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jueves, 18 de marzo de 2021

MARIO VILLÉN LUCENA: "Lo más entretenido es construir ficción, crear pequeñas historias dentro de la Historia. Respetando el momento histórico, puedes encontrar cierta libertad creativa a la hora de narrar. Lo más complicado puede ser encajar ciertos hechos en la trama".

 

Hoy vuelven las entrevistas escritas a SuperLectorAlfa, intentaré que tengamos entrevistas con más frecuencia, y lo hace con la presencia del escritor Mario Villén Lucena, autor de la novela "Nazarí" de Edhasa. Quizá lo reconozcáis del otro día cuando estuvimos hablando en Instagram sobre su trayectoria literaria. 
 
Mario nació en la localidad de Pinos Puente (Granada) allá por el 1978 y es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Granada y en la actualidad se encuentra trabajando como funcionario de la Administración General del Estado en Málaga. Además de todo esto, también es autor de una serie de relatos cortos con los que ha obtenido diversos premios en los distintos certámenes en los que se ha presentado. Cabe destacar que, junto a los escritores Blas Malo y Carolina Molina, fue uno de los coordinadores de las Jornadas de Novela Histórica de Granada durante varios años. A parte de escribir "Nazarí", Mario también es el autor de las novelas "El escudo de Granada" (2012) y "40 días de fuego" (2015). 
 
Y en el día de hoy, día lluvioso y nublado en Cartagena, nos cuenta lo siguiente:
 
 

- Esta pregunta siempre, o casi siempre, la formulo al empezar las entrevistas escritas y no es otra que, ¿qué es la literatura para ti?

La literatura es una extensión del alma humana. Surge de la necesidad de rebasar los límites de lo físico y de comprender nuestra realidad. A través de la literatura nos trascendemos, y la trascendencia es inherente al ser humano.

 

- ¿En qué momento dijiste de empezar a escribir tus propias historias para que la gente te pudiera leer? Y antes de que hubieras publicado tu primera novela, ¿tenías intención de publicar o escribías para tus familiares y amigos más cercanos?

Escribo con conciencia literaria desde muy niño. Empecé escribiendo poesía, pero enseguida pasé al relato corto. No me guardaba nada, me gustaba que lo leyeran los demás. Así que se podría decir que desde pequeño tenía esa intención de publicar, de que la gente conociera mis escritos.

 

- ¿Has tenido desde siempre esa simpatía que se le tiene a las letras?

Sí. Es una constante en mi vida. Siempre he escrito y siempre he leído. Como lector, ha habido épocas de menos actividad, pero nunca he dejado de leer completamente. Pocos días en mi vida no he estado embarcado en una lectura.

 

- ¿Hay algún libro que te haya marcado a lo largo de tu trayectoria literaria?

Los pilares de la tierra, en la adolescencia, hizo que me enamorara de la novela histórica. Ya adulto, podría decir que mi libro de referencia es “Los desorientados”, de Amin Maalouf. En general, me gusta todo lo que escribe este autor, tanto lo histórico como lo contemporáneo. Carga mucho de lírica sus textos, y eso resuena mucho en mí.

 

- ¿Quién o quiénes son tus referentes literarios? 

Maalouf
Ya he citado a Maalouf, pero el podio lo comparte con Tariq Alí. Ambos escriben una novela histórica diferente de la habitual, cargada de sentimientos. Prestan mucha atención al personaje y describen magníficamente la vida cotidiana, la esencia más íntima del momento histórico.

 

- Hablemos de tu primera novela, titulada “El escudo de Granada”, publicada en 2012. ¿Cómo nació o se empezó a gestar la novela en tu mente?

Como creo que ocurre con otros muchos escritores, la idea para mi primera novela nació de la cercanía. Está ambientada en el pueblo de mi familia, que era una plaza fronteriza de vital importancia para el reino nazarí. He crecido conociendo y pisoteando su historia. De pequeño jugaba en las ruinas del castillo. Cuando decidí que había llegado el momento de afrontar mi primera novela, no tuve dudas. Quería escribir algo sobre Moclín, escudo de Granada.

 

- En esta novela nos topamos con Boabdil. ¿Qué destacarías de este personaje?

Era un personaje dual. Se podría decir que era bipolar. Bandeaba entre el valor y el miedo; no tenía un carácter firme y decidido. En muchas ocasiones se dejó llevar por las circunstancias, sin tomar las riendas de la situación.

 

- ¿Cómo fue el proceso de documentación de esta novela?

Muy largo. Era la primera novela y la inseguridad me asaltaba constantemente. Quería tenerlo todo bien atado y dilaté la documentación durante demasiado tiempo; luego me he dado cuenta. Cometí un error: recurrí a las fuentes originales, los textos de las crónicas castellanas. Ahora no lo haría así, recurriría a estudios de historiadores modernos sobre ellas.

 

- Pasamos ahora a “40 días de fuego”. En esta novela publicada en 2015 narras la llegada a Sevilla de los vikingos. ¿Qué motivó a los vikingos llegar hasta Sevilla? ¿Cuánto tiempo estuvieron los vikingos por Sevilla? Sinceramente, pensaba que los vikingos se quedaron por el norte de Europa.

No fue la primera, ni la última vez que los vikingos llegaron a nuestras costas. Su motivación fundamental era hacer riqueza mediante el saqueo. A Sevilla se la encontraron de forma fortuita, remontando un inesperado río navegable: el Guadalquivir. Como ciudad de interior que era, Sevilla no estaba preparada para una incursión de este tipo. Sus murallas estaban deterioradas y su guarnición era escasa. Según las fuentes, los vikingos permanecieron en ella y su entorno durante más de un mes. De ahí el título de la novela.

 

- ¿Cómo eran los vikingos?


Hay muchos mitos sobre los vikingos. Me gustaría destacar que la propia palabra vikingo se refiere a una faceta de la población de las tierras del norte. Se embarcaban como vikingos para saquear, en ocasiones para conquistar, pero no siempre eran esos temibles piratas. La mayor parte del año eran granjeros, pescadores o ganaderos. La pobreza de sus tierras era lo que los empujaba a salir en busca de riqueza en expediciones más o menos largas, casi siempre con el buen tiempo.

 

- Y ahora pasamos a “Nazarí”, novela publicada en 2020. ¿Con qué se puede encontrar el lector en esta novela?

En Nazarí hay espacio para casi todo. Es una novela compleja en la que se refleja un momento histórico muy convulso, y se hace desde muchos puntos de vista diferentes. Hay cristianos y musulmanes como protagonistas, y en ambos bandos hay múltiples escenarios. A través de los personajes intento abordar la vida cotidiana y las emociones, tan presentes siempre en mis textos.

 

- En el directo de Instagram que mantuvimos, entre las cosas que hablamos fue sobre Muhammad bin al-Ahmar. Para quienes no pudieron ver el directo ni sepan quien fue este personaje histórico, ¿qué puedes contar acerca de Muhammad bin al-Ahmar?

Partiendo de un origen humilde como agricultor y cegrí (guerrero de frontera), consiguió ser nombrado emir de la mayor parte de al-Andalus. Fundó un emirato fuerte y una dinastía que se mantuvieron durante más de dos siglos y medio. También fue el primer constructor de la Alhambra que hoy conocemos. En definitiva, es un personaje muy potente de nuestro pasado.

 

- Según tu opinión, ¿qué es lo más entretenido de la novela histórica y lo más complicado para el autor de novela histórica?

Lo más entretenido es construir ficción, crear pequeñas historias dentro de la Historia. Respetando el momento histórico, puedes encontrar cierta libertad creativa a la hora de narrar. Lo más complicado puede ser encajar ciertos hechos en la trama. Desde mi punto de vista (hay autores que no lo ven así), lo que sabemos que ocurrió hay que respetarlo, aunque no nos guste o no nos venga bien para construir la novela.

 

- Está claro que, por desgracia, el Covid-19 entrará en la historia como cualquier otro tipo de pandemias. ¿Escribirías alguna novela ambientada en la pandemia actual?

Creo que no. Ahora mismo lo tengo claro, pero sobre el futuro no puedo afirmar nada con rotundidad. No me interesa la temática ni el momento. Tal vez dentro de un siglo, cuando sea parte de la historia... Pero creo que no llegaré a ese momento…

 

- También estuvimos hablando en el directo sobre los festivales literarios de novela histórica que existen y pusimos el ejemplo del de Granada, que organizabas junto con Carolina Molina y Blas Malo; y el de Cartagena. Según tu punto de vista, ¿qué supone para una ciudad, sea la que sea, contar con un festival literario de novela histórica?

Aparte del aporte cultural, normalmente estos eventos se hacen en ciudades con una carga histórica importante y sirven para ponerla en valor, para mostrar al resto del país sus monumentos y su pasado. Convierten a las ciudades en escaparates atractivos, a la vez que crean foros y se convierten en punto de encuentro para los autores. Son muy necesarios, tanto para la ciudad como para el país.

 

- En la actualidad, ¿de qué estado de salud goza la novela histórica?

La novela histórica española vive una época dorada. Hay una gran generación de autores y una cantera que parece inacabable. Se escribe mucho y bien.

 

- Para terminar la entrevista, ¿qué consejo le darías a aquellas personas que quieren empezar a escribir sus primeros libros pero que, por diversos motivos, no terminan de decidirse a enfrentarse a la hoja en blanco?

Que escriban. Ese impulso no se puede frenar. Si sufren de inseguridad, deben saber que a escribir se aprende escribiendo. Hay que superar la barrera y lanzarse. El camino es largo y nunca se para de aprender. En algún momento hay que comenzar. Cuanto antes, mejor.


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