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viernes, 4 de enero de 2019

ENTREVISTA A PEDRO LÓPEZ FERNÁNDEZ


Buenos días amantes de la literatura. Hoy viernes tenemos una nueva entrevista literaria. En el día de hoy SuperLectorAlfa "viaja" a Cehegín (Murcia) para mantener una charla con el escritor Pedro López Fernández. Pedro nació en 1966 en la localidad murciana de Cehegín, tal y como se ha mencionado anteriormente. Es Licenciado en Derecho. De sus manos han nacido novelas como "El magistrado Cuernavaca" y "Las cenizas de Manhattan", de las que hablará más adelante.
Tuve la gran ocasión de conocerle en una edición de los encuentros literarios denominados "De cañas con..." conducidos por Paco Marín en Mister Witt Café de Cartagena.

Después de esta introducción ha llegado el momento de las respuestas de Pedro a las cuestiones de SuperLectorAlfa.


- Eres de Cehegín (Murcia). En la Región de Murcia, ¿cómo se vive la literatura?

Foto de Cehegín.
La verdad es que tengo que reconocer que, hasta hace unos pocos años, mi conocimiento sobre literatura murciana era más bien escaso. Fuera de los tres o cuatro autores de la tierra que, más o menos, están en la mente de todos, tampoco conocía mucho más. A raíz de la publicación de mi primera novela, El Magistrado Cuernavaca, he tenido oportunidad de acercarme un poco más a este mundillo de la literatura regional, y creo que hay que destacar el número nada desdeñable de editoriales paisanas, y el ahínco y la ilusión con que desarrollan su labor, además de su decidida apuesta por autores de la tierra. El pasado septiembre se ha recuperado la Feria del Libro de Murcia y, en Cartagena, los incansables amigos, Paco Marín y Antonio Parra, entre otros, continúan haciendo cada vez más grande el ELACT y el certamen CARTAGENA NEGRA. En cuanto a las obras y autores de la Región, merece la pena resaltar el buen número de escritores y escritoras, y la elevada calidad, en general, de sus obras. En este aspecto pienso que la literatura murciana goza de una salud excelente. En lo tocante a la percepción de estas bondades de la literatura murciana, por parte de los lectores y de los organismos culturales públicos encargados, de alguna manera, de su fomento, creo que, aunque la cosa va mejorando paulatinamente, aún se encuentra alejada, en mi opinión, de lo que esta literatura regional, por su calidad e importancia, merece.


- ¿Has sentido siempre simpatía hacia las letras?

No solo no he sentido simpatía siempre hacia las letras, sino que en mis primeros años escolares creo que llegué a sentir hasta rechazo. A mí, por aquellos años, un libro sin dibujos “me tiraba patrás na más verlo”. Por esa época devoraba tebeos y una colección maravillosa “Joyas Literarias Juveniles” que, con sus maravillosos gráficos y un lenguaje excelente y muy cuidado, me abrió el apetito para, posteriormente, lanzarme a la lectura de libros sin dibujos como Los Cinco. Los Siete Secretos, Los Hollister… Después vendrían lecturas como El perro loco, del yeclano Castillo Puche, El Camino, de Delibes, De Ratones y Hombres, de Steinbeck, y así, hasta ir asimilando otro tipo de lecturas más exigentes.


- ¿Hay algún libro que te haya marcado?

Aunque han sido muchos los libros que, de una manera u otra, han dejado huella en mi formación literaria, si tengo que decantarme solo por uno escojo, sin dudarlo, Cien Años de Soledad, de García Márquez.


- ¿En qué momento dijiste de empezar a escribir tus propios libros para que la gente te pudiera leer?

La verdad es que no hay que remontarse muy atrás en el tiempo para encontrar ese momento. Comencé a escribir El Magistrado Cuernavaca a finales del año 2011. Hasta ese momento nunca había escrito nada relacionado con la literatura. Posteriormente he escrito algunos cuentos, y una buena cantidad de poemas, pero todo eso vino precedido de esta novela.


García Márquez.
- ¿Quién o quienes son tus referentes literarios?

Bueno, la verdad es que tengo muchísimos referentes en este sentido. Debo volver a mencionar en este apartado al ya comentado García Márquez, pero también a Roa Bastos, Faulkner, Vázquez Montalbán, Delibes, Baroja, Yourcenar, Merezhkovski, Melania Mazzucco, Muñoz Molina, Luis Landero, Dolores Redondo… En este momento me encuentro leyendo El dolor de los demás, del murciano Miguel Ángel Hernández, y un manuscrito, con visos de convertirse en una estupenda novela, del escritor ceheginero, y buen amigo, Francisco Jesús Hidalgo García.


- Aparte de escritor, eres licenciado en Derecho. Desde tu punto de vista como alguien que ha estudiado Derecho y que ha obtenido la Licenciatura, ¿cómo está la justicia en la actualidad en España?

En Las cenizas de Manhattan, uno de los personajes (Nasty McAnas, nickname de Anastasio Macanás, periodista y escritor de la murciana localidad de Campos del Río, emigrado a Nueva York) aludiendo al concepto de la verdad, comentaba que en su pueblo, cuando alguien presumía de hallarse en posesión de la verdad, se le respondía que la verdad era verde, y se la había zampado un burro. Bien, pues una cosa parecida podría decirse de la justicia.
En realidad, la justicia, junto con el bien común y la seguridad jurídica es uno de los fines del derecho. El ordenamiento jurídico de un país debe perseguir estos tres fines y, cuando esto se consigue al menos hasta un punto razonable, existe una tranquilidad social con respecto a la actuación de la Admon. de Justicia que, en mi opinión, no se está dando en los últimos tiempos. Existe un auténtico clamor social por una legislación en materia de violencia de género que se muestre verdaderamente eficaz; en determinados casos delictivos con un claro objetivo sexual, sentencias como las del caso de La Manada han sembrado controversia (incluso entre los mismos jueces encargados de emitirla) y han colapsado las calles con gente disconforme con el  contenido de la misma;  se observa un aumento alarmante de casos de corrupción política, solventados en muchos de los casos con penas tibias y poco ejemplarizantes, cuando no con sentencias exculpatorias por prescripción, o defectos de forma; conversaciones intervenidas a ciertas personas en las que queda de manifiesto la mala praxis de determinados elementos de los cuerpos de seguridad, y en las que también resulta muy mal parada la supuesta independencia de algunos elementos de la justicia, etc. etc. etc.
En este recién agotado 2018, si no ando muy equivocado, han sido dos las huelgas convocadas de jueces y fiscales, reclamando, entre otras cosas, más dotación de medios y personal para desarrollar su labor, y una mayor independencia y autonomía. A tenor de esto, los principales agentes de administrar justicia en nuestro país, muy satisfechos con que el Derecho esté cumpliendo con los fines aludidos al principio, entre ellos la justicia, la verdad es que precisamente no parece que lo estén.


- Centrémonos ahora en tu faceta como escritor. Hasta el momento, ¿cuántos libros has escrito?

Hasta la fecha he escrito dos novelas que he publicado con la editorial salmantina Amarante. Por otro lado tengo varios poemarios concluidos que aún no han sido publicados. Con mi poemario Los seres del otro lado conseguí ser finalista del Premio de Poesía Internacional Hnos. Argensola, en el año 2014, y he publicado poemas en revistas literarias de España, México, Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos.


- Empecemos hablando de “El Magistrado Cuernavaca” que vio la luz en 2013. ¿Con qué se puede encontrar el lector en “El Magistrado Cuernavaca”?

En El Magistrado Cuernavaca, el lector se va a encontrar con la historia de un personaje fuertemente marcado por los preceptos de una férrea educación que, en su caso, van a derivar hasta una irrenunciable obsesión, sobrevenida por unos hechos acaecidos durante una noche de divertimento en su época estudiantil, que le conduce a centrar cada minuto de su vida en intentar hacer desaparecer los elementos de esta situación que tanto le mortifican.


- ¿Cómo surge la idea de escribir “El Magistrado Cuernavaca”?

La idea sobre el argumento de esta novela surge de hiperbolizar, hasta el punto de conseguir una trama que pudiese resultar interesante y digna de ser narrada en una novela, mis propias vivencias como estudiante en piso compartido, cuando estudiaba la carrera de Derecho en la ciudad de Albacete. 


- En “El Magistrado Cuernavaca”, las obsesiones cobran gran importancia. Mi pregunta es: las obsesiones, ¿hasta qué punto pueden resultar peligrosas?

Obsesionarse con algo, en general, no suele traer buenas consecuencias. Supongo que está bien perseguir un determinado proyecto con ambición y con ahínco, pero cuando se sobrepasa este límite y se cae en la obsesión, hasta el punto de no ser capaz de discernir que ese proyecto, o asunto perseguido, comienza a hacerle daño a uno, la cosa toma un barniz peligroso. En el caso del magistrado Jesús Manuel Cuernavaca, los lectores tendrán que acudir a la novela, y esperar hasta las últimas páginas de la misma, en esas deliciosas localizaciones de la Toscana italiana, para comprender hasta qué punto habrá llegado a serlo para él.


- Para escribir “El Magistrado Cuernavaca”, ¿te basaste en lo que tuviste que estudiar en la carrera de Derecho?

Bueno, como he comentado ya en una pregunta anterior, esta novela exagera determinadas vivencias de aquel tiempo en que estudiaba la carrera…, luego, de alguna manera, sí. Con todo y con eso, no se trata de una novela en la que el Derecho, en sí, o determinada terminología jurídica, tenga una intervención importante. Se sustenta bastante más en esa convivencia cotidiana que podían tener unos estudiantes de piso compartido, cualquiera que sea la disciplina que se hallen estudiando.


- Pasamos ahora a “Las cenizas de Manhattan”. Para la recopilación de datos sobre la ciudad americana de Manhattan, ¿te fuiste allí o con la ayuda del amigo Internet fue suficiente para ambientar la novela?

Lo cierto es que ninguna de las dos cosas. Por un lado, a día de hoy no he tenido oportunidad de visitar Manhattan, y por otro la documentación que uno puede hallar únicamente en internet, al final se quedaba excesivamente corta para la ambientación que yo quería para esta novela. No voy a proceder a una enumeración detallada de la documentación leída, o consultada, pero sí comentaré que, entre libros de historia, novela, ensayo, arquitectura, poesía, fotografía, guías de viaje, documentos periodísticos y hasta planos de la ciudad, ha sido muy exhaustiva y, salvo algún error involuntario por mi parte, también bastante rigurosa. Sería un orgullo para mí que, al teclear sobre el navegador del Google “libros sobre Manhattan” también apareciese esta obra y, al igual que yo he acudido a muchas novelas para documentarme al escribir sobre Nueva York, esta novela pudiese servir algún día como fuente de documentación para otras personas que, como yo, se encuentre buscando documentación para su obra.


- ¿Se puede considerar a “Las cenizas de Manhattan” como un compendio de historia? Porque tratas las conquistas laborales, el sufragio femenino, la Ley Seca, etc.

Es verdad que en la obra, dado el vasto lapso de tiempo que abarca desde principios del siglo XX hasta prácticamente la actualidad, aparecen muchísimos hitos históricos, como los que mencionas en la pregunta. No obstante, yo no creo que Las cenizas de Manhattan sea un compendio de historia, o al menos solamente eso… A mí me gusta considerar que esta novela es la historia de una saga familiar que se enmarca, como no podía ser de otra manera, en la propia historia de la ciudad en la que habitan. Son ellos quienes están viviendo la historia. De este modo, aprendemos muchas cosas sobre Nueva York, pero este conocimiento va surgiendo de una forma espontánea y de lo más normal. Son los propios protagonistas los que observan, por ejemplo, la fachada Beaux Arts del Flatiron, que “además ha sido inaugurado este mismo año”, en los diálogos de los propios personajes.


- ¿Con qué se puede encontrar el lector en “Las cenizas de Manhattan?

El lector va a encontrar en esta novela, además de un lenguaje cuidado con abundantes toques de ironía y humor, la historia de una familia polaca emigrante que en este caso es la de los Rosenstock, pero que bien podría haber sido la propia de cualquier lector. La novela resalta, de alguna manera, el tremendo desconocimiento que tenemos, en la inmensa mayoría de los casos, de la historia de nuestra propia familia. Con tan sólo ser conscientes de las vivencias de algunos de nuestros antepasados se podrían escribir muchas novelas. En el caso que nos ocupa, a través de la alternancia de capítulos asistimos a la narración en paralelo de la llegada de esta familia a Nueva York a principios del siglo XX, y al hallazgo de un manuscrito de su bisabuelo, por parte del último heredero de esta saga familiar, ya en la actualidad. En la parte final de la novela, estas dos historias, atendiendo a esa forma caprichosa con que el destino mangonea los azares de la gente, confluyen de una forma sorpresiva e inesperada para el lector.
Por otro lado, como hemos apuntado en cuestiones anteriores, los lectores, asimismo, van a tener la oportunidad de descubrir muchísimas anécdotas y detalles interesantes acerca de la historia propia de Nueva York.


- Una cosa que me ha llamado mucho la atención es la forma con la que das comienzo al capítulo 1 de la novela. La frase del escritor americano Paul Auster que dice: “Las oportunidades perdidas forman parte de la vida igual que las oportunidades aprovechadas, y una historia no puede detenerse en lo que podría haber sido” (Trilogía de Nueva York). ¿Cómo se puede sacar provecho de las oportunidades perdidas?

Sí, la verdad es que es una frase que pienso que encierra un buen consejo, y que a la forma de ser de Januarius, el protagonista principal de la novela, se le ajustaba como anillo al dedo. Pienso que se puede sacar provecho de las oportunidades perdidas, aprendiendo de lo que se haya podido hacer mal en esa ocasión y, sobre todo, haciendo caso a la parte final de la frase, es decir, sin quedarse parado a esperar esa oportunidad que ya ha pasado, sino comenzar a buscar activamente la siguiente que, quizás, pueda ser la buena.


- ¿Tienes algún nuevo proyecto literario en mente?

En este momento, me dedico, sobre todo, a escribir poesía. Quién sabe, quizás mi próxima obra vaya más por ese lado. El tiempo dirá…


- “Las cenizas de Manhattan” salió hace poco tiempo. ¿Cómo está siendo la fase de promoción?

La novela, efectivamente, vio la luz en junio y ya ha sido presentada en Salamanca, en Cehegín y, hasta la fecha, en Cartagena. Ha sido también notable la cálida recepción que ha tenido en los diferentes medios de comunicación locales y regionales, y en este pasado noviembre comenzó con la 3ª edición, con lo que pienso que la acogida, también por parte de los lectores, está siendo considerablemente buena.


- ¿Qué buscas en los lectores?

Lo cierto es que yo escribo por afición, es decir, por propio esparcimiento. No niego que escribo para ser leído, lo cual, de alguna manera, me hace pensar en cómo van a recibir los lectores mi novela. Intento darle a los lectores lo mismo que yo quiero para mí cuando acudo a la obra de otros autores: una buena historia, y un tratamiento literario y cuidado de la narración, que sea capaz de producir una reacción agradable y satisfactoria en el lector.


- Desde que estás en el mundo literario, ¿qué ha sido lo mejor que te ha pasado? ¿Y lo menos bueno?

La verdad es que experiencias negativas no he tenido desde que comencé en esto de la literatura. También es cierto que, por mi manera de ser, tiendo a quedarme con lo positivo, y a hacer el caso justo de las cosas menos buenas. Lo mejor, sin duda, la  grata acogida de esta afición mía por parte de mi familia y mis amigos, y el conocimiento de una gran cantidad de gente, personal e intelectualmente muy interesante, que casi sin darse cuenta, te transmite su inmenso amor por esto de la literatura.


- ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a escribir sus primeros libros pero que, por diversos motivos, no terminan de decidirse a dar el paso?

Creo que eso de dar consejos debería de quedar para un ámbito muy reducido (familiares y, a lo sumo, alguna amistad muy cercana) es decir, en un entorno donde reine la confianza suficiente como para poder ser replicado, llegado el caso, sobre lo bien que les parece tu consejo o, en un momento dado, por dónde te puedes meter el consejo. Hecha esta acotación, sí que animo a todas aquellas personas que sientan ese prurito, en primer lugar, a que lean, que lean mucho y, en segundo lugar, a que lo intenten, que no se queden dentro esa historia que sienten que quiere salir. El NO ya está ahí. Pienso que, en el peor de los casos, personal y espiritualmente, tienen mucho que ganar. Hasta los escritores más consagrados tuvieron que dar ese primer paso algún día…


- Para terminar la entrevista, la gente que la haya leído y que esté interesada en adquirir algún ejemplar de tus novelas, ¿de qué modo lo pueden hacer?

Pues por los cauces normales: reclamándola en su librería habitual si es que no la tienen ya (la editorial se la servirá en apenas dos o tres días) y en las plataformas de venta por internet más habituales: Casa del Libro, Amazon, Agapea, Iberlibro, Amarante Store, etc, etc, etc.

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