junta de Andalucía.
La sargento Julia Cervantes, Infante de Marina experimentada, es enviada con el contingente que se desplaza a Alborán tras el macabro descubrimiento. En su vida solo quedan su hijo Mario y su madre. Después de varios años, sigue sin poder superar la muerte de su marido.
Durante una terrible tormenta, quedan totalmente incomunicados con el exterior y desde la megafonía del faro comienzan a escuchar una extraña nana: “Diez soldaditos se fueron a cenar; uno se asfixió y quedaron nueve”. Cuando empiezan a sucederse los asesinatos, el terror se desata en la isla. Julia debe hallar al culpable si quiere volver sana y salva junto a su hijo pero, ¿hay alguien más en la isla o el asesino se encuentra entre sus camaradas?
DEJARÁS LA SERIE QUE ESTÁS VIENDO PARA LEER A FOPIANI
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