Dicho
esto, el lector que se anime a leer "La ley del hambre" conocerá unos
hechos que ponen los pelos de punta a cualquiera. Al mismo tiempo,
viajará a Candasnos, un pueblo normal y corriente en el que normalmente
no sucede nada extraño hasta que sucede. Y lo que sucede es que aparece
un brazo suelto en una balsa, un brazo humano desgarrado del cuerpo. El
caso es recibido por Caín Álvarez, el cabo de la Guardia Civil destinado
a Candasnos.
Cuando empieza la investigación descubre que en el pueblo se cuece algo muy gordo capaz de hacer tambalear a toda una sociedad.
Al mismo tiempo, los autores ponen de relieve temas muy diferentes entre sí para que el lector, mientras está disfrutando de la lectura reflexione sobre qué es lo que haría si pasara por las mismas situaciones por las que pasan los personajes de la novela. Por citar algunos de los temas, los autores nos invitan a reflexionar sobre la diferencia de clases, algo que para mí resulta inconcebible que siga existiendo en pleno siglo XXI pero desgraciadamente todavía vemos situaciones de clasificación de clases. Las vemos entre la gente rica y la gente pobre cuando la gente rica, cuántas más riquezas tengan, más quieren mientras que la gente pobre es más pobre. También nos enseña la novela hasta dónde puede llegar la corrupción política, la corrupción policial, en definitiva, la corrupción en cualquier ámbito.
Antes de finalizar, quisiera comentar también algo sobre la estructura de la novela. "La ley del hambre" nos trae la historia de tres personajes sin nada que ver entre ellos pero que en un momento dado, estas tres historias se unen para formar la novela en sí. Conoceremos a Caín Álvarez y como llega al pueblo, a Vera y a Calixta, tres personajes muy importantes para la trama de la novela escrita con un lenguaje directo, conciso y contundente, lo que hace que la lectura sea muy ágil y muy amena.
Una historia que te arrastrará inexorablemente hasta un final explosivo
En una noche de tormenta, el cabo Caín Álvarez, de la Guardia Civil, acude con la patrulla a la llamada de los vecinos de Candasnos, un pequeño pueblo de los Monegros, que escuchan gruñidos aterradores en la balsa. Al llegar, un animal monstruoso les ataca y huye, dejando en el agua un brazo amputado. Caín pronto descubrirá que esta víctima no es la primera ni será la última.
En Barcelona, Vera es despedida de su periódico por publicar un artículo donde denuncia la mala praxis de Semilia, una empresa de semillas transgénicas ubicada en Candasnos. En lugar de resignarse, decide viajar al pueblo para continuar su investigación y descubrir los oscuros secretos que la empresa esconde.
Cuarenta años atrás, Calixta presencia un hecho terrible en la casa de los caciques de Candasnos donde trabaja como criada. Tras quedar viuda, viaja a Barcelona e inicia una carrera como vedete en El Molino, pero no podrá sustraerse a su destino y la maldición que la persigue.
Con una prosa directa como un disparo a quemarropa, Ana Ballabriga y David Zaplana entretejen estas tres historias hasta su impresionante final. ¿Por qué Candasnos parece ser el centro de una oscura red de misterios y secretos tejida sobre sus piedras? ¿Conseguirán sus habitantes liberarse del control de los Crispos y de la maldición que parece, desde siglos atrás, ensañarse con algunos de ellos? ¿Qué papel juegan Caín, y Calixta, y Vera, en esta historia coral tan impactante como adictiva?
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