"Las
madres" ha sido la segunda novela que leo de Carmen Mola, seudónimo
bajo el que se encuentran tres autores de prestigio y bastante
conocidos, y la primera novela protagonizada por la inspectora Elena
Blanco que leo.
"Las madres" es la cuarta entrega de la serie de Elena Blanco, serie que empiezo a leer por el final para ir retrocediendo hasta llegar al principio. Los otros títulos de esta serie son "La novia gitana", "La Red Púrpura" y "La Nena".
Quien lea esta novela no podrá tomarse ningún respiro porque continuamente querrá saber que es lo que sucede en cada página, o al menos a mí me ha pasado.
"Las madres" es una novela dura porque hay escenas que revuelven estómagos, escenas en las que nada parece ser lo que es, escenas en las que la corrupción gobierna sobre cualquier otra cosa, escenas en las que la locura de algunas personas pueden alcanzar unos límites impensables, en definitiva, unas escenas que nos pueden llevar a pensar que los malos no son tan malos ni los buenos son tan buenos.
En esta novela vemos que cualquier organismo gubernamental puede llegar a estar infectados por gente que se creen que están por encima de los demás y por distintas redes de extorsiones, de drogas, de prostitución, y un largo etcétera ya que la maldad, la desidia, la venganza, los crímenes están al orden del día.
Se abre así la investigación del nuevo y perturbador caso de la BAC. Mientras la relación entre Elena y Zárate se hace cada vez más complicada por los tormentos de él sobre la muerte de Chesca y la obsesión de ella por adoptar a la Nena, todos los indicios los acercarán a una misteriosa organización cuyos hilos manejan los poderosos e intocables del país y a la que nadie parece poderse acercar sin morir.
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