¿Qué contar sobre esta novela? En primer lugar, quiero comentar que está escrita desde el corazón. Iba leyendo la novela al mismo tiempo que pensaba en que el autor, Daniel Blanco Parra, se vaciaba en cada página, o al menos, así lo he notado yo.
El lector que opte por leer "La niña santa" viajará a una época oscura para cualquier país como puede ser una guerra civil. En efecto, la novela arranca en plena Guerra Civil cuando una familia se salva de ser mascarada en un bombardeo gracias al llanto de una niña pequeña que no quería otra cosa que salir de su escondite al desconocer lo que se cocía a su alrededor y sólo buscaba lo que buscan todos los niños: jugar sin preocupaciones. La familia termina por salir de ahí cuando, en ese mismo momento, el edificio se viene abajo por culpa de una bomba. Es a partir de aquí cuando la niña va creciendo pero lo hace sin contar con una infancia como cualquier niña o niño. Después de aquel episodio de la guerra, la madre consigue convencer a todo el pueblo que su hija es Santa y que hace infinidad de milagros. Este hecho hace esa niña, que va creciendo a lo largo y ancho de la novela, tenga un pasado pegajoso del que trata siempre de huir pero nunca lo logra. En cierta forma, "La niña santa" refleja la creencia de que lo que hacemos en el presente tiene, en muchas ocasiones, vigencia en el futuro. Es decir, que estamos de alguna manera predestinados a cumplir un objetivo según actuemos en cada momento.
Al mismo tiempo, considero esta novela editada por Algaida como una denuncia social a la imposibilidad de soñar en edad temprana. Hay ocasiones en las que, por lo que sea, se coarta la libertad de soñar de los pequeños de la casa al mismo tiempo que se les "obliga" en cierto modo a actuar siguiendo unos patrones demasiados rectos, demasiados exigentes. En cierta manera, el mundo está hecho por la gente que sueña, por la gente que tiene grandes sueños y que se han esmerado en cumplirlos, algunas veces teniendo todos los factores en contra. Ahí tenemos a Einstein, Madame Curie y un largo etcétera. Mi alegato final es, como si se tratase de un juicio, que dejemos a los más pequeños soñar con grandes retos. Ya serán ellos mismos quienes podrán los pies en el suelo cuando vean que, a lo mejor, no pueden alcanzar su sueño.
En definitiva, "La niña santa" es una novela que se lee de una manera muy amena y que no se dedica a las descripciones de más como pasa en algunas novelas, es una novela que no se hace aburrida en ningún momento y es una novela para saborearla, para aprender de ella.
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