Buenos días amantes de la literatura. Ya está con nosotros el miércoles y como es habitual en el blog, hoy tenemos una nueva entrevista literaria y para esta ocasión viajamos, aunque sea virtualmente, al País Vasco para hablar con el escritor Kepa Menéndez.
En efecto, Kepa nació en Bilbao aunque enseguida se trasladó a Vitoria, en donde tiene su residencia fijada. Estudió la carrera de Filología Inglesa en la Universidad de Vitoria.
Entre sus escritos destacan: "La Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro" (2005), los relatos "Sólo las nubes llorarán por ti" (2009) y "Algo más que una noche de ensueño" (2010)
En 2013 escribe su novela "Operación U-92" y también ha sido el autor de la novela "Estado Límite", de las que el autor hablará a lo largo y ancho de la entrevista.
Aparte de escribir lo mencionado ya, Kepa también ha escrito diversos artículos de opinión para varios medios de comunicación.
Ahora, y después de esta introducción es el momento de que Kepa ponga respuestas a las cuestiones de SuperLectorAlfa. Comenzamos en 3,2,1,....
- De pequeño, ¿te gustaba
leer o la lectura era algo que te aburría?
Siempre he tenido afición a la lectura. Por aquel entonces, hablo de los
años sesenta y setenta, crecí con las aventuras de Los Cinco, Los Hollister,
además de cómics como El Capitán Trueno,
El Corsario Rojo o Tintín. Lo cierto es que tengo un grato
recuerdo de aquella época. Me considero un lector que mimetiza mucho con la
trama, los personajes, la ambientación, incluso con el escritor, y esto te hace
sentir y vivir la lectura como si fueras uno más en el reparto.
- ¿En qué momento dijiste
de empezar a escribir para que la gente te pudiera leer? ¿Te animó alguien a
dar el paso y adentrarte en el maravilloso mundo literario?
Todo comenzó con un concurso literario juvenil organizado por una
conocida empresa de refrescos. Por aquel entonces, creo recordar, el certamen daba
sus primeros pasos, y en el colegio nos dieron la oportunidad de participar. El
tema era libre, desde una redacción, un cuento o lo que se te pasara por la
cabeza. En mi caso, semanas antes, en el cine del colegio proyectaron la película
El hombre que mató a Billy el Niño y
me puse a ello. El escrito superó la criba y pasó a la final provincial, donde
se juntaba con los de otros colegios, y ahí se quedó. Pero me sentí muy
satisfecho. Más adelante, y ya a cierta edad, comencé a escribir artículos de
opinión para diversos medios de comunicación y, finalmente, di el salto a la
novela. No me animó nadie a escribir. En ese sentido, como en otras facetas de
mi vida, siempre he sido muy autodidacta.
- ¿Tenías pensado desde el
principio publicar un libro?
La verdad es que no. Cuando ponía el punto final a una obra, normalmente
eran relatos cortos, los fotocopiaba y repartía entre mis amistades. Lo de
publicar me quedaba como lejano, incluso imposible, reservado solo para los
grandes. Pero nunca me preocupó, tampoco es que lo buscara. Hacía lo que me
gustaba y, por los comentarios que recibía, veía que a la gente le gustaba lo
que escribía. Fue a raíz de Operación
U-92, mi primera novela como tal, cuando me propusieron publicarla en
formato libro. Al principio yo era reacio a ello. Las dudas del principiante:
¿Quién va a comprar mi libro? ¿Quién me va a leer?... Pero hoy es el día que
sigo agradeciendo a esa persona que me animó a dar el paso.
- ¿Quién o quiénes son tus
referentes literarios?
Lorena Franco, referente literario de Kepa Menéndez |
John le Carré, Stephen King, Joyce Carol Oates y Fred Vargas, a nivel
internacional. Julia Navarro, Lorena Franco y Javier Sierra, entre los
escritores más cercanos. Como exponentes de la literatura vasca, Javier Abasolo,
Dolores Redondo, Maite Rodríguez Ochotorena y Mikel Santiago. Sin olvidar a los
autores de mi ciudad, Álvaro Arbina, Pilar Lloves, Inés Apraiz y Daniel
González.
- A la hora de escribir,
¿piensas en los lectores a quienes te vas a dirigir o es algo que lo vas viendo
sobre la marcha?
Siempre en el lector. Es una máxima que llevo a rajatabla. Cada línea,
párrafo y capítulo están escritos pensando en quien los va a leer, cuidando al
máximo aspectos como el ritmo, la perfilación de los personajes, los diálogos…
Al igual que aprecio que el autor piense en mí como lector, porque es algo que
se nota, hago lo propio en mis novelas.
- Naciste en Bilbao pero
enseguida tuviste que irte a Vitoria. ¿Por qué ese cambio?
Bueno, es una época de la que apenas conservo recuerdos ya que el
traslado tuvo lugar cuando apenas contaba unos años. Por aquel entonces,
comienzos de los años sesenta, Vitoria era una ciudad en expansión, demográfica
e industrial. No fueron pocas las empresas foráneas, como IMOSA –más adelante
Mercedes Benz–, Michelin o Torrot, entre las grandes, que eligieron la capital
alavesa para asentarse. Y una de ellas fue la de mi padre, Cablerías del Norte.
- ¿Vas a Bilbao con
regularidad? ¿Qué aconsejas visitar, tanto de Bilbao como de Vitoria?
Procuro ir con regularidad, ya que los lazos familiares continúan allí,
y cada vez que lo hago me asombro del cambio que ha experimentado la ciudad en
estos últimos años. Del gris tristón, característico de la actividad fabril, se
ha convertido en una ciudad moderna de servicios, donde el turismo crece de día
en día, atraído sobre todo por el Museo Guggenheim y el Casco Viejo.
De Vitoria, recomendaría
también su Casco Antiguo, que además ha servido de inspiración para un buen
número de novelas, incluso películas, y que es referente en cuanto a patrimonio
histórico. En la Vieja Vitoria se asienta la Catedral de Santa María, monumento
gótico en cuya restauración se basó Ken Follet para Un mundo sin fin. Vitoria es una ciudad de paseos y zonas verdes.
De hecho, fue designada Capital Verde Europea-Green Capital en 2012.
- Empecemos hablando de
“Operación U-92”. ¿En qué época te has basado para este thriller?
En los albores de 2005, aunque la novela se publicó en 2013. La acción
tiene lugar en Alemania, pese a desarrollarse los prolegómenos en Azerbaiyán y
transitar la trama por un buen número de países.
- “Operación U-92”, ¿fue
tu obra prima o antes de “Operación U-92” habías escrito algo con anterioridad?
Como novela, Operación U-92 fue la primera.
Previamente solía escribir relatos cortos.
- ¿Con qué se puede
encontrar el lector en “Operación U-92”?
Con un thriller conspirativo en el que la élite empresarial decide sobre
la política. La trama se sitúa en los comicios al Bundestag de 2005, de los que
en lugar de salir elegida Angela Merkel, lo hace el ultraconservador Andreas
Wiesler. La formación a la que pertenece el nuevo canciller se sustenta, entre
otros, en el oligopolio de la energía nuclear. Recordemos que, por aquel
entonces, el anterior mandatario, el socialdemócrata Gerhard Schröeder, debido
a su pacto con Los Verdes, había impulsado el uso de las energías renovables,
relegando a un segundo plano los pilares sobre los que se sustentaba la
economía del país: la energía nuclear. A partir de aquí se sucede una
concatenación de acontecimientos, todos ellos trepidantes, pero entre los que
también hay espacio para el amor.
- ¿Cuánto tiempo te llevó
a escribir “Operación U-92”?
Creo recordar que empecé a tantear la posibilidad de escribirla en 2005.
Vi la noticia de la victoria de Angela Merkel y me dije: ¿por qué no? Pero el
hecho de manejar dos, tres, como mucho cuatro personajes en los relatos cortos
a casi una treintena se antojaba una empresa cuando menos imposible. Por otro
lado, debía construir un entramado, propio de un thriller, que solo conocía a
través de películas y novelas. Además, estaba la política, la economía, incluso
la jurisdicción de un país como Alemania. La novela no solo trata de política,
sino también del selecto mundo del petróleo, los acuerdos al más alto nivel,
los intereses mercantiles. Todo esto supuso un trabajo de investigación
ingente, al que más tarde se sumó el aspecto conspirativo, con información
sobre los Navy-Seal estadounidenses, la GSG-9 alemana, las agencias de
inteligencia y sus sofisticados programas de espionaje, el yihadismo… Por si
fuera poco, a mitad del proceso un accidente deportivo me obligó a permanecer
al menos dos años alejado de todo. Así que, de escritura real podríamos decir
que entre dos o tres años.
- Pasamos ahora a “Estado
límite”, novela editada por la Editorial Círculo Rojo. ¿Qué hizo decantarte por
esta editorial de Almería para publicar “Estado límite”?
Nada en especial. En aquel momento me pareció interesante trabajar con
ellos, y así lo hice.
- ¿Qué se puede encontrar
el lector en “Estado límite”?
Con un thriller country noir. Este género hace
referencia a las novelas que suceden en lugares recónditos de la América
profunda, generalmente en pueblos de montaña a los que, como se suele decir, no
llega la ley. Para la ambientación de Estado
Límite elegí el pueblo de Sultan, ubicado en el condado de Snohomish,
estado de Washington. Se trata de un municipio pequeño, rodeado de montañas.
Para que el lector se haga una idea, a escasa distancia de Sultan se rodó la
primera entrega de Rambo y a todos
nos viene a la mente los bosques, riscos y la humedad a la que tuvo que
enfrentarse el excombatiente de Vietnam. Incluso tiene un puente similar al que
este cruza al llegar a Hope (WA). Esa sensación de frío era la que quería
transmitir al lector, que sintiera lo que significaba caminar entre la nieve,
la bruma constante, atravesar los rápidos de los ríos…, incluso la manera de
ser de las gentes de allí. Otros lugares que aparecen en la novela, por
proximidad, son Seattle, Olympia, Spokane, Tacoma, Everett, Wenatchee... Para Estado Límite propuse un ritmo
trepidante, sin opción a pausas, al más puro estilo americano, de manera que el
lector se zambullera en la trama desde el minuto uno, encontrándose con, tal
vez, la mayor arma de destrucción masiva: la variante U del virus de Marburgo,
gemelo del ébola, que, en los años setenta, la URSS convirtió en arma biológica.
- ¿Qué destacarías de
Warren Stanley, agente especial del FBI? ¿Y de Roy Debison, el sheriff del
condado de Snohomish?
De Stanley, su frialdad. Estamos ante un hombre
que, como todos los agentes especiales del FBI, debe rendir cuentas a un
gobernador que, en el caso del escogido para Estado Límite no se caracteriza precisamente por la mesura. El
máximo gurú del Bureau en el estado de Washington hace frente a una serie de
crímenes, cometidos una misma noche, que parecen no guardar relación entre sí.
Del sheriff Roy Debison,
algo parecido, con la particularidad de que cuenta con menos medios y
preparación que su homólogo. Lo definiría como un tipo práctico, que se
enfrenta a algo que, por la magnitud del caso, ha alterado la convivencia en su
jurisdicción.
- De los libros que has
escrito, ¿cuál te supuso un mayor esfuerzo? ¿Por qué?
Creo que los dos han supuesto un reto, ya que
han precisado de mucho trabajo de investigación.
- Tu género literario
favorito, ¿cuál es? ¿Por qué?
El thriller, sin lugar a dudas. Tal vez porque las tramas son más
sofisticadas, requieren de un mayor número de personajes, todo es como más
intrincado. Me gusta que el autor me haga pensar.
- En un mundo sin literatura,
¿qué harías?
Pregunta con difícil respuesta, tal vez porque no concebiría un mundo
sin libros. Por supuesto tengo otras aficiones, pero viajar y adentrarte en
otros mundos sin moverte de este es algo que solo está al alcance de la
literatura.
- ¿Estás trabajando
actualmente en algún libro?
Sí, me encuentro escribiendo la que será mi tercera novela.
- Desde que estás en el
mundo del escritor, ¿qué ha sido lo mejor que te ha pasado? ¿Y lo menos bueno?
Tengo muchas anécdotas que contar, y todas buenas.
Aunque lo mejor es la gente que conoces. Con eso es con lo que me quedo.
- ¿Qué consejo le darías a
aquellas personas que quieren escribir algún libro pero que, por diversos
motivos, no terminan de decidirse a dar el paso?
Que no teman y den el paso. Al fin y al cabo yo
estuve en esa situación. Les animaría a que lo hicieran. Eso sí, con las ideas
claras. El editorial es un mundo muy complejo y los sellos prefieren no
arriesgar. Pero existen otras alternativas como la autopublicación, cada vez
con más adeptos y de la que han surgido grandes autores.
- Para terminar la
entrevista, la gente que la haya leído y que quiera conseguir algún ejemplar de
tus libros, ¿de qué modo lo pueden hacer?
A través de los canales de venta: librerías, Amazon...
Muchas gracias y desde SuperLectorAlfa te deseo lo mejor.
Gracias a ti. Ha sido un placer responder a las preguntas de
SuperLectorAlfa.
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