El próximo día 6 de abril podré asistir a un club de lectura en el que se va a hablar de "Perder el equilibrio" en la Librería La Montaña Mágica en colaboración con Cartagena Negra. Si no habéis leído todavía esta novela del escritor Miguel Á. González, sin lugar a dudas, os la recomiendo.
"Perder el equilibrio" ha sido la primera novela de Miguel Á. González que leo y os confieso que no será la única.
El
protagonista, Jonás, es un hombre con una existencia muy desgraciada
por sus propias acciones que les lleva a cometer errores y algunos de
estos errores son irreparables por lo que van minando su moral hasta el
punto de abandonarse en la miseria más absoluta. Cuenta con mucha gente
que está dispuesta a ayudarle pero el propio Jonás desoye esas voces que
solamente buscan ayudarle. Tendrá que aprender a vivir cuando ha
perdido todo. ¿Consigue reponerse de los continuos reveses que le da la
vida? La respuesta se encuentra dentro de "Perder el equilibrio". Al mismo tiempo la novela, editada por la Editorial Grijalbo perteneciente a Penguin Random House, está protagonizada por el odio y la venganza.
¿Cómo actuaríamos si estuviéramos atravesando lo mismo que Jonás? ¿Seríamos como Jonás o haríamos lo contrario?
El
autor, a la hora de relatar toda la historia de este personaje, juega
mucho con el tiempo. Juega con el hoy (la actualidad) y el ayer (puede
ser el día previo, la semana anterior, el año pasado,...). Este hecho,
en primer lugar, sin tener nada que ver, cuando llega un punto recobra
toda la importancia en la trama.
FICHA TÉCNICA:
Nº PÁGINAS: 350 Páginas.
AUTOR: Miguel Á. González.
EDITORIAL: Grijalbo.
ENCUADERNACIÓN: Tapa Blanda.
TEMÁTICA: Thriller
AÑO DE PUBLICACIÓN: Enero 2024.
ISBN: 978-84-253-6666-6
NOTA: 8/10
SINOPSIS:
Jonás ya no se llama Jonás. Es un hombre oscuro y enigmático. Y le
falta una pierna. Esto último podría ser un detalle sin importancia,
pero en realidad la tiene. Al igual que también es relevante esa
obsesión que le despierta su nuevo vecino.
El pasado de Jonás es
un misterio que él guarda celosamente, algo que preferiría enterrar en
las sombras de la memoria. Pero no puede hacerlo.
Jonás es de ese tipo de personas que nunca olvidan, ni tampoco perdonan.
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